*°• ᴘʀᴇᴛᴛʏ - ᴊᴀʏᴡᴏɴ •°*

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—¡Oficialmente eres legal, Rei!— festejó Riki tomando la iniciativa de darle un abrazo a la chica, los demás se unieron después de él conviertiéndolo en un abrazo grupal. —Felicidades.

—Gracias amigos, ¿Saben? Al final, no creo hacer algo a lo grande, así que vamos a comer después de clase— propuso a lo que todos estuvieron de acuerdo, con la condición de que la cumpleañera no pagara nada, quien luego de muchos intentos de negarse, finalmente desistió y tuvo que aceptar.

Entonces los cinco amigos emprendieron el camino rumbo al aula. Algunas personas que pasaban a lado felicitaban a Rei, otras pasaban de largo y no faltaba la gente que miraba con suma atención a todos o solamente a la parejita del grupo, que en éste caso, ya se habían acostumbrado a las curiosas miradas de los alumnos.

Llegaron al salón y se disponían a ingresar, sin embargo, un grito de alguien conocido por todos interrumpió la acción y Jay sólo supo tomar a la persona recién llegada del brazo para escuchar lo que sea que le fuera a decir.

—Hola Jay— una tierna sonrisa con hoyuelos lució enfrente suyo.

—BeomGyu— saludó formando una línea recta con sus labios. —¿Sucede algo?— prosiguió a preguntar.

—Bueno... Traje una cartita para tí— dijo mientras extendía a sus manos un papel rosado en forma de corazón, el rubio atinó a suspirar y sutilmente empujó las manos ajenas lejos de él, poniéndolos contra el pecho contrario.

—Pero... Sabes que estoy con JungWon— se justificó, aunque se extrañó al ver la cara de confusión del chico.

—¿JungWon? Creí que todo era falso.

—¿Qué dices?

—Bueno, hay gente que dice que lo tuyo con JungWon no es de verdad, principalmente porque no ven que lo trates con mucho cariño y que lo sigues tratando igual que cuando eran amigos. Creí que entonces seguías disponible— habló Choi mientras poco a poco iba dirigiendo su mirada al suelo.

¿En serio decían eso? Debía ser gente muy entrometida seguramente, y aunque eso fuera cierto o no, a Jay le preocupó que realmente descubrieran la verdad. Hace día había hablado con Won sobre todo el teatro que estaban montando y se convenció de que terminar no era una opción muy viable, al final de cuentas, si quería evitar recurrir a ese camino, tenía que plantearse cómo podía hacer que su noviazgo pareciera verdadero.

Pero ¿Cómo?

—Todo eso es falso— miró hacia atrás donde estaban sus amigos esperándolo, sus ojos se posaron en los de Won, los curiosos y bonitos ojos de Won y entonces regresó su atención al pelinegro decidido a detener todo de una vez por todas.

—Yo... Verás BeomGyu, la primera vez que te confesaste a mí te dije que no estaba listo, ahora me doy cuenta de que mis palabras no fueron las correctas y me siento mal por no haberte aclarado bien las cosas desde un principio— el menor lo miraba con atención y solo pudo suspirar una vez más. —La verdad es que... No creo que pueda corresponder tus sentimientos, ni ahora ni en un futuro y lo siento mucho, en serio, perdón, pero no te sigas haciendo daño— con una diminuta sonrisa puso su mano sobre el hombro de Choi.

BeomGyu sonrió leve, tan leve que muy apenas se marcaban sus hoyuelos. —Claro... Yo... Siento mucho si te molesté con mi insistencia, voy a esforzarme para dejar ésto atrás— dió una pequeña palmadita sobre la mano de Jay que seguía en su hombro.

—Ya llegará la persona indicada para tí, BeomGyu, solo es cuestión de tiempo, verás que sí— ante eso, el chico asintió y eso fue lo que le dió fin a su conversación, siendo que Jay regresó con sus amigos y Beomgyu fue en camino contrario rumbo a su clase.

—¿Qué pasó ahora, Jay?— preguntó HeeSeung.

—Le dejé todo en claro finalmente, seguro encontrará a alguien que lo ame algún día— ante eso todos estuvieron de acuerdo y una vez timbró la campana, entraron al salón.