*°• ᴘʀᴇᴛᴛʏ - ᴊᴀʏᴡᴏɴ •°*

8

—¡Wonnie, hora de cenar!— el chico dejó su celular sobre la cama y bajó al comedor.

Era sábado, así que lo más seguro era que sus padres lo estuvieran esperando con unas cajas de pizza sobre la mesa, normalmente estaban acostumbrados a ordenar algo de comida rápida dos sábados de cada mes y hoy era uno de ellos.

—¿Pepperoni o hawaiana?— preguntó su padre una vez que estuvo sentado en una de las sillas.

—Pepperoni.

Las tres personas comieron sin una plática de por medio y eso le daba algo de calma a Won, quien ahora mismo se estaba mortificando por la conversación que había tenido con sus amigos recientemente. ¿Enserio tenía que besar a Jay? Es decir, no es como si no hubiera dado su primer beso ya, no es como si no hubiera tenido su primer noviazgo tampoco... Pero de alguna forma, el hecho de que fuera Jay su nueva pareja lo hacía algo totalmente distinto, no era porque era su primera relación con un hombre ¡En las fiestas ya había besado a algunos! Además, esta relación era completamente falsa, es decir, tenía que parecer real, pero no es como si fueran algo oficial.

No es como si Jay sintiera algo más que amistad por él.

—¿Todo bien? No has tocado la rebanada de pizza— salió de sus pensamientos para ver a ambas personas preocupadas.

—¿P-por qué lo dices?

—No has comido aún, estás apretando la servilleta entre tus manos y tienes una expresión muy seria.

—Ah... No es nada— y soltó la pequeña toalla de papel luego de percatarse de la presión que ejercía en ella.

—¿Cómo se llama?

—¡¿Perdón?!

—Lo que escuchaste, Wonnie eres algo predecible, sé qué piensas en alguien ¿Cómo se llama?

—¿Por qué insinuas que pienso en un chico?

—Nunca dije que fuera un chico— su papá lo miró como si estuviera aguantando la risa, pero seguro estaba emocionado.

—¡Yo también quiero saber! Anda dinos— ahora sus padres querían saber en quién pensaba tanto... Demonios.

—No es nadie especial, solo es Jay...

—¡¿Tu mejor amigo?! La última vez que lo ví tenía unos 8 años— simuló secar una falsa lágrima con su servilleta —¿Y qué hay con él? ¿Le pasó algo? Si quieres pue—

—Ning, déjalo hablar... Pero sí, puede venir cuando quiera— ahora era su esposo quien lo miraba con el ceño fruncido.

—Bueno, la verdad es que yo—

—¡¿Están saliendo?! ¡Sabía que algún día iba a suceder! ¿Escuchaste, SooBin? Es el primer novio de mi bebé— el hombre de cabello castaño claro abrazó fuertemente a su esposo debido a tanta felicidad.

—¡¿Enserio?!— sin darse cuenta, JungWon asintió —¡Muchas felicidades, hijo! ¿Cómo se hicieron novios?

—¿Cómo? ¿Nosotros? Ah... ¡Me declaré...! En un parque de diversiones... ¡Con un oso de peluche rosa...! ¡Tenía un listón celeste, sí eso! ¡Y me dijo que sí!— sus padres miraban enternecidos y prestaban atención a su improvisada historia. Le habían creído ¿No?