El esposo mudo del jefe discapacitado [ABO] FINALIZADO

CAPÍTULO 32: Prometo encontrar al bebé

Xie Dao Nian no volvió a la oficina del último piso, sino que llamó a Lu Li para informarle de que les llevara a él y a Ji Xiao Nai a casa.

Ji Xiao Nai lloró en silencio durante mucho tiempo, y cuando sus lágrimas finalmente se secaron, se acurrucó en los brazos de Xie Dao Nian como si hubiera perdido su alma, sus hermosos ojos almendrados abiertos en blanco, pero su mirada estaba dispersa y completamente desenfocada, habiendo estado completamente inmerso en su propio mundo.

Xie Dao Nian no perturbó su largo aturdimiento, sino que frunció los labios y cerró los ojos en silencio, pensativo. Sólo cuando el coche llegó a la villa y Xie Dao Nian se bajó con la ayuda de Lu Li y regresó al estudio, besó la punta de la fría nariz de Ji Xiao Nai y dijo suavemente: "Xiao Nai, estamos en casa."

Ji Xiao Nai parpadeó perezosamente, sin darse cuenta de lo íntimo que era el comportamiento de Xie Dao Nian, sólo tirando suavemente de su camisa, sus labios se abrían y cerraban en silencio: "Mi bebé..." Al ver la esperanza seguida de decepción, ya ni siquiera tenía fuerzas para hacer el lenguaje de signos.

Xie Dao Nian le alisó el pelo desordenado, como si sostuviera a un bebé, meciéndolo suavemente y calmándolo, susurrando: "No tengas miedo, tu bebé sigue ahí".

Ji Xiao Nai negó enérgicamente con la cabeza: ¡Su bebé ya no estaba allí! Xie Ji Qing lo había enviado lejos desde el principio, ¡a ese pequeño bebé que acababa de nacer! Tan frágil, recién llegado al mundo y viéndose obligado a abandonar a su madre. ¿Cómo podía Xie Ji Qing ser tan despiadado como para tratar a su hijo?

Tal como Xie Ji Qing había dicho, su hijo podría haber desaparecido hace mucho tiempo. Pensando en esto, casi se derrumba una vez más.

Xie Dao Nian le sujetó los hombros con fuerza y le miró fijamente a los ojos mientras decía con voz profunda: "Xiao Nai, mírame seriamente."

Ji Xiao Nai le miró fijamente con lágrimas cayendo por su cara, su corazón exhausto, había perdido la fuerza para resistir, y sus labios blancos no podían dejar de temblar. Xie Dao Nian le miró profundamente y le dijo palabra por palabra: "Xiao Nai, tu hijo sigue vivo, créeme."

Ji Xiao Nai se quedó helado.

Xie Dao Nian parecía solemne y continuó: "Sé dónde puede estar, Xiao Nai, dame tiempo, encontraré la manera y te ayudaré a recuperarlo".

Ji Xiao Nai le miró mudamente y lentamente estiró su temblorosa mano para acariciar el apuesto rostro de Xie Dao Nian. Aunque sabía que, en tales circunstancias, las palabras de Xie Dao Nian eran probablemente sólo para consolarlo para que pudiera reavivar su esperanza, pero por alguna razón, cuando se encontró con los ojos extraordinariamente profundos del hombre, el corazón de Ji Xiao Nai, que había sido durante mucho tiempo tan frío como las cenizas, involuntariamente se calentó un poco.

Miró a Xie Dao Nian y preguntó: "¿En serio?"

"En serio". Xie Dao Nian tomó su mano y prometió solemnemente: "Te juro que te ayudaré a encontrar a tu hijo".

Ji Xiao Nai cerró los ojos con fuerza, y las comisuras de sus labios se curvaron lentamente, revelando una débil y pálida sonrisa: "Gracias, Cuarto tío" Después de decir eso, su mano perdió su fuerza y se deslizó hacia abajo.

Xie Dao Nian abrazó al ya inconsciente Ji Xiao Nai, su rostro frío y grave, envuelto en una ira atronadora y tiránica.

"¡Lu Li! ¡Trae a Su Mu Jin aquí!"

*****

Su Mu Jin terminó de examinar al inconsciente Ji Xiao Nai, y en cuanto giró la cabeza, empezó a regañar a Xie Dao Nian: "¡Te lo dije la última vez, está en muy mal estado mental, esta mentalmente debilitado! No hace falta que veas su cara sonriente de siempre, en realidad es muy frágil y no aguanta más golpes ni estímulos, ¡eres tan bueno que directamente le has hecho desfallecer, tú... eres simplemente una bestia!"