Capítulo diez.

12 2 1
                                    

-¡Basta, Lilla! Deja que Melody coma en paz, siempre metiéndote en todo. -mi padre pegó la masa con ambas manos y se levantó.- Contigo jamás se puede hablar.

-¿No se puede hablar? ¡Mejor cállate, Robert! -gritó ella y yo miré a Todd, él estaba comiendo de su ensalada mientras veía la situación.

-¡No me digas qué hacer! -¡Boom! La cara de mi madre quedó roja y con la marca de la mano de papá. Todd se levantó y yo abrí los ojos.

-¡Papá! -dijo Todd empujándolo y abrazando a mamá.

-Disculpen, lo lamento... -dijo él y con unos nervios se marchó.

Me paré y seguí a mi padre, él tenía las manos en la cabeza, caminó hasta donde estaban las bebidas y se sirvió whisky.

-Papá... -susurré.- ¿Qué te pasó?

-Lo siento Mel, pero ya no la soporto.

-¿De qué hablas? -susurré sin acercarme mucho a él.

-Creo que éste no es el mejor momento para hablar, ve a comer o a tu habitación... Luego hablaremos tranquila. -dijo él y bebió un poco.

-Bueno, espero que podamos hablar.

-Sí, sí.

Y eso fue lo que escuché antes de subir rápido a mi habitación.

[...]

Tres meses pasaron desde aquel 14 de agosto.

Mis padres se han divorciado, y creo que ha sido lo más bueno que pasó en éstos meses. Hoy en día estoy viviendo con mi padre en una casa que compró... Queda a 30 minutos de la antigua ciudad en la que solía vivir.

Marie y Derek vienen todos los fines de semana, y Todd se queda el mayor tiempo conmigo y papá. Tampoco es que olvide a mi "madre" pero no me gusta ir a verla, cosa que hago cada vez que voy por Marie o Derek.

Ayer descubrí que mi querido Jack vive en éste pueblo, y ahora que Dylan (el chico de mi clase) también.
Recibí una notificación en E-mail, un mensaje mejor dicho.

"DyyFoster; ¡Preciosa!"

Al ver su foto de perfil supe que era él; cabello castaño hacia arriba, ojos de un color medio gris, labios rosados y bien delineados, un atractivo cuerpo con brazos musculosos y hombros anchos.

No sé por qué seguí mirando su foto. Pero luego de unos segundos caí en cuenta que debía contestarle.

"HylandMelody; ¿Preciosa?"

Fue lo único que se me pasó por la mente a la hora de escribirle.

"DyyFoster; Claro que sí, esa es la palabra que te define."

Mis mejillas ardieron y luego sonreí. ¡No sonrías! Me reclamó una estúpida voz en mi mente que al final tenía razón. Tengo novio.

"DyyFoster; Tardas mucho en contestar. ¿Ocurre algo?"

Miré bien el mensaje y suspiré, no tengo nada que hacer. Hablaré con él.

"HylandMelody; Disculpa, estoy ocupada."

Qué mentira más estúpida Mel, pero quién no se la cree.

"DyyFoster; Te creo, me enteré de que viniste a vivir a mi pueblo. ¿Qué tal?
HylandMelody; Aún no he recorrido nada, pero seguro me gustará.
DyyFoster; ¿Qué te parece si soy el primero en mostrarte el pueblo?"

Y con eso me quedé impactada. ¿Qué busca de mí? Espero que no me haga quedar en ridículo.

"HylandMelody; Bien, pero sin trampas.
DyyFoster; Nada de trampas, tranquila."

Seguimos hablando por horas, hasta que llegaron a ser las 2 a.m y tuve que despedirme. Hoy debía ir a ver a mi madre y aún no dormía.

"HylandMelody; Es hora de decir adiós... será un día agotador. Nos vemos.
DyyFoster; Está bien, buenas noches/madrugadas!"

Sonreí y me mordí el labio. ¿Qué me pasa? Estoy estúpida últimamente.

[...]

Llegué a la casa de mi madre un poco cansada y con ojeras, debía llevar mis tres cajas de la mudanza.

-Hasta que por fin llegas, saca tus cosas rápido.- habló ni bien me vio entrar.-

-Hola ma... en seguida saco todo.- Sonreí sin ganas.

-¿Y tu hermano?- preguntó y se sirvió un poco de café.

-Con papá, van a salir... ¿Cómo estás?

-Ah... ¿Ahora te importo? Estoy muy bien, y cuando te vayas quiero que le digas a tu hermano que se digne a venir.

-¿Por qué no lo llamas?

-No es de tu incumbencia, niñita.

Bufé y rodé los ojos ante eso. Mi "madre" sólo se sentó en el sofá y me observó mientras agarraba una caja grande. Ahí estaban mis portarretratos, libros y cuadernos.
-Melody, ¿qué hay en esa caja pequeña?- dijo y se paró dejando su taza en una mesita.

-No lo sé, luego la reviso.

Agarró la caja y la abrió, sus ojos se abrieron al igual que su boca. Mi mente me dio una patada recortando lo que puse en esa caja. Pastillas, cuchillas, algodón, gasas, cinta de papel... y muchas cosas para curar mis heridas.

-¿Qué carajos son estas cosas?- gritó y tiró la caja al suelo.

Mis labios se secaron y sentía cómo mi pulso subía y se detenía después. ¡Idiota! ¿Cómo se te ocurre dejar eso? Eres una maldita enferma, eso es lo que ella pensará. Mi maldita mente me reclamó otra vez y pasé saliva un tanto nerviosa.

-¡Contesta! ¿Qué son estas cosas? ¿Por qué las tenías?- me recriminó y mis manos soltaron la gran caja haciendo que calleran al suelo provocando un ruido aturdidor.

-Escucha mamá... no es lo que piensas, en verdad. -dije rascando mi nuca.

-¿No es lo que pienso? ¿Qué crees que estoy pensando Melody? ¡Mi hija es una completa psicópata!

-No es eso mamá...- mi voz se entrecortó y las lágrimas estaban por salir en cualquier momento.

-¡Melody, por Dios! ¿Qué se te pasó por la cabeza al hacer esto?- Ni siquiera tú lo sabes, estúpida.

-Basta mamá.- susurré y dejé que unas lágrimas cayeran.- ¡No eres nada para recriminarme! ¿Crees que es fácil para mí que me odies? No, no lo es. ¡Estoy tan harta de ti!- grité y me limité a secarme las lágrimas.

-A mí no me hables así, yo no te odio, ¿quién te dijo que lo hago? Hablaré con tu padre, y estas cosas se quedan aquí.- habló firme y respiré con dificultad.- ¿Qué se te pasa por la cabeza al hacer éste tipo de cosas? ¡Estás más que enferma!

Y yo no hacía nada más que sollozar y mirar hacia a bajo. Mi madre me descubrió, no lo puedo creer.

∆∆∆∆∆∆
HASTA ACÁ. UN BESO ENORME AMORES.
GRACIAS POR LEER ❤ UN ABRAZO ENORME.

Suicidas. [TOTALMENTE CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora