Terminaba de prepararme para la fiesta cuando veo que la puerta principal se abre y deja ver a la señorita perfecta: Julie Hernández. La favorita de todo el mundo. Incluso mi hermana menor la elegía por encima de mí y el que haya ido a abrazarla apenas la vio, lo dice todo. A mi apenas me dirige la mirada.
—Julie, ¿no vas a lo de Mariana?
—Lo siento cariño, pero no—sonrió— Tengo trabajo que hacer, solo vine a buscar algunas cosas.
— ¿Queres que te ayude a bajarlas? —Thomas, su hermano, preguntó desde las escaleras.
—Por favor.
Él sonrió y desapareció escaleras arriba. Cuando ella iba a subir, fue interceptada por su madre.
—Mi amor—la abrazó— ¿Cómo estás?
—Cansada, no he dejado de trabajar.
—Julie, sabes que eso no es bueno para ti.
—Lo sé, prometo descansar cuando el mes termine.
— ¿Y así hasta el próximo año? Temo que no puedas soportar otro año más, mi vida.
Mayo es el más difícil para la familia Hernández, especialmente para Julie. Hacía ya cinco años que perdieron a dos integrantes de la familia en un accidente automovilístico; la gemela de Julie, Bárbara, y David, el hermano menor. Solo Thomas, el mayor, y Julie sobrevivieron. Ellos terminaron en el hospital por dos meses, mientras que Bárbara y David fueron cremados y tuvieron una pequeña ceremonia.
Cada que recordaba ese suceso, mi corazón dolía y solo quería abrazar a Julie. No puedo imaginar el dolor que es perder a tus hermanos, más aún cuando es tu otra mitad. Yo no podía soportar perder a Amy. Pero aún así no me acercaba a ella. La rivalidad que teníamos y mi orgullo me lo impedían. Desde el momento que nacieron, tuve una rivalidad con las gemelas ya que se llevaron toda la atención y, a medida que iban creciendo, esa atención aumentaba, lo que hacía que enfermara de celos y envidia.
La veo bajar con Thomas cargando unas cajas. Se despidieron y salieron de la casa.
—Debería sentirme mal por ella, se ve un poco arruinada, pero solo siento un regocijo de satisfacción al verla sufrir —dijo Bruno a mi lado.
—Eso porque sos un ser insensible, sin corazón, que solo piensa en sí mismo y su satisfacción, como todos en la familia —gruñó Amy y se fue a la cocina.
— ¿Estás segura que es tu hermana?
Rodé los ojos. — Vi cómo le crecía la panza a mi mamá, así que sí, es mi hermana.
Una hora más tarde, salimos todos hacia lo de Marian. Mi hermana y yo subimos al auto de mi madre. Bruno y sus padres viajaron en el auto de los padres de Julie. Al llegar, vimos que la fiesta había empezado. Entramos y saludamos a la anfitriona, Mariana, mi mejor amiga. Ella era la única que sabía el conflicto que me generaba mi orgullo y mis sentimientos hacia Julie. Sabía que podía confiar en ella para contarle todo sin que me juzgara. Gracias a que nos conocemos desde niñas, generó un vínculo con mi familia que hizo que se volviera una más.
Tres horas más tarde, estaba terminando mi sexta botella de alcohol. Me sentía mareada y tenía mucho sueño. Bruno, con el permiso de Mariana, me llevo hasta la habitación de ella e hizo que me acostara a dormir, diciéndome algo como "ya tuviste suficiente por hoy, te pasaste del límite". Lo último que recuerdo fue la risa de una chica, la cual no logre distinguir. Me desperté de golpe, mi cabeza dolía muchísimo. Me senté cuidadosamente y me fije a mí alrededor. Qué raro, aún seguía de Mariana. Salí de la cama y baje al primer piso. No había nadie, la casa parecía vacía.
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Nuances D' Darkness
Horror"Ni en tus sueños estás a salvo" Antología de fantasía oscura, thriller, terror y suspenso