Capitulo 35

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Capitulo 35

El Comité de Bienvenida


Tras haber presenciado el majestuoso vuelo del dragón a la lejanía por los cielos oscuros, ambos vuelven a la cueva temblando de frio mientras apenas los restos de la fogata empiezan a consumirse, por su lado Kato no parece incomodo en su tienda de campaña, pues sus ronquidos pueden escucharse, plácidamente durmiendo sin importarle demasiado. Yang empieza a cubrirse con sus mantas para prepararse para dormir, aun sufriendo un poco por el intenso frio de la noche del desierto, acostándose mientras observa el techo de la cueva pensando en muchas cosas, mientras que Kyrah se le queda mirando

- ¿Qué estás haciendo? - pregunta el joven Principe, a lo que ella murmura –¿Por qué sigues pensando en las cosas que más daño te hacen? Solo causas que no puedas dormir-


Yang suspira un tanto agotado al notar las intenciones de la chica. - ¿Es necesario esto? –

-Mientras más pienses que los has decepcionado a todos, más terminas lastimándote a ti mismo, culpándote por un error que no estaba en tus manos. –


Kyrah empieza a arrastrarse cerca de Yang mientras le dice –Entiendo tu preocupación, no solo estás en búsqueda de tu hermana, estas en búsqueda de enmendar tus errores, es lo que noté estando contigo en las aguas termales mientras estabas pensando en ella y empezaste a...- en eso Yang la interrumpe - ¿Es necesario recordarme ese momento tan personal? - ella ríe un poco.

-Pues no es así, no del todo. Mira, aunque no lo quieras aceptar y pienses que lo único que has hecho es decepcionar a las personas que te rodean, no es así. - le cuenta ella, a lo que Yang solamente intenta girarse con problemas, pues el espacio es casi nulo –¿De qué hablas? -

- ¿No pusiste atención a las palabras de Kato? Cuando era pequeña y lo conocí era un héroe reconocido por toda la región, luego perdió las ganas de seguir luchando por todo lo que perdió en aquella cueva hasta que llegaste tú y le demostraste tu determinación para salvar a la persona que más te importa, tal vez él vea tu determinación para enmendar tu error y seguir adelante, pero yo entiendo que hay algo más dentro de ti. –


Yang suspira un tanto preocupado, mientras que Kyrah se acerca un poco más a él para hacerle compañía. –Dices haberles fallado a muchas personas, cuando la realidad es que solo te estás mintiendo a ti mismo; y aún si tu pueblo desconfía de ti por un simple error, tú sabes que puedes enmendarlo. Es lo que un futuro rey debe hacer. Descanse su alteza. - dice ella, pero Yang la corrige –Yo no estoy destinado a ser rey de Neoxa, está prohibido que una persona completamente ajena a los druidas lo sea; Miah se encargará de ese trabajo, mientras que yo me limitaré a ser el comandante de la guardia real. –

-Mucho mejor para ti, así te ganarás la confianza de aquellos que debes proteger. Descanse entonces, mi general. - dice ella para girarse e intentar dormirse, Yang queda completamente en silencio mientras observa a sus compañeros dormir y como la fogata empieza a consumirse por completo, seguro de que no hay amenazas cercanas a su sitio de descanso.


Yang empieza a tocar nuevamente el bolsillo de su pantalón, sacando aquella runa nuevamente, intentando averiguar si el mismo color brillante que se activó en aquella cueva lo hacía de nuevo, pero la misma se mantiene en su estado normal, como si fuese un simple objeto de utilería; por lo que este la mete nuevamente en sus bolsillos para seguido intentar descansar.

Pasa un par de horas y Yang comienza a despertar sintiendo algo extraño en el ambiente, muy apenas logra abrir los ojos logra ver que afuera es de noche; pero este siente como que alguien lo observa, por lo que intenta girarse y se encuentra con algo que lo sorprende, pues Kyrah esta acostada a su lado acurrucada mientras se cubre del frio.

Saga de Keneor: Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora