~PRÓLOGO~

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CARLA.

Diez años antes.

Mansión Brown, Karresfield.

°~••|••


Un sonido de frustración salió de mis labios cuando bajé las escaleras y vi que , como siempre , mis padres no estaban en casa.

—¿Hola?—sabía que gritaba en vano.

Entonces llegó Jules, mi prima. Hacía mucho que no venía a casa. Aunque la notaba algo distinta....supuse que sería producto del año que estuvo lejos.

—Hola, Carla—me saludó con poco entusiasmo.

—Hola, prima¿Estás bien?

No lucía como yo, a pesar de tener mi edad. De hecho, si las pocas cosas que había hablado con mamá eran ciertas , ella no ...había desarrollado aún. Entonces...¿por qué a su lado me veía tan...niña?

Mi madre entró batiendo su cabello rubio con delicadeza y sus ojos azules me examinaron.

—Hija, ponte algo decente y baja a desayunar. Tenemos que hablar contigo de algo.

Asentí y fui a mi cuarto. Bajé de nuevo las escaleras un par de minutos después. Mamá estaba junto papá y Jules sentados a la mesa esperando por mí. 

—Eh....¿Pasa algo malo?

—No, cariño. Solo queríamos que supieras que Jules de empezará a quedar aquí. Es que la tía Roma viaja mucho y eso...

Pero yo ya no oía . ¡No estaba sola ! Ella se quedaría en casa y mis padres...dios. Iba a tener algo así como una...hermana.

—¡Genial!—exclamé.

Hasta que la sentí murmurar:

— Esto es una mierda.

Mi madre y mi padre la fulminaron la mirada.

—Una dama de la alta sociedad no dice groserías , Jules Brown— advirtió mi madre, seria.

Jules se encogió en su asiento.

—Lo siento , tía Sophia. Se me ha escapado.

Mi madre asintió, satisfecha y me senté a comer. Pero seguía incómoda. Demasiado. Creí que ella sería como una hermana para mí.  Pero al observarla ...algo en ella no me gustó. Me sentí ...perturbada y...

—Carla.—la voz de mi madre me hizo levantar la vista. — Te estoy hablando. Concéntrate.

—Sophia...—advirtió papá— es una niña.

Ella soltó un suspiro.

—¿Qué tal tus notas?

—Sobresaliente en  todas y título de oro en Literatura.

Mi madre sonrió , satisfecha.

—Esperemos que sigas así hasta la universidad, aún eres pequeña...pero tengo grandes esperanzas para ti.

Le di una sonrisa a boca cerrada y seguí comiendo.

(...)

Si algo me gustaba era visitar a Abigail, mi abuela. Era una mujer mayor y muy sabia. Cuando estaba en su casa me cuidaba y , a diferencia de mis padres, no me dejaba sola.

—Hola, Carlita — no me gustaba mucho que me llamaran así, pero a ella se lo permitía— Mírate que crecida estás ya.

—Es una niña, suegra—comentó mi padre, algo burlesco, —… no es una planta.

Una sonrisa tiró de los labios de mi madre quien bebía té con una revista en la mano.

—Cállate, Richard. Me importa un bledo tu opinión.

—¡Madre!— exclamó mi madre, horrorizada.

—Bueno—prosiguió mi abuela , mirándome como si no hubiera matado una mosca —… ¿Qué decía? Ah, sí. Me gustaría leerte las manos , cariño.

—¿Eso se puede hacer?—pregunté con el ceño fruncido. 

—Así es...

Me sujetó de mi mano diminuta y sus palmas se sintieron arrugadas y algo ásperas.

Miró mi mano y siguió sus líneas con la mirada por varios segundos hasta que... sonrió. Una mueca de confusión total se posó en mi cara.

—Serás recordada por siempre en muchos corazones , Carla.

Sus palabras me dejaron pensando.

—¿Y eso por qué, abuela?

—Te espera una gran historia de amor— susurró, sonriendo de oreja a oreja.

El beso de un vampiro © [+18] [Nueva Versión] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora