Encerrados

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Miraba a las gaviotas que volaban por el cielo con atención, volaban y volaban siempre manteniendo la misma distancia entre ellas. Sería más agradable disfrutar de estas vistas si no fuera porque estaba subido en la moto de Chuuya y por desgracia era él quien conducía.

—¿No puedes ir más despacio?—Pregunté mientras me abrazaba mejor a su cintura desde el asiento trasero de la moto, mira que despreciaba mi vida y quería que acabase lo antes posible, pero subirme en la moto de Chuuya era como morir en vida, sentía que mi alma dejaba mi cuerpo por instantes, por no hablar de que es obvio que no confío en él ni en sus capacidades conductoras.

Chuuya obviamente no le hizo caso a mis palabras.

—¿Hah? No me seas nenaza, está todo bajo control. Aunque no me importaría dejarte morir tirándote de la moto—Dijo Chuuya usando su habilidad con la gravedad para acelerar y acelerar más aún, buscando molestarme, este chico era tan molesto.—Agárrate Osamu—Prosiguió el molesto pelinaranja, su moto empezó a subir por la pared de un edificio, algo totalmente innecesario en nuestro trayecto, pero por alguna razón a Chuuya le pareció entretenido o quizás divertido, aunque yo creo que más le causaba diversión mi silenciosa agonía interior, odiaba subirme con este chico en su moto.

—¿Por dónde?—Me preguntó, una vez la moto tocó suelo firme, pude soltarle para revisar el mapa, la moto seguía en marcha mientras yo revisaba si estábamos yendo por el camino correcto.

—Ehh.., a la izquierda—le indiqué mientras seguía mirando el mapa, no entendía nada de lo que este estúpido trozo de papel me estaba indicando, a pesar de que nuestro destino estaba bien marcado con ceras, el resto del mapa también estaba garabateado con dibujos de Elise por toda la hoja. Chuuya se volteó para mirarme, supongo que notó en mis palabras el tono de duda.

—¡Imbécil, tienes el mapa al revés!—Me gritó mientras agarraba con brusquedad el mapa quitándoselo de las manos para verlo él; mi única reacción fue sacarle la lengua ya que afortunadamente no me estaba viendo.

—Es por aquí—Dijo Chuuya mientras giraba el volante de la moto con tan solo una de sus manos a la derecha, exactamente al lugar opuesto a donde yo le había dicho.

—Como nos perdamos esta vez sí que será tu culpa..—Murmuré, siempre que a Chuuya y a mi nos tocaba una misión juntos nos perdíamos o nos distraíamos peleando por el camino, aunque he de admitir que quien más se distraía era yo, pero si tengo un momento perfecto para intentar cometer un suicidio es más que obvio que no lo voy a desaprovechar..

—¡Cállate! como sigas así te dejaré tirado por aquí y me ocuparé yo solo de la misión—Dijo el pelinaranja con ese tono tan molesto de nuevo.

—Te recuerdo que me necesitas para esta misión, y para cualquier otra, tu coeficiente intelectual es realmente nulo.—Muchas veces me sorprendía la inutilidad de Chuuya a la hroa de usar otra cosa que no fuera la violencia.

—¿Quién te necesita a ti desgraciado?—Me preguntó, sin duda estábamos empezando una de nuestras peleas nuevamente. Estaba cansado de tener que ir a misiones con él, su compañía me horrorizaba, aunque no iba a negar que él era realmente útil. A pesar de mi notable horrorizamiento por la estúpida decisión de tener que compartir mis días en la mafia con este bicho naranja, el Sr.Mori no cambiaba de opinión por mucho que le insistía en que no podía estar con Chuuya ni un segundo más. Por ahora me dedicaría a usarle para mi beneficio en estas misiones, ya más tarde me desharé de él de alguna forma. Será suficiente con dejarlo en el contenedor de basura donde lo encontré.

Aún nos quedaba un largo camino, y sí, nos pasamos todo ese camino peleando, no entendía cómo algo tan pequeño podía ser así de molesto, sin duda Chuuya estaba lleno de sorpresas desagradables. Afortunadamente este infernal viaje había llegado a su fin, conseguimos llegar a nuestro camino y tan solo nos perdimos 3 veces, sorprendentemente este es nuestro récord. Nuestro destino estaba realmente alejado, un museo antiguo a las afueras de la ciudad con poca pinta de que haya algo interesante dentro, no entendía por qué el Sr.Mori nos había mandado aquí cuando era obvio que solo estábamos perdiendo el tiempo, supongo que simplemente haría caso a lo que nos ordenó, pero tampoco nos dio muchas directrices; por lo visto, habían muchos rumores sobre este museo, fue abandonado por culpa de esos múltiples rumores, pero tras ser abandonado los rumores solo fueron de mal en peor, en cualquier caso nada de eso me importaba, no estaba para perder mi valiosísimo tiempo en revisar todos y cada uno de los rumores que habían en esta desagradable ciudad. Lo único que el Sr.Mori nos dijo fue "vayan a echar un vistazo", esas fueron sus únicas directrices. Tenía planeado entrar y agarrar la primera cosa mínimamente interesante que pueda servir como prueba de que efectivamente sí hicimos lo que nos ordenó, se lo daré y sin más, la verdad es que no quería perder mucho más el tiempo aquí, más que nada porque estar junto a Chuuya era muy desagradable.

Un compañero insoportable (soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora