Loki

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—Tan pronto estamos en Alemania? — Pregunté para mis adentros. 
Me asomé hacia los asientos de piloto para ver la ciudad, que aesthetic dios mío  En otras circunstancias... sería perfecto para vacacionar. Las luces en la ciudad le daban un toque elegante.

Me di la vuelta y me topé con el torso de Steve para luego elevar mi mirada y toparme con sus ojos preciosos.

Me dedicó una sonrisa tranquila y me dijo: — Quédate tranquila, trataré de hacer todo el trabajo para que no tengas que ponerte en riesgo, Estelle

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Me dedicó una sonrisa tranquila y me dijo: — Quédate tranquila, trataré de hacer todo el trabajo para que no tengas que ponerte en riesgo, Estelle.

Me sonrojé un poco y bajé la mirada, esto es muy común en mi, pero viendo la situación creo que puede sacarse de contexto. Me pone muy nerviosa ver a alguien por tanto tiempo. ahora imaginen esa situación con un ser tan atractivo como él.
En mi ciudad no habían de esos.

— Fury dio instrucciones precisas, no quiero causarte problemas, de todas formas si me atraviesa una espada sé que no voy a morir. Si necesitas ayuda solo dime, podré hacerlo. — Comenté con timidez. 

Quise hacerme a la valiente respondiendo eso y aunque no se notaba, por dentro andaba cagadísima de miedo. No sé si se debía a la situación de ser nueva en ello o a los nervios de ser una adolescente en esa realidad. Estaba con miedo constante que de con un putazo me regresen a mi RA.

— Está bien. Si cambas de opinión soy todo oídos.— Respondió para luego saltar hacia una terraza y emboscar a Loki.

Me quedé observando la entrada del jet por donde antes había salido Steve algo distraída, tenía el gran impulso de ir detrás suyo para ayudarlo, pero tengo vértigo, entonces me regresé a mi asiento con el corazón latiendo con fuerza. 

— Hey Estelle.— Era Nat

— Hmm?

— Habrás engañado a todos pero a mi no, créeme.

Ayayayayayayaaay. Lo sabe.

Me di la vuelta inmediatamente sin disimular mi cara.— Qué?— Ella sólo me miraba.

— No entiendo.— Agregué.

— Sé que tienes miedo, es normal, eres una niña. Deja de fingir, es triste.

Quedé.

Solté la risa más falsa que pude haber hecho, ella lo notó. No sabía qué decir para zafar de esa situación. Mi cara lo decía todo:

 Mi cara lo decía todo:

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Tres vidas (Shifting)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora