Grotesque Romance (Brahms heelshire Y Tú)

I Love You.

Habían pasado semanas desde que volviste a casa con Brahms, todo iba de maravilla y ya Casi estabas curada.
Brahms te atendía con calidez cómo siempre solía hacerlo, había cambiado bastante y estabas feliz por eso.

Daniela se había ido del pueblo unos días antes, no sin antes asegurarte de que Malcom no hablaría y de cambiar a tu repartidor. También te aseguro una visita de vez en cuando para ver cómo iba todo.

             
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Esa mañana era cálida. Despertaste para observar a Brahsm durmiendo plácidamente a su lado. Todo estaba muy tranquilo y sentías que esta vez todo estaría bien por mucho tiempo. Brahms te abrazo por debajo de las suaves sábanas para darle los buenos días y proporcionarte un beso en tu mejilla, era ciertamente adorable y creía que no lo podías amar más pero cada día te impresionaba.

Ambos bajaron al primer piso en busca de algo para desayunar, pero grande fue su sorpresa al ver a un pequeño gatito en la puerta de entrada. Estaba sucio y aparentemente hambriento, Brahms y tú se miraron confundidos pero aún así se acercaron para revisarlo más a fondo.

-Brahms, el gato está muy pequeño, tiene como unos 4 meses- lo agarraste entre tus brazos para llevarlo con ustedes -¿Cómo es que entró?- pregunto el mayor con curiosidad. -No lo sé Brahsm, pero este pequeñito parece que tiene hambre- El gato maullaba desesperado y rápidamente abriste una lata de atún para darle en pequeños trozos tu misma.

Brahms se emocionó cuando lo dejaste tocarlo, se veía igual que un niño, con sus ojos brillantes y su sonrisa de alegría pura. Mientras Brahms se encargaba del gato tú te ocupaste en preparar el desayuno de ambos ya que el hambre te estaba matando.

-¿_____?- volteaste a ver al pelinegro con una expresión curiosa -¿Podemos quedarnoslo?- sonreiste, te encantaban los gatos y el pequeñito necesitaba ayuda. Si alguien venía a buscarlo lo entregabas pero si no era así entonces se podrían quedar con el.
-Sí Brahsm- él comenzó a acariciar al gato y hablarle en voz baja, celebrando su aceptación en la casa.
-¿Puede ser como nuestro hijo?- dijo mientras comía lo que le habías preparado.

-¿Cómo Brahsm?- tociste casi ahogada. -Sí, leí en un libro que un hijo era como un regalo para una pareja y talvez creí que sería buena idea para nosotros.- te pareció tierno su gesto y le indicaste que estaba bien, el te beso para luego entregarte al gato y cargarlos a ambos en dirección al segundo piso.

-Necesitamos un baño los tres- empezaste a reír por lo lindo del gesto, lo amabas tanto. -Brahms, pero al gato no se le puede bañar así, está muy pequeño. Ve por una toalla pequeña y con eso lo limpiamos- Brahms los dejo en el baño en frente de su habitación y salió a buscar la toalla.

Le gato empezó a buscar caricias de parte tuya y no se despegaba de ti. Era blanco con ojos azules, cubierto de manchita por la suciedad. Su pelaje a pesar de todo era grueso y suave, parecía una bolita de pelos.

Grande fue tu sorpresa al revisarlo con detenimiento y darte cuenta de que el "gato" en realidad era una gata -Uy, lo siento pequeña, debí saberlo desde un principio- Brahsm entro segundos después con las cosas para los tres, primero tenías pensado limpiar a la gatita -Brahms, ella es una gata- El te miro con diversión y la tomó entre sus brazos -Eres una gata muy linda- sonreiste - Ey, ella se está robando mi atención- Brahms se acercó a tí para darte un beso profundo que te estaba arrebatando el aire. -No te preocupes cariño, yo te amo a tí- la verdad estabas un poco avergonzada, pero te encantaba cuando se comportaba así contigo.

-Solo estaba jugando...- dijiste avergonzada -Yo no estoy jugando- dijo risueño, jurabas que ibas a morir de alegría -Vamos Brahms, tenemos que limpiarla primero- el pelinegro asintió esperando tus indicaciones.
Le indicaste que sostuviera con cuidado a la gata, mientras tú humedecias la toalla con un poco de agua tibia para que no le resultara molesto. Comenzaste a pasar la toalla por las patas de la gatita hasta dejarlas limpias, Brahsm la acariciaba para que no llorara tanto y ella se aferraba a él.