15.

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En este pequeño mundo de sociedades extremistas, cualquiera de nosotros piensa de formas diferentes cuando, nuestras vidas de repente se consumen en la oscuridad.

Sobrepensamos acerca de que, nuestras vidas no son exactamente lo que esperábamos de pequeños, que no están a la medida de otros, que no hemos logrado quizá las cosas que otros ya habían logrado a éstas alturas, y un sin fin de comentarios intrusivos que realmente no tienen sentido.

Yo soy un desastre andante, casi nunca me apiado de mí misma, me sobreexijo, caigo una y otra vez en los mismos errores, me lastiman, me abandonan, cada vez que encuentro a alguien que sustituye todo el amor que mi familia nunca me dió, este alguien simplemente se va.
Y me siento sola una vez más.

Todos tienen alguna catástrofe en su interior, una con la que tratan de lidiar cada día.

La mía se volvía menos insoportable cuando Leo Messi me sonreía (totalmente borracho), con las mejillas teñidas de un tono carmesí, desde la esquina de un balcón.

-¿Enserio hay gente que disfruta tomar ésto? Tiene un sabor como a mierda -comenta Leo observando con ojos brillosos la botella de cerveza que, hace media hora se estaba bebiendo con ganas.

Me suelto a reír de forma estrepitosa, y esto enciende mis alarmas, comienzo a pensar en lo borracha que parezco. ¿Había algo peor que una botella de cerveza? Nada, nunca disfruté de beber esa bebida, e incluso asincerándome aquí y ahora, solía beber cerveza porque todo mundo lo adoraba.

-Prefiero el vodka, porque no tiene sabor, lo puedes mezclar con el sabor que tú quieras. -Sonrío.

Todavía seguimos en el balcón, pero la temperatura ha bajado y ya casi son las 5 A.M. Todo este rato nos hemos convencido de beber algo para sentirnos más felices, él por el partido de mierda que tuvieron hoy, y yo, por el día de mierda que tuve hoy.

-Pero es mucho más fuerte -añade él.

-Mientras más te acostumbras a beberlo, deja de parecer tan fuerte -me encojo de hombros.

Mi tolerancia hacia el vodka era el único fuerte que poseía, del cual podría enorgullecerme algún día.

-Pero si una botella de cerveza ya consigue que el piso me dé vueltas -responde no muy convencido.

-Ya, pero tienes que acostumbrarte, beber de a poco, comer algo antes... ¿Tú has..?

-No, bueno, me comí un poco de arroz en el hospital -confiesa arqueando las cejas. Me sonríe ligeramente y vuelve su atención a la botella de cerveza (que antes pertenecía a Eddie).

-Oh, estás acabado, dame éso -le exijo, estirando el brazo con dificultad para poder alcanzarlo y arrebatarle la botella de las manos.

Sin embargo, cuando creo que ya lo tengo, por culpa de la humedad en la boca de la botella, ésta se me resbala y cae al suelo haciendo un ruido estrepitoso.

-¡Ups! -Me tapo la cara.

-¿Siempre sos tan...? -Leo se detiene sólo para negar con la cabeza.

Me empiezo a reír, y me levanto con la intención de detener el líquido que se está virtiendo en todo el piso del balcón, pero me tropiezo y me caigo. Y la botella, que por suerte divina no se ha roto, sigue dando vueltas hasta colarse por un agujero de la barandilla.

Entonces, cae del balcón.

-Ay la puta madre -maldice Leo, se levanta, tambaleándose de igual forma que yo, y se acerca.

Pensé que venía a ayudarme, pero fue directo a mirar hacia abajo del balcón sostenido a la barandilla.

-La botella se acaba de caer tres pisos.

in the name of love ; Barça FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora