Capitulo 1

122 10 6
                                    

Capítulo 1

El Joven Príncipe.


 Una larga noche, como cualquier otra finalmente acaba, y un nuevo amanecer se cierne sobre el Reino de Neoxa, uno de los dos reinos principales de Khalduris, la región central del continente de Irinia. Aquí, la raza de los Druidas es la dominante entre todas las demás existentes.

 Estos son seres de aspecto humanoide casi por completo, pero cuentan con características de mamíferos, tales como felinos, caninos, zorros, e inclusive lobos y osos. Muchas veces se los suele denominar coloquialmente como la "Raza Gato" o con apodos un tanto despectivos como "Seres Pulgosos" o inclusive "Bolas de pelo" por aquellos otros que no suelen gustarle la naturaleza de los Druidas. Generalmente suelen poseer orejas y colas que los diferencian de los humanos, por lo que no es complicado notarlo.


 La luz solar penetra el reino y pasa por las cortinas de una habitación, la cual es demasiado lujosa como para ser de una posada como las que abundan en el reino para los pobladores sin hogar propio o turistas de otras regiones o pueblos aledaños, pues el mismo lugar es una de las habitaciones del Castillo Neoxa, asentamiento más importante del reino del mismo nombre; acostado en la cama se haya su dueño, quien cegado por la calidez y luminiscencia del astro padre, aún con los ojos cerrados no tiene de otra más que levantarse.

Sentado en el filo de su cama, con la vista perdida en una de las botas que usa para vestirse, aún el sueño lo domina, procede a levantarse e ir a darse un refrescante baño como suele hacerlo todas las mañanas. Al salir del cuarto de baño envuelto en una toalla de seda, comienza a colocarse sus prendas, notándose su aspecto en su espejo.

Aquel joven de aspecto simple pero bien entrenado no pertenece a la raza de los Druidas, pues sus orejas no están en el lugar que deberían, es decir encima de su cabeza, sino al lado.

Es un humano, y no cualquiera como los muchos que viven en el continente, él es Príncipe de Neoxa; hijo adoptivo de su majestad, Argus, Líder de Neoxa, quién rescató al chico hacía hace varios años de un campo de batalla en una guerra del pasado y lo acogió como hijo propio al sentir la obligación de no dejar a nadie abandonado, aunque en el fondo, había algo que cautivó la vista del anciano, algo le decía que no debía dejarlo ahí.


 Con solo 19 años de edad, cabello corto y de color oscuro, con ojos marrones que desprenden un aura pacífica y una cicatriz que abarca en su mejilla, como recuerdo de aquel tormentoso día donde su vida dejó de ser lo que era antes y pasó de ser un huérfano a ser adoptado por el Rey, el Príncipe Yang finalmente está vestido y listo para salir como todos los días.

 Este suele vestir ropa oscura y evita las ostentosidades, tales como joyas o cosas luminosas pegadas a la piel, pues no le gusta destacar su estatus de la nobleza a pesar de ser conocido en todo el reino y gozar de los privilegios que un príncipe puede tener. Su día es simple y rutinario pasando de estudiar la política y geografía que puede conseguir y entrenar junto a su superior, el Comandante Cullen, líder de las fuerzas armadas del reino; muy rara es la ocasión donde el joven príncipe puede salir a una expedición al exterior, ya que su entrenamiento es el más exhaustivo.

Caminando por el largo pasillo solitario, el joven llega hasta una puerta enorme donde se encuentra alguien muy importante para él. Estira su mano para rozar la lisa madera, dejando un rastro lumínico por el lugar, dado que detrás de la puerta sabe que está ahí esa persona, pero no se atreve a tocar. Él solamente habla en voz baja apoyando su frente un momento contra la puerta -Bello amanecer, hermana. Espero que hayas descansado bien. - con una leve sonrisa en su rostro.

Saga de Keneor: Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora