El amor a lo que hago

127 29 9
                                    

Los rayos del sol naciente llegan a mi rostro, un par de parpadeos y un bostezo interrumpido por la mano, mi cuerpo ha descansado pero mi mente se agita dentro del cráneo, han sido días complicados, noches de desvelo marcan unas ojeras pronunciadas en mi reflejo en el espejo, la ansiedad ha sido mi compañera más leal en estos últimos dos meses, a veces se va pero regresa sin avisar y se cuela en mi sistema nervioso como un puto ladrón a llevarse mi tranquilidad. He perdido un poco las ganas,el amor a lo que hago se lanzó por la ventana, he llegado un punto en el que no importa lo que duerma, siempre me siento exhausta. Llego al Hospital, subo a la sala, todo está en silencio,la alarma sin desactivar que guardo en mis oídos tal vez me jugó una mala pasada, veo al fondo al niño de ojos grandes, hoy no llora, me mira expectante, con algo así que describiría muy cercano a la admiración, sus comisuras se curvan en una sonrisa genuina, en mi interior una emoción un tanto olvidada transita, y de un golpe recuerdo porque escogí entre un montón de posibilidades ser médico; se me nubla la vista y mis ojos se llenan de lágrimas, permití que el estrés me decepcionará, olvidé que el amor es sencillo cuando nace e imposible cuando se mata.

Poemas al amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora