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⋆⠪⍣ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 25 ⍣⠕⋆

Vi toda mi vida pasar frente a mis ojos. Los rostros de mis padres. Mi infancia. Chloe. Todos los recuerdos que había creado con Nyx en ese tiempo se agolparon en mi mente uno tras otro, hasta el punto de hacerme sentir mareada.

—Te amo, Nyx —susurré—. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Te amaré por siempre.

—Abre los ojos, Larissa —la escuché decir. Lo hice. Los abrí lentamente, con desconfianza. El cielo estaba más nublado aún y el viento arreciaba.

Ahora Elane estaba paralizada, con la mano en el aire. Eso era una buena señal. Significaba que Aren estaba de regreso. Miré a mi alrededor, buscándola, pero todo lo que veía era fuego y más fuego. Volteé a ver a Nyx y sonreí. La abracé con fuerza, dejándole besos en todo el rostro. Seguíamos vivas y era de más decir que me sentía muy feliz por eso.

—No es momento de celebrar —se quejó, removiéndose—. Tenemos muchas cosas que resolver aún.

—Tienes razón —asentí. Empezó a llover en ese momento.

Miré a Neven y supe que ella era la responsable de eso. Tenía los ojos cerrados y parecía muy concentrada. Además, el cabello le flotaba. El fuego fue apagándose gradualmente y por fin logré ver a Aren. Estaba detrás de Elane. Tensa. Con las manos empuñadas y los ojos hinchados.

La imagen de Cleo tirada en el suelo se formó en mi mente, haciendo que otra vez sintiera ese nudo en el estómago. Náuseas. Elane nos observaba con furia, nos quería asesinar con la mirada. Y estaba segura que de haber sido posible, lo habría hecho.

—¿Por qué tenías que hacer todo esto? —le cuestionó Neven viéndola fijamente a los ojos—. Yo solo quería que me amaras también.

—Jamás podría amarte, Neven. Yo solo he amado a una persona en toda mi vida —al escuchar eso, mis cejas se alzaron con sorpresa sin poder evitarlo. Volteé a ver a Nyx. Ella estaba tan sorprendida como yo, pero solo se encogió de hombros—. Y tú no eres como él. Tú eres débil. Muy débil.

—Pudimos haber superado todo ese dolor juntas, Elane —la voz le salía casi como una súplica. Neven definitivamente estaba muy dolida. Estaba un poco más cerca de Elane. El cabello le seguía flotando y ahora había alzado las manos a la altura del pecho. Por segunda vez tuve ese sentimiento de que algo muy malo iba a suceder—. Y ahora me duele saber que mi amor nunca fue suficiente para ti. Confié en ti. Creí en tus palabras, en tus caricias.

—El único error que he cometido fue haberte hablado sobre eso.

Neven bajó la cabeza. Estaba llorando. Nyx la rodeó por los hombros reposando el mentón en uno de ellos. Aren empezó a caminar en nuestra dirección y vi cómo el rostro de Elane se enrojecía. Le estaba costando respirar. Aren la estaba asfixiando.

—Cleo... —sollozó Aren, parándose frente a ella—. Cleo no tenía la culpa de nada. Ella no le hizo nada.

—Niña estúpida —respondió Elane con dificultad.

—Aren —la llamó Neven mientras la tomaba del brazo y sacudía la cabeza—. No hagas algo de lo que después te vas a arrepentir, cariño. No vale la pena. Yo sé que estás muy molesta. Sientes mucho dolor. Pero créeme que así no vas a cambiar nada. Estoy segura de que Cleo no estaría de acuerdo con lo que quieres hacer, ¿no crees?

—Pero Cleo ya no está. Está muerta —rompió a llorar y mi pecho se oprimió. Verla así me destrozaba. Aren siempre había sido muy ruda. Muy renuente a mostrar sus sentimientos. Y la única que había logrado ablandarla un poco fue Cleo.

𝑳𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒆𝒏 𝒔𝒖𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 / 𝑳𝒂𝒓𝒊𝒔𝒔𝒂 𝑾𝒆𝒆𝒎𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora