Otra vez tu

73 6 0
                                    

Me rasqué el cabello algo confuso, realmente esta situación es extraña.

—Supongo que habrá que buscar otra salida..—No veía ningún mecanismo cerca que pudiera hacer que esa puerta de metal se abriera, ¿quizás alguien la estaba controlando desde otro lugar? o quizás simplemente es un tipo de mecanismo que se activa solo cuando detecta intrusos. Decidí mirar las ventanas, sabía que estaban cerradas con candados, pero probablemente ese candado sería fácil de abrir, el único problema era que cuando miré, resulta que esas ventanas también estaban siendo ocultas bajo una gruesa capa de metal, comenzaba a dudar acerca de que esto fuera un sistema anti robo del propio museo.—O mejor sabes qué.. olvídalo—Me senté en el primer muro que vi, mientras bostezaba.—Despiértame en unas horitas..

—¿Qué estás diciendo?—Me preguntó Chuuya con ese tono tan molesto.—¡Levántate imbécil! tenemos que salir de aquí.

—Sí, pero no ahora. Déjame dormir, cuando despierte ya nos sacaré de aquí, porque por lo visto no lo puedes hacer por ti mismo.—Me recosté en el mismo muro, usando mi gran chaqueta como manta. Chuuya era realmente molesto, solo sabía quejarse.

—¿¡Hah!? ¡claro que puedo! ¡eres tu el que necesita de mi compañía desperdicio de vendas!—Chuuya seguía gritando, pero le estaba ignorando completamente, incluso le di la espalda para conciliar un lindo sueño reparador lejos de su horrible presencia. Chuuya frunció el ceño y metió de forma brusca las manos en los bolsillos de su chaqueta al ver como le estaba ignorando.—¡Pues bien! me voy a buscar una salida, ahí te quedas.

Tras esas palabras, empecé a escuchar pasos de como Chuuya se alejaba en la dirección de las escaleras del izquierdo. Una vez escuché sus pesados pasos lo suficientemente lejos me volteé para mirar, él ya se había desaparecido de mi vista.

Suspiré y miré al techo, curiosamente también habían unas lindas pinturas en este; la verdad es que no había visitado muchos museos anteriormente. Decidí levantarme y volver a colocar mi chaqueta sobre mis hombros, Chuuya era tan fácil de manipular que conseguí quitármelo de encima para poder investigar este lugar por mi cuenta. Sabía que estaría bien, por lo que no sentía ningún tipo de nerviosismo. Me levanté del muro y bajé de este mientras estiraba mis brazos.

—Que aburrido..—Murmuré quejándome, mientras decidí moverme hacia las escaleras del lado derecho. Subiría al piso de arriba e iría por el lado derecho, ya que sabía que Chuuya había ido por el izquierdo y lo menos que me apetecía ahora era encontrarme a ese enano pelirrojo de nuevo.

Comencé a subir las escaleras, estaban cubiertas con una alfombra de intenso color rojo vino, pero notaba ligeras manchas de rojo más intenso a medida que iba subiendo. Estas desprendían polvo cada vez que pisaba, y eso que no estaba pisando con demasiada fuerza. Dejé de concentrarme tanto en las escaleras y de una vez por todas llegué al piso de arriba. Se veía bastante mejor que el piso de abajo, como dije, habían dos pasillos, por lo que me adentré por el lado derecho.

Sinceramente, no estaba viendo nada fuera de lo normal que me explicara por qué ahora mismo el museo nos había dejado encerrados. Continúe caminando por el pasillo, este tenía cuadros colgados en las paredes, la mayoría torcidos, otros simplemente estaban en el suelo porque lo que les hacía sostenerse en la pared se habría debilitado con el paso del tiempo. Un lugar como este le gustaría a Odasaku, estaba seguro de ello, pensé en buscar algo que podría gustarle para dárselo, pero la idea de cargar con un cuadro no sonaba demasiado bien. Supongo que miraría más tarde, no se veía nada interesante por esta sala. Continúe caminando en línea recta, después de todo no había otro camino aparte de ir hacia atrás. Pasé por delante de una estatua, no me detuve a verla ni nada por el estilo, la verdad es que no me interesaba lo más mínimo, pero escuché un ruido detrás de mí que me pareció de lo más extraño.

Un compañero insoportable (soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora