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⋆⠪⍣ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 24 ⍣⠕⋆

Neven empezó a abrir los ojos lentamente. Se veía aturdida y desorientada. Tardó unos minutos en reconocer el lugar en donde estaba, en reconocer nuestros rostros. Cuando lo hizo, se incorporó de golpe. Y su expresión se endureció aún más cuando reparó en Elane.

—¡¿Qué significa esto!? —gritó.

Nyx se apresuró a taparle la boca, pero ella le apartó la mano de un golpe y la miró con enojo. Estuvo a punto de decir algo más, y entonces Cleo la hizo quedar sin voz. Aren la inmovilizó. Me sentía muy orgullosa de lo poderosas que eran, debía reconocerlo.

—No grites —le dijo Nyx casi en un susurro. Neven nos miraba con los ojos muy abiertos. A Cleo especialmente. Parpadeó varias veces, supuse que intentando pedirle que la dejara hablar—. Tienes que prometerme que no vas a gritar y nos dejarás explicarte lo que sucede. Por favor. Cierra los ojos si estás de acuerdo.

Neven nos miró un momento más y cerró los ojos. Me di cuenta de que yo estaba conteniendo la respiración, así que traté de relajarme e inspiré profundo. Neven soltó un suspiro cuando Aren la liberó y se dejó caer en el sillón, tapándose el rostro con las dos manos.

—¿Qué es esto? ¿Qué se supone que están haciendo? —cuestionó alzando la vista.

Se escuchaba muy confundida y frustrada. No dejaba de ver a Elane. Y se levantó solo para arrodillarse frente a ella. Le acarició la mejilla y le apartó el cabello que le caía en el rostro. Volteó a vernos, con la frente arrugada. Estaba aguardando a nuestra explicación.

—Intentamos advertirte lo que ella te estaba haciendo, mamá. Y preferiste ignorarnos. No tuvimos otra opción más que hacer esto —extendió los brazos, como si lo que estábamos haciendo era lo más normal del mundo—. Estás aquí para escuchar, de la propia Elane, todo lo que ha estado haciendo a tus espaldas.

—Todo lo que me ha hecho a mí. Todo lo que le ha hecho a Nyx. Y a usted misma —agregué yo.

—Han llegado demasiado lejos —nos recriminó. Pero con un tono suave. Porque en el fondo, ella sabía que teníamos razón. Se levantó, volvió a acomodarse en el sillón y asintió.

Cleo se inclinó al oído de Elane, la vi susurrarle algo y ella abrió los ojos. De golpe, soltando un suspiro. Como si acabara de despertar de una pesadilla. La peor de todas. El pecho le subía y bajaba con irregularidad. Nos miró a todas, intentando soltarse, hasta que sus ojos se centraron en Neven. La veía con confusión y molestia también.

—¿Qué clase de broma es esta? ¿Qué me hiciste? —cuestionó, aún intentando soltarse. Miré a Aren y ella supo lo que tenía que hacer. La inmovilizó—. ¿Qué es lo que piensan hacerme?

Me paré detrás de ella y le tapé la boca. Elane me había lastimado en varias ocasiones, así que me sentía bien al poder estar haciéndole todo eso. Muy bien. Y no solo lo hacía por mí sino también por Nyx. Por Neven.

—Neven no hizo nada —respondí—. ¿Ha olvidado que soy una cambia formas?

Los ojos de Neven se abrieron con sorpresa. Sí, había sido un detalle que se nos pasó por alto. Se levantó, agitada. Muy molesta. Y me miró de la misma forma que cuando despertó. A Nyx también. A todas.

—¿Te hiciste pasar por mí? —me cuestionó, como si no hubiera escuchado con claridad—. ¿Qué es lo que estabas pensando, Larissa?

—Qué asco —musitó Elane. Aunque lo que decía era casi ininteligible.

—Tenemos que apresurarnos, Larissa —me dijo Aren. Yo asentí.

—Nyx —la llamé. Ella se arrodilló a un lado de Elane y puso una mano en su mejilla.

𝑳𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒆𝒏 𝒔𝒖𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 / 𝑳𝒂𝒓𝒊𝒔𝒔𝒂 𝑾𝒆𝒆𝒎𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora