El sujeto

55 5 0
                                    

Me levanté y sacudí mi ropa, no había ni una sola mancha de sangre por mis ropajes y cuando miré mi pistola, a su cargador no le faltaba ni una sola bala, exactamente como si nunca hubiera pasado nada.

—¿Era necesario llegar a ese extremo..?—Me preguntó Chuuya a quien no parecía hacerle falta una explicación por mi parte para entenderlo todo.

—Sí. Supongo que fue rudo por mi parte, pero si te decía que te tenías que matar para salir de ahí no me hubieras creído—Volví a guardar la pistola dentro de mi chaqueta tras comprobar que el cargador estaba lleno.

—Supongo.. aún así...—El pelirrojo suspiró y decidió dejarlo así. Se levantó y se puso una mano en la frente, como si aún estuviera impactado por el tiro que había recibido en la cabeza.

—Bien. Sigamos—Dije mientras me adelantaba y caminaba lejos de aquel pasillo. Pero me detuve al escuchar a Chuuya gritar y rechistar.

—¡Oye espera! ¿De verdad vamos a seguir con esto? ya has visto lo peligroso que es.—Dijo Chuuya mientras se colocaba a mi lado.

—¿De verdad eso ha sido suficiente para que te arrepientas de haber venido?—Le pregunté en un tono frío, mirando directamente los ojos azules de Chuuya, el silencio inundó nuestro alrededor cuando terminé la pregunta.

Chuuya rompió el silencio.

—Pues.. no es eso pero..—Chuuya acabó frunciendo el ceño, él no quería aparentar ser débil o estar asustado ante mi. Él chasqueó la lengua y prosiguió—Solo digo que no pienso cuidar de ti.

Chuuya se metió las manos en los bolsillos y continuó andando por delante de mi aparentemente bastante enojado y molesto. Observaba como se alejaba hasta que decidí andar detrás de él.

Había una gran puerta frente a nosotros, la puerta se veía bastante hermosa, era muy grande de madera detallada con marcos dorados, se veía muy pesada y efectivamente no me equivoqué; cuando traté de moverla no fue tan sencillo, pero la acabé abriendo después de hacer un poco de fuerzas de más.

Cuando abrimos, una gran sala oscura se abrió frente a nuestras narices. Igual que lo que sucedió cuando entramos a este museo, las luces se encendieron a medida que íbamos pasando. Cuando la mayor parte de la zona ya estaba iluminada nos pudimos dar cuenta de que se trataba de una enorme biblioteca repleta de estanterías con libros notablemente desordenados. Cuando observé los títulos de los libros, ni siquiera se podían leer, la mayoría estaban borrados por el tiempo. Se notaba que esta biblioteca estaba más que descuidada, la verdad es que no nos detuvimos a mirar demasiado, y no porque no quisiéramos, un individuo nos interrumpió en el proceso. En la biblioteca hacía muchísimo eco, la voz de un desconocido se escuchó con tanta profundidad que por poco se me ponen los pelos de punta.

—¿Qué hacéis aquí niños? ¿estáis perdidos?—Una voz completamente extraña tanto para Chuuya como para mi. Provenía de un desconocido que se estaba acercando a nosotros con una sonrisa para nada de fiar, de hecho el tono que usó para dirigirse a nosotros ni siquiera sonaba como alguien que estuviera siendo amable, más bien sonaba a alguien que intentaba ser amable. Un hombre alto de cabello rubio, lo más característico que podría decir para definirlo es que uno de sus ojos era marrón mientras que el otro era azul. En cualquier caso, este tipo no me estaba transmitiendo un aura de simple mortal, y sí, eso pude notarlo tan solo escuchando seis palabras de esta persona, pero aún no podía simplemente discriminarlo o sospechar ciegamente de él, mucho menos iba a acabar con su vida, y no porque dude de mi intuición ni mucho menos, tengo muy claro lo que tengo que hacer primero.

Chuuya obviamente también notó que este tipo era extraño y también lo tachó como amenaza, cuando miré a Chuuya el aura roja de su poder gravitatorio ya rodeaba todo su cuerpo, pero no podíamos eliminarlo tan rápido ni de broma. Agarré la muñeca de Chuuya anulando su poder antes de que dicho sujeto se diera cuenta de que Chuuya estaba a punto de hacer volar su cabeza hasta el otro lado de la biblioteca.

Un compañero insoportable (soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora