¡Hola! Les traigo un nuevo capítulo, espero que les guste mucho, está un poquito más largo de lo normal pero me parece que vale la pena... No les digo más y mejor dejo que lean. Les mando un beso y muchas gracias por leerme!
CAPÍTULO VIII
-Hmm, ¿esta noche? –Recuperó su seriedad
-Sí
-Está bien, pero no sé si podré estar con ustedes.
-¡Papá! ¿Cuál es el problema con Gael? Ya te pregunté si lo conoces y me dices que no, ahora pones pretextos para no cenar con nosotros esta noche. ¿Qué te pasa?
-Sí, lo siento, Sigyn. Creo que solo son celos de padre, te prometo que estaré aquí –Añadió con un tono triste y me dio un beso en la mejilla antes de entrar a la biblioteca.
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Gael estaba furioso, los ejemplares de cristal en miniatura de algunos museos y esculturas famosas fueron a parar al suelo del estudio, las carpetas que previamente estaban cuidadosamente acomodadas sobre el escritorio ahora estaban dispersas por todos lados, ese día había sido complicado y planeaba invitarme a salir la noche del mismo.
-¡¿Ahora qué le voy a decir a Sigyn?! ¡¿Tu papito me rompió la cara?! –Rugió
-Gael, cálmate –Alexandra intentó acercarle un vaso de agua que fue a parar junto a todos los pedacitos de cristal y hojas inservibles que había lanzado en su momento de ira.
-¡¿No tienes nada mejor que decir que "cálmate"?! Entonces cierra la boca porque no me sirve de nada lo que dices.
-Gael, ¿qué pasó exactamente? –Jon preguntó ignorando la escena anterior
-Ah ¿no te diste cuenta? El viejo idiota ya sabe lo de Sigyn y me amenazó con averiguar qué tengo en mente.
-No tiene forma de saber cuál es el plan y dudo mucho que pueda evitar que se casen.
-¡Sí! Pero me siento amenazado –Gael puso los ojos en blanco al oír que su celular vibraba dentro de su bolsillo -¡Ahora qué diablos quieren! –Su expresión se suavizó al ver mi nombre en la pantalla.
-¿Gael? –Susurré un poco insegura. Era la primera vez que le llamaba.
-¿Qué pasa, Sigyn? –Respondió impaciente.
-¿Estás ocupado? Creo que puedo llamarte después si...
-No... no –Interrumpió al ver el gesto de reprensión que Jonathan le había hecho –Lo siento, dime.
-Eh... Quería decirte que me acaban de contratar en el periódico de hace unos días
-¡Muy bien! Felicidades –Fingió entusiasmo, sabía que después de casarme con él tendría que dejar ese trabajo así que no era la gran noticia. Noticia habría sido que le dijera que Andy había muerto, este pensamiento sí le hizo sonreír – ¡Celebremos esta noche!
-¡Sí! ¡Eso iba a decirte! ¿Quieres cenar en mi casa esta noche?
-¿En tu casa? –Gael dirigió la mirada a Jon quien pudo leer "mierda" en sus labios sin escucharlo.
-Bueno si te hace sentir demasiado comprometido entonces...
-No, entre más comprometido me haga sentir, mejor. Dime la hora.
-A las ocho–La frase anterior me había dejado casi muda.
-Muy bien, ahí te veré, entonces. –Se despidió lo más cordial que pudo. Al colgar dirigió una mirada inexpresiva a Jonathan.
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Bajo su espectro
RomansaGael Legendre, un reconocido arquitecto inglés al verse en una encrucijada debido a todo el mal que ha causado, decide buscar una esposa que le de la imagen pública que necesita para ganar la presidencia del Real instituto de arquitectos británicos...