Máximo: Silencio!!!!!, se lo que hiciste, porque intentas cuestinionarme yo nunca me equivoco en nada, yo soy quien manda y quien toma las decisiones en este lugar y mi palabra es incuestionable, lo que diga y haga siempre será lo correcto y tu no e...
Mi vida era algo común un poco aburrida no había mucho contraste en ella me sentía como una más del planeta, siempre he sido así, callada, introvertida y un poco soñadora. Constantemente pensaba que vendría un príncipe azúl a salvarme de mi tediosa vida, rompiendo los esquemas, pero deje de ilusionarme así:
Quien se fijaría en mi ,una muchacha sin ningún tipo de belleza.
En la escuela diariamente me hacían bulling, todos decían que me parecía a la niña del aro (una chica de piel muy blanca con el pelo sumamente largo y negro).
Y no se equivocaban, mi tez era demasiado blanca parecía un fantasma, me podía ver las venas, eso nunca me gustó, porque padecía de una condición que me provocaba daño e irritación por los rayos del sol, siendo el protector solar mi único medio de protección.
Mi cuerpo habitualmente estaba lleno de hematomas debido a que siempre he sido una muchacha muy torpe, me caigo con facilidad siendo todo un caos continuamente, lo he estado ocultando para que otras personas no me pregunten.
Tengo un cabello sumamente largo negro como el carbón, mi mamá me decía que mi pelo me estaba robando vida, porque siempre he sido delgada con muy poca curvas, por eso vivo criticandome, no tengo nada interesante, soy una persona insípida.
A pesar de todo siempre he tenido dos personas que han resaltado mi belleza , mis dos mejores amigas; nunca he sido de muchas amistades pero a ellas las quiero con mi alma Diana y Anna. Diana era un poco alocada le encantaban las fiestas mientras que Anna era todo lo contrario, muy estudiosa y no le gustaba salir, y yo, que me encontraba en medio de ellas dos, no me gustaba ni una cosa ni la otra, pero a pesar de nuestras diferencias nos queríamos mucho.
Hoy empieza mi primer año en la universidad, estoy muy emocionada por comenzar y por reencontrarme con mis amigas, hace tiempo que no las veo, porque estuve estas vacaciones ayudando a mi mamá con la mudanza, nosotras vivíamos en el centro de la ciudad de Friburgo, y nos mudamos para las afueras en Schiltach, un pueblo tranquilo y con pocos vecinos lo cual no me molestaba mucho ya que me gustaba la tranquilidad, nunca pude entender porque mamá quiso que nos mudaramos. Siempre me crió sola, ya que mi padre murió cuando acababa de nacer, eso me había contado ella.
Schiltach era perfecto, un lugar hermoso y tranquilo conocido por su clima templado. Las personas eran amables, aunque un poco extrañas, no había mucho ruido como en la ciudad, y estaba rodeado de bosques negros, lagos y zonas montañosas dándole un aire gótico al lugar, nuestra casa estaba situada cerca del bosque y era fabuloso porque estaba alejada de todos los vecinos.
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Ayudaba a mi mamá en lo que podía limpiando y cocinando para cuando llegara del trabajo todo estuviera listo. Mi madre trabajaba desde muy temprano en la mañana hasta la noche en un hospital, prácticamente me la pasaba sola en la casa, no me sentía mal ya que estaba acostumbrada a la soledad y al silencio de esta.
