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Notas de autor: Este capitulo contiene foreplay/soft smut? (i  think) o al menos mención de eso. Dejo la advertencia por si alguien prefiere omitir este tipo de contenido. 

Cualquier opinión o comentario es más que bienvenido :D


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La medicación resultó ser más eficaz de lo que se creía. La doctora le comentó que en pocos pacientes ralentizaban el progreso de la enfermedad. Que si bien los fármacos no frenaban el padecimiento y el dolor seguiría afectando su condición de vida, podría gozar de un poco más de tiempo para organizar el procedimiento quirúrgico. Por otra parte, los efectos secundarios eran realmente molestos; migrañas, insomnio, cansancio. Spreen comenzaba a sentir que su cuerpo era demasiado viejo para su edad.


Después de hablar jugar un rato online con Carre, esquivó los mensajes de su padre y terminó por ir a casa de Karl, donde pasaron la tarde fumando marihuana y compartiendo el humo de los cigarrillos entre beso y beso. Pasar el tiempo con Karl era genuinamente divertido cuando los pulmones no le estaban doliendo. Se entendían los suficientemente bien como para bromear y coquetear la cantidad justa. Karl lo llamaba «osito» en un español tan dulce, que Spreen odiaba lo que causaba en él ese tonto término. Solía disimular el sonrojo arrojándole la almohada de su cama y luego terminarían riendo, con Karl encima de él mirándolo a los ojos mostrando una sonrisa fugaz que desaparecía cuando comenzaba un nuevo beso. Todo eso sería perfecto si tan solo la vida que tenía fuera de esa burbuja fuera una mentira. Si tan solo pudiera empezar otra vez e ignorar la causa de su padecimiento. Escapar de esa primera vez que Roier y él intercambiaron palabras, huir del principio de su fin, porque Spreen era lo suficientemente razonable como para darse de baja si algo no salía como él quería. O tal vez encontrar ese motivo que lo hizo enamorarse de él... Como si todo ese asunto que estaba viviendo fuera algo racional.


Si había un dios ahí afuera, ¿por qué lo había elegido a él para descargar esta absurda enfermedad?


Spreen no se dio cuenta cuándo sucedió, pero los besos habían escalado a algo más, especialmente cuando la boca de Karl estaba deslizándose por una parte de su cuello que lo hacía estremecer. Y el desgraciado lo hacía tan bien, que el argentino no tardó en buscar más contacto con su cuerpo, atrayéndolo con sus manos y mordiéndole levemente el hombro, incentivándolo a seguir adelante. Karl lo entendió de inmediato. Sus labios se presionaron sobre la clavícula opuesta y, a continuación, el ápice de su lengua subió con avidez a través de su garganta, haciendo que Spreen maldijera en voz baja. Entonces el oso tuvo el valor de cambiar de posiciones, tomando el control de la situación y sentándose a horcajadas sobre el castaño. Esto hizo que Karl parpadeara sorprendido, pero no dejara de sonreír ampliamente. Quería esto tanto como él, o incluso más.


Fuck, you look so good just like that —Admitió el estadounidense, tratando de recuperar el aliento. Spreen sonrió de lado ante la reacción del mayor, acomodándose sobre la erección de Karl mientras este siseaba. Las manos del argentino aterrizaron sobre el pecho ajeno y se arrastraron hacia atrás hasta llegar a la bragueta de sus pantalones. Sus dedos atraparon el cierre y tiraron de él hacia abajo mientras se inclinaba para besar a Karl caóticamente. A su vez, el castaño lo sostenía por la cintura, incitándolo a frotarse contra él.


Spreen se preguntó cómo besaría Roier. Si lo hacía tan bien o mejor que Karl. Si sus labios se sentirían tan suaves como se veían. Entonces supo que no tenía sentido ponerse a compararlos en medio de su calentura. Su cuerpo le estaba pidiendo atención y su mente divagaba en un extraño limbo donde se interponían las imágenes de Karl con las de Roier, haciendo que su temperatura corporal aumentara y buscara placer.

forget me not ⁝ SPROIER (Hanahaki disease)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora