16.

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Este es un momento muy especial para mí, porque es el fragmento de tiempo exacto en donde hago un cambio, en donde decido crecer un poco más como persona. Y es el momento más eufórico y vibrante que he podido llegar a sentir en mucho tiempo, siento ganas de explotar y de gritar todo lo que he estado sufriendo durante días.

Me acerco a Clara, a quien veo de espaldas cerca de la salida del departamento, parece apenas haber llegado, entabla un conversación llena de risas con Eddie, quien parece seguir en mal estado.
Los observo mientras doy pasos agigantados para acercarme, quiero aclararme la garganta o hacer algo antes de alcanzarlos, los veo como en cámara lenta, muy lejos y luego cada vez más cerca.

Entonces, cuando ya estoy armando el puzzle de palabras con las cuales necesito expresarme frente a mi amiga, cuando ya casi he calculado el orden de mis pensamientos, y sé exactamente lo que tengo que decir.

Mi móvil suena.

Y atiendo un poco desconcertada de que brille en la pantalla el nombre del contacto de mi madre.

Lo primero que escucho es un silencio, en ese lapso de tiempo, me muevo hacia la salida del departamento y salgo fuera, a un lugar más tranquilo y silencioso, durante ese momento también veo un par de ojos atraparme mientras desaparezco gritando un ¿Hola? Con el móvil pegado a mis orejas.

Liliana.

¿Mamá?

Ya nadie me está mirando porque ya estoy fuera, puedo recorrer los pasillos mientras hablo por teléfono, y escucho el suave murmullo de la música, las voces, la fiesta. Hay poco más que un elevador que me encierra en el pasillo, camino hasta accionar el botón del elevador, conocía el apartamento de Alejandro como si fuera mi propia casa, subía y bajaba cuando quería por deporte, él no tenía muchos vecinos.

Tengo que decirte algo.
No sé por donde empezar, mi amor.
¿Estás... en tu departamento? ¿Está Clara allí?

No entiendo, no consigo entender quién me está hablando, porque esa no es la voz de mi madre. Esa voz insegura y temblorosa no se parece a la de mi madre.

Sí, bueno, no. ¿Mamá? ¿Qué pasa?

Silencio. Sollozos. Estoy escuchando sollozos, y me alarmo por completo.

Es tu hermano, Elio, está aquí en el hospital. Yo... pensé que se había acado.

Mi madre es quien está sollozando, y el sonido envía una corriente de frío en todo mi cuerpo, estoy muy quieta, me mantengo así cuando el elevador se abre, llegando a mi destino. Porque mis músculos no responden. No se quieren mover muy lejos.

Sé lo que significa, estoy asustada. He vuelto a este terrible ciclo en el que me encuentro petrificada del miedo, cada vez que escucho que Elio está en el hospital.

Esta vez es más grave de lo que esperaba, Liliana. Necesito que vengas a casa, por favor.

Sé que estoy asintiendo efusivamente pero no puedo mover mis piernas, no puedo hablar. Sólo emito un débil.

Sí, sí mamá.

Y tan sólo minutos después de colgar y pensar a toda velocidad, el susto me quita el mareo y todo lo que el alcohol me había causado minutos antes. Puedo oír mis latidos, sentirlos golpear mi pecho, puedo oír mi respiración acelerada, puedo sentir el escalofrío en mi espina dorsal. Sin embargo, no puedo emitir ningún sonido, ni siquiera puedo sollozar.
Porque nunca he sentido tanto miedo.

—Lily ¿Estás bien?

No estoy reaccionando. Pero puedo sentir cómo el elevador ha vuelto a subir, probablemente de forma automática, porque no me he movido un pie fuera.

—¿Qué hacés aquí?

Las lágrimas se deslizan por mis mejillas y no puedo detenerlas. Estoy asustada. Me dejo caer sobre el piso frío de metal del elevador, y entierro mi rostro entre mis rodillas. No quiero perderlo, no otra vez.

—Lily, ¿me estás escuchando?

[...]

"Lo que Elio tiene, ya es una cuestión muy complicada, no podemos hallar la causa, tampoco sabemos con certeza si puede curarse por completo, o si regresará el tumor en algún momento, sólo sabemos que necesita ser monitoreado, las mismas quimioterapias, y el apoyo de su familia."

"Ésto es muy doloroso, Liliana, no me culpes por intentar cuidar de tu hermano".

"¡Mamá, no puedes seguir así! ¡Deja de llamar a esa basura! ¡Él decidió abandonarnos! ¡Se fue por esa puta puerta!"

"No quiero que sigas llorando por mí, Lily, cuida de mamá".

"¿No vendrá, verdad? Se ha ido".

"No necesitamos de él, nos tenemos a nosotros".

"He hecho todo lo que tuve a mi alcance, y no ha sido suficiente".

"Ve y haz tu vida, Lily, no te preocupes por mí".

"¡Se ha acabado, Elio! ¡Te has curado!"

"Sí, Lily, se ha acabado por fin".

[...]

—Lily, responde, joder ¿Qué pasa? —la voz de Pedri sonaba asustada, se veía muy preocupado, me obliga a moverme y levantarme del suelo.

Me cuesta respirar, me llevo las manos al pecho y más lágrimas se deslizan hasta incluso mojar mi blusa. Pedri se ha salido de la fiesta para ver dónde me había metido, sé que su intención era hablar conmigo, pero claramente ha aparecido en el momento menos oportuno.

Él se queda conmigo e intenta abrazarme.
Si no fuera por lo asustada que estoy, me apartaría, pero comienzo a pensar que sin Pedri sosteniendo el peso de mi cuerpo yo no sería capaz de evitar derrumbarme por completo. Y le agradezco en silencio.
Y agradezco que no haga más preguntas.

E ignoro por completo el hecho de justo ahora, a Clara se le ocurre aparecer, y encontrarnos abrazados.

in the name of love ; Barça FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora