5. Pensar en tus sentimientos

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—¿Un contrato?¿Literalmente anoche me invocaste así que ya tenemos un pacto? No hay manera alguna de que me libre de esto—resopla.

—Por favor, habla bajo. No puedes decir ese tipo de cosas. 

Volteo a ver al editor disimuladamente, por suerte no está prestando atención. El demonio a mi lado rueda los ojos y planea irse, así que tengo que detenerlo agarrandolo del brazo.

—Necesito un contrato "humano", un papel donde podamos firmar. ¿Entiendes?

—Es una estupidez.

—Oye. Eres un demonio por supuesto que no confío en ti, necesito asegurarme que todo saldrá bien suponiendo cumples tu misión.

—Claro que lo haré, nunca fallo en mi misiones—ataca como si hubiera herido su ego.

—Está bien, te creo. Nos veremos al almuerzo, no hagas cosas raras ni hagas que te echen.

Él solo me da una mirada y se marcha sin decir más. Lidiar con un demonio parece una tarea difícil y más cuando este parece tener un carácter rebelde, aunque este no será el mayor de mis problemas en el futuro considerando que Ginebra perdió totalmente la cabeza al contratarme como su cupido personal, aún sabiendo que soy un desastre en el amor.

Me vuelvo a sentar al lado del editor y continuo con mi trabajo por la próxima hora, cuando por fin es hora del almuerzo me apresuro para ir a buscar a mi supuesto primo, me escabullo de Ginebra lo más que puedo ya que no quiero que me pregunte acerca de mi nuevo trabajo, teniendo en cuenta su personalidad seguro está ansiosa por saber mis avances habiendo pasado tan solo 4 horas. Entonces un bombillo en mi cabeza se enciende, por supuesto, Tim ahora es el diseñador de POSES por lo tanto tengo una excusa para ir a la revista. Quizá pueda fingir que olvido algo en su antigüo trabajo, supongo que funcionará bien...

Mientras me pierdo en mis pensamientos el ascensor por fin llega al primer piso, sin embargo mi plan de escabullerme falla por completo. 

—¿A dónde vas?

—Este...es mi hora de almuerzo

Ginebra me escanea de pies a cabeza llevando su lentes oscuros a su cabello y planta una mirada juzgadora en mi. ¿Por qué tan repentino cambio? Siento que ha vuelto la "bruja" y no es nada bueno, quizá algo sucedió que no está de buen humor. 

—¿No deberías estar buscando la manera de que me vea con mi futuro esposo?

Trago saliva. En serio que quiero enterder a esta mujer pero creo que está obsesionada de alguna manera con este asunto. 

—Claro, si. De hecho creo que iré a POSES ahora mismo—suelto en voz alta. 

Se supone que no iba a decir tal mentira, solo tenía que decirle que iba a averiguar la forma pero ahora me había condenado con mis propias palabras. Su ceja derecha se levanta y me vuelve a escanear, su mirada realmente intimida. Es obvio que no me cree. 

—Está bien, haz lo que tengas que hacer, pero si me entero que me estás mintiendo o no estás haciendo lo que te mande...date por despedida. 

Ella se adentra al ascensor y las puertas se cierran ante mi dejando observar mi pálido reflejo. Giro y salgo casi corriendo hacia la salida. Choco con alguien quien resulta ser Demian, por primera vez agradezco que sea él. 

—Debo huir de aquí ahora—murmuro e intento arrastrar su pesado cuerpo que no copera—. Por favor, vamor. 

—¿Qué sucedió ahora?¿Qué hizo tu jefa?

Él se queda cruzado de brazos y parece que no planea moverse. Maldita sea, no en este preciso momento. 

—Te explicaré afuera.

Amor a primer pacto demoníacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora