Capítulo XII

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Hola a todas! Perdón por actualizar tan tarde, he tenido algunas dificultades esta semana pero aquí estoy, el capítulo es un poco corto por la misma razón pero solo por esta vez será así, de todas formas espero que lo disfruten y ya se viene lo bueno, sean pacientes. Muchas gracias por todo. Un beso.



-¿Esta noche? ¿Y qué le dirás?

-Claramente no le pediré permiso, ya eres mayor, Sigyn. Solo iremos a avisarle.

-Sí pero lo clásico es que...

-Pero él no estará de acuerdo

-Sí, lo sé –Bajé la mirada

-Oye, tranquila. Todo saldrá bien –Me ofreció la sonrisa más falsa del mundo pero en ese momento se sintió como la más curativa.

**

-¡¿Que vas a qué?! –Keira sonaba asustada en vez de sorprendida

-Sí, me voy a casar el mes que viene.

-Andy Sue se va a morir

-Lo sé –Desvié la mirada –Hoy Gael hablará con él

-¿Le pedirá tu mano?

-No sé si llamarle así porque en realidad no va a pedirle nada, solo le vamos a avisar.

-¿Qué? Sigyn, ¿desde cuándo has olvidado tus valores y lo que es correcto? Gael tiene que hablar con él formalmente, no solo "avisarle" como tú le llamas.

-Lo sé, Keira. Pero mi padre cada vez se pone más difícil y no tienes idea de cómo se porta.

-Sí, tengo idea pero no dejes que Gael controle todo tu mundo y que incluso pase sobre tu forma de pensar.

-No será así –La miré con desconfianza, a veces me dolía pensar que pudiera tener razón.

**

Andy había pasado parte de la tarde preguntando qué era todo eso que Gael tenía que hablar con él, estaba de más decir que los nervios lo consumían pues sabía bien lo mucho que le temía a sus amenazas aunque se cansara de decir que no, en el fondo así era y sospechaba que algo de eso saldría a relucir esa noche.

A las ocho en punto, Gael estaba tocando el timbre de la casa en el antiguo suburbio de Blomsbury, llevaba una chaqueta de pana color café con un pañuelo de seda azul enredado al cuello de su camisa, estaba recién afeitado y olía a masculinidad pura. Verlo siempre tan pulcro era un placer exquisito.

-Hola –Me sonrió al abrirle la puerta

-Hola –Mis brazos alrededor de su cuello –Pasa

-¿Estás bien? –Me miró explorando mis gestos

-Sí –Fingí

-Yo sé que no –Pasó un brazo sobre mis hombros acariciando mi cabeza con su amplia mano

-Pero estaremos bien, ¿no? –Lo miré esperanzada, estúpida ilusa

-Por supuesto que sí –Sonrió, por primera vez noté su inseguridad pero preferí ignorarla o preferí creer que no era eso.

A las nueve con quince ya estábamos en el comedor, Any se encargaba de servir el vino para Gael y Andy, yo siempre pedía limonada, eran de esos días en los que no me enteraba de lo que el alcohol podía curar o de cuan necesario podría ser.

-Señor Sue –Gael comenzó lo más educado posible, eso se le daba con naturaleza pero además quitó ese tono satírico que usaba especialmente con las personas que no le caían bien –Como usted sabe, Sigyn y yo estamos enamorados, ayer nos comprometimos –Tomó mi mano y acarició el enorme diamante

-¡¿Qué?! –Andy exclamó anonadado –¡Así que era verdad!

-¿Tú ya lo sabías? –Cuestioné a ambos hombres con la mirada

-No, eh... Me refiero a que sí era verdad que Gael iba en serio

-Por supuesto –Gael sonrió de vuelta a su cinismo habitual –Y de hecho quiero aprovechar esta noche para contarle que la boda será en un mes –Su frase se tornó fría sin ninguno de los tonos especiales que me había hecho en la cabeza. Fría y superficial.

-Gael... -Susurré mirando a Andy que se encontraba con los ojos a punto de salírseles

-Eso no lo voy a permitir –Andy se puso de pie enseguida

-Papá, por favor cálmate.

-¿Qué pretende, Legendre? ¿Robarle la juventud a Sigyn? ¿Los pocos años que ha vivido? ¡Tiene veintiún años, no le puede estar pasando por la mente casarse con ella!

-Por supuesto que sí se puede y la prueba es esta, Sue. Le dije que iba en serio y con esa actitud solo va a ganarse el rechazo de Sigyn. Debería apoyarnos, por su bien... Y el nuestro, claro está –Soltó una risa que solo él y Andy habían logrado entender mientras yo lo miraba sin reconocerlo, parecía disfrutar que mi padre no lo pasara bien.

-Gael, creo que no es la mejor forma. Papá, por favor cálmate. Cálmense ambos –Intenté mejorar el ambiente de oscuridad que había entre las miradas que estaban intercambiando, hasta que Andy finalmente tomó asiento y Gael lo miraba despreocupado desde su lugar.

-Señor Sue, amo a Sigyn. Quiero compartir mi vida con ella y ella ha decidido hacer lo mismo. La boda es en un mes y no hay marcha atrás.

-Papá, hubiera querido que tú...

-¡De eso nada! –Andy se puso de pie golpeando la mesa, los platos retumbaron y algunas bebidas se derramaron – ¡Escúchame bien, Legendre! Tú no vas a lastimar a Sigyn, de eso me tengo que asegurar yo.

-Como quiera, Señor Sue –Gael se encontraba en total tranquilidad –Solo espero que no tenga que toparse con cosas tan desagradables.

Sin entender la actitud de ambos hombres, observé cómo mi padre subía hacia su habitación.

Cuando todo estuvo en más calma,  me dirigí a Gael sin entender a qué se debía todo eso, Andy lo había tratado sin formalidades como solía hacerlo, ahora parecía que se conocían desde mucho antes.

-Gael, necesito hablar contigo –Sujeté la manga de su chaqueta de pana

-¿De qué? –Contestó con hartazgo –Tu padre me irrita, Sigyn

-No de eso, quiero que me digas por qué actúa como si te conociera de tiempo atrás. ¿Qué esconden, Gael? ¿Qué escondes tú?

-Nada –Me observó atento como preguntándose si podría confiar en mí –No me pasa nada y de seguro a tu padre se le olvidaron las formalidades, no le caigo bien porque piensa que jugaré contigo Sigyn. Ya tranquilízate ¿sí?

-Es que no soy tonta

-Por supuesto que no, eres preciosa y tonta –Me miró divertido

-¡¿Qué te pasa?!

-Nada, solo quiero que estemos bien. Solo quiero que pronto llegue el día en que seas mía por completo. Ese día será el comienzo de muchas cosas buenas –Su sonrisa se torció, tenía planeada la boda justo un mes antes de las elecciones del RIAB. O lo que era en sus palabras: un mes antes de volverse el presidente del Real instituto de arquitectos británicos.

Bajo su espectroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora