-¿Podemos hablar a solas ahora que ya tengo tu atención? –Se incorporó, ignorando molesto mi pregunta
-Sí –Miré a mis dos amigos quienes resignados entraron al departamento
-Lo siento –Agregó Alesso mientras entraba
Gael solo lo miró de reojo y sin responder terminó de ponerse de pie con prisa, se frotó ambos ojos y en su rostro se formó una expresión de dolor cuando pasó la mano por el que había quedado hinchado. Lo miré impaciente.
-Sigyn, regresa.
-No puedo, Gael –Miré el suelo como si pudiese encontrar respuestas allí –Aunque quisiera no lo haría, no puedo soportar más humillaciones
-Yo sé que hice las cosas mal pero... –Arrugó los ojos como si le doliera hablar –Pero quiero que estemos bien
-La verdad es que no te creo y no sé para qué me buscas si no me amas, tú mismo has dicho que no podrías enamorarte de alguien como yo –suspiré atormentada–Y es válido porque tú eres...bueno, otro nivel, uno muy superior al que yo era y sigues en uno muy superior al que yo estoy
-Sigyn –Puso sus manos en mis hombros –siendo honesto tú le haces bien a mi soledad, por favor regresa conmigo. No quiero estar solo, aunque pudiera no quiero –me miró suplicante, casi honesto
Había oído de mujeres ilusas que dan todo por los hombres que supuestamente aman, ahora mismo no podría decir qué era lo que sentí en ese momento, todavía me resulta inexplicable. ¿Cómo puedes amar a alguien si no te amas a ti misma lo suficiente como para recordar el dolor y no pensar en el que se avecina? Me llené de indignación, las cosas no podían ser tan fáciles a como él pensaba que eran conmigo, sobre todo porque creía fervientemente que sus palabras no eran verdad, ¿Gael Legendre dependiendo de alguien? Jamás lo habría creído, me rehusaba.
-¡No, Gael! –Me aparté de su roce – ¡Sabes perfectamente que no puedo hacer eso! ¡¿Tan poco crees que valgo que piensas que con un simple "perdón" y una cara de súplica voy a acceder?! Te equivocas
-No sé qué se te ocurra que haga para que entiendas, después de verte con el imbécil de Devon Hale quiero que sepas lo difícil que fue para mí venir a buscarte, sin importame si... -Se detuvo sacudiendo la cabeza como si expulsara los pensamientos de esa forma –Si ustedes tienen algo
-¿Tener algo? ¡Ay por favor! No seas ridículo, nada de eso viene al caso y tampoco tengo por qué explicarte, confórmate con saber que no hay algo más que amistad y sabes, ni creo que te importe. Tú y yo nos vamos a divorciar.
-Mira Sigyn, será mejor que dejes de repetir eso –Se acercó a mí y jaló el pomo de la puerta principal del departamento para cerrarla –Tú te vas a regresar conmigo por las buenas o por las malas –Dejó ver una sonrisa retorcida que mucho más allá de la sensualidad, asustaba.
-¿Y si no quiero qué? –Puse las manos sobre mi cintura en una posición infantil
Me miró por unos segundos, pensé que terminaría perdiendo la paciencia y explotaría o que simplemente se daría la vuelta dejándome ahí, sufriendo de nuevo por haber estado a punto de tenerlo de nuevo y haberlo dejado ir, pero no, no iba a ceder porque antes de que él llegara, ya empezaba a hacerme la idea que lo perdería de verdad.
-Pues será por las malas –Se acercó a mí y sin suponerle demasiado esfuerzo me cargó sobre sus hombros, dirigiéndose rápidamente al elevador por si empezaba a gritar de nuevo, lo cual sucedió.
-¡Suéltame, imbécil! –Golpeé su espalda repetitivamente -¿A dónde me llevas? ¡Suéltame, Gael! ¡Suéltame!
-Cállate ya, tú así lo quisiste y más te vale que no hagas el ridículo allá abajo porque de todas formas te voy a llevar conmigo
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Bajo su espectro
RomanceGael Legendre, un reconocido arquitecto inglés al verse en una encrucijada debido a todo el mal que ha causado, decide buscar una esposa que le de la imagen pública que necesita para ganar la presidencia del Real instituto de arquitectos británicos...