𝟏𝟔 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 •*ᵎ Kookmin

𝐀́𝐥𝐛𝐮𝐦 𝐝𝐞 𝐟𝐨𝐭𝐨𝐬

Busan, Corea del sur. 2019.

Jungkook sonrió cuando encontró el ramo perfecto, por el que había estado más de quince minutos decidiéndose. Sabía que el que escogería debería ser el más perfecto de todos, con las flores más hermosas y relucientes.

Y lo había hallado por fin.

Las tomó con una sonrisa y caminó hasta la cajera que posaba en el mesón con aburrimiento. Le entregó el ramo y pagó, la chica lo envolvió en un papel de color café y miró a Jungkook.

— ¿Alguna nota especial?

Jungkook asintió y pensó en la nota. Debía ser igual de perfecta que el ramo.

— ¿Que te parece "Quiero meterme en tu corazón y entre tus piernas por el resto de nuestras vida, con amor, Jungkook"?

Este se giró y miró a su amigo que le entregaba una mirada de pocos amigos.

—Te partiría la cara ahora mismo, Yoongi.

—Claro que si, pero eres mejor mierda que eso y además, me has hecho caminar tienda tras tienda solo por el regalo de Jimin, ¿Podemos irnos de una puta vez? Me duelen los pies. —Yoongi se quejó.

Jungkook solo suspiró y se giró hacia la chica que los miraba con una sonrisa.

—No escribas lo que dijo ese idiota. —Jungkook dijo, escuchando el reclamo de Yoongi e ignorándolo. Se habían conocido a inicios del año cuando entró a la universidad y se habían vuelto muy cercanos desde entonces, aunque Yoongi era un tipo sin paciencia que más de una vez terminaba golpeando a alguien solo por mirarle feo.

Era un chico cuestionable en todo el sentido de la palabra, pero dentro de todo era alguien muy protector, en especial con su novio Hoseok, por el cual una vez estuvo por golpear a Namjoon cuando se conocieron y, según Yoongi, Namjoon quería meterse con Hoseok.

—"Para mi chico con labios de pollito y mejillas que apretaré toda la vida" Pon eso.

Yoongi fingió una arcada, —Eres tan cursi.

—Pobre de Hoba que tiene que soportar tu frialdad.

—Eh, no metas a Hoba en esto, con él soy el señor romanticón. —Yoongi se defendió y bufó.

La chica le entregó el ramo y le deseó una buena tarde. Ambos salieron de la tienda y caminaron hasta llegar al auto de Jungkook, un regalo de su padre por entrar a la universidad. Entraron al carro y Jungkook condujo hasta su vecindario.

—Así que hoy lo harás, ¿Eh? —Yoongi dijo, bajando la ventanilla y encendiendo un cigarrillo.

Jungkook asintió, —Después del pastel y toda la mierda, cuando ya todos se hayan ido, le diré sobre mis sentimientos.

Hoy finalmente, después de años de estar profundamente enamorado de Jimin, se lo diría. Confesaría sus sentimientos en el cumpleaños número veintiuno de Jimin. Y estaba jodidamente nervioso, casi temblando y sudando por lo que esta noche ocurriría, no estaba seguro de como iría todo, pero si de algo estaba seguro era que Jimin correspondía a sus sentimientos.

Jungkook nunca iba a olvidar aquella fiesta donde Jimin le bailó y luego estuvo a punto de confesar sus sentimientos, la manera en que lo miró, en que lo tocó y en que besó su mejilla. Jungkook había esperado un par de años, no por querer torturarse, sino porque en aquellos dos años pasados desde esa fiesta, Jimin conoció a un chico. Jungkook no se lo tomó personal, y Jimin ni siquiera salió con él oficialmente, pero si que tuvieron algo, y aunque Jungkook murió de celos y estuvo más de una vez a punto de confesarse, prefirió callar.