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Nota de autor:

 trigger warning para este cap: crisis de ansiedad

he intentado plasmar un ataque de ansiedad desde mi experiencia personal, pero recuerden que no todos los cuerpos actúan igual. si sientes que estás pasando por algo similar, lo mejor es acudir a un especialista para que te ayude a ser capaz de detectarlo y controlarlo :)



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Ahora que Karl lo sabía, la carga que llevaba se le antojó un poco más liviana. A pesar de sentir culpa por la manera en la que había herido sus sentimientos, estaba agradecido por primera vez con la enfermedad por haberlo delatado y no haber extendido la mentira por mucho más tiempo. Sin embargo, aquella noche en la que Karl lo dejó, un vacío sobrenatural brotó desde lo más profundo de su pecho y se instaló allí para azotar su interior. Nuevo y desconocido, llegó sin anunciarse. En el momento menos pensado, sintió dentro de él un ardor de tipo diferente al que llevaba germinando en sus pulmones, más abstracto. Intentó marcarle a sus padres, pero para ese entonces estarían durmiendo y entendió que no recibiría una respuesta inmediata. Se hubiera contentado con cualquier signo de compañía, incluso a la distancia, pues en un momento de la madrugada el vacío se convirtió en desesperación. En un ente informe e invisible que lo empujaba cada vez más a un rincón donde sentía que el abandono y la soledad se lo comerían vivo. Tan atípico de él, acostumbrado a su naturaleza impenetrable. ¿En quién se había transformado? ¿Había algo del viejo Spreen dentro de él? Si miraba hacia atrás, pocas veces habían sido las que había sufrido la máxima expresión del miedo y todas ellas habían sido en la época de su infancia, cuando sus padres salían a casa de sus amigos por un trago pensando que Spreen no se despertaría en medio de la noche buscando el calor de un abrazo. Pero ya no era un niño y la costumbre había aminorado el terror, o eso pensó hasta esa noche. Para las cuatro de la madrugada, las palpitaciones en su caja torácica vibraban a través de todo su cuerpo como un recordatorio de que algo muy malo le estaba por ocurrir. Sentía la necesidad de escapar, correr muy fuerte sin mirar hacia atrás hasta que el ruido en su mente se apagara.

Era extraño; no estaba tosiendo, su pecho se le contraía pero no en la forma en la que usualmente le avisaba que su enfermedad seguía allí. Era algo más.

Entonces salió de su casa con pasos que se asemejaban al trote. Casi corriendo y con la brisa nocturna chocando de lleno contra su cara, podía divisar dentro de su campo de visión figuras desdibujadas, incluso chocó con una o dos de ellas sin llegar a disculparse. Solo sabía que el tiempo se le acababa, que aquello que estaba por venir estaba respirándole la nuca como un animal hambriento.

Cuando se detuvo por falta de aire, arrojó los lentes a un lado y se secó con la manga de la camiseta el sudor que le empapaba el rostro; estaba frente a la casa de Roier.

Spreen se lamentó en silencio, sin embargo sus extremidades habían dejado de obedecerle, se movían por voluntad propia. Así fue que sacó el teléfono y marcó al mexicano a sabiendas que no contestaría la llamada. Pero el híbrido se equivocaba.

Roier se había quedado jugando hasta altas horas de la noche, y para cuando sonó su celular terminaba de darse una ducha. El nombre que aparecía en pantalla hizo que abriera más los ojos ante lo repentino de la acción. Spreen, siempre tan impredecible. Aun así, se alegró de saber que el oso se había acercado a él después de esa noche tan confusa en la que le compartió sus preocupaciones. Ahora podía contarle que hablar con él le había infundido el valor necesario para terminar con su novia y abrirse más con su familia.

forget me not ⁝ SPROIER (Hanahaki disease)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora