Poemas al amanecer

Yo, poeta.

Sé que también tienes miedos,
tus ojos lo reflejan cuando me ves.
Te han machacado la espalda, los estereotipos y los revés.
Tu alma ha sido dañada, tu piel ha ardido con cada desilusión.
La delgadez de tus fibras, las imperfecciones de tu ser, se han clavado en tu psiquis, te han hecho ver la oscuridad, pero más allá, más allá de lo obvio, de lo tangible está quién en verdad eres, ese chico con miedo a enamorarse de sonrisa sincera, de piernas largas y pelo algo dañado, el que juega online porque cree que es mejor que la realidad, el amigo al cual acudo cuando me siento triste, al que a veces culpo de todo como una salida infantil a los problemas porque sé que ahí estás, porque eres de verdad, y sé que cuando me dices que me quieres no mientes, tu mirada es demasiado transparente, creete que eres diferente y no necesitas jamás ser como los demás. Quien no lo sepa ver se lo pierde, así me has dicho: no es que seamos insuficientes es que es imposible sentirte bien con alguien que sea común, porque nosotros amigo mío, aunque algo dañados, maltratados y malnutridos somos de esas personas que ya no quedan en la actualidad, yo poeta, tu romántico...