Tord se encerró en la habitación que anteriores días había tenido la oportunidad de compartir con Thomas antes de que se fuera. No había logrado tener muchas noticias por parte de este, ya que se habían percatado de que las cartas que se habían acordado enviar Tom no las podía enviar a su dirección y Tord no podía devolverselas, era por su protección de los que querían hacerle daño.
Aquel día luego de haber abierto por un largo tiempo su pequeño negocio decidió aprovechar las llaves que Thomas le había entregado para dormir en aquella casa, lo extrañaba mucho y lo admitía todo el tiempo en las cartas que no podían ser enviadas.
En los últimos días que habían pasado comenzó a sentir malos presentimientos, no solo por el hecho de que sentía a aquella sombra bloquear su cordura con sus manos, si no que además de aquello se sentía observado y perseguido constantemente. No era como la sensación de su acompañante mental, era más... presente.
Tord cerró las puertas y ventanas, envolviendose entre las sábanas que había tomado la obligación de limpiar cada que visitaba aquella casa que le hacía acordar a Thomas. Luego de haber pasado aproximadamente dos semanas de que este se haya ido se sintió solo, apesar claro de que Edward solía visitarlo para hacerle compañía las veces que podía, pero se sentía vacío, como cuando era un niño pequeño, la misma sensación se repitió en su pecho: un vacío insaciable que rogaba por las manos calientes rozar su cintura y el corazón encerrado ser abierto por besos dulces y cuidadosos. Extrañaba a Thomas, no sólo porque lo había hecho sentir en el cielo, si no porque había sido uno de los pocos que era como él y que no temía a los daños que podría recibir.
Las veces que podía leer las cartas que eran enviadas a la casa de Tom sentía que su alma se derretía, sabía que aquellas palabras melosas eran escritas por las mismas manos que en algún momento lo abrazaron con amor, quizás soñaba muy melancólico como que quizás esté se había muerto, pero todas sus razones se debían a la dependencia que sentía, una dependencia que sabía a la perfección que no era sana pero que no se cansaba de sentir en él. Le gustaba depender, le gustaba estar enamorado.
Sonrio entre sus manos moviéndose acalorado entre las sábanas, utilizando una de las prendas de Thomas mientras respiraba el aire frío que entraba desde su ventana, una sensación que le aliviaba la felicidad de que ya no faltaba mucho para poder volver a verlo.
Pero de pronto todo se volvió a oscurecer, la sensación de vacío se agrandó en su pecho, sintiendo que ya no poseía la capacidad de salir de aquella esquina mental en la que su terror interno lo hacía ir a parar.
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Sweet Boy---☆ TomTord!
Fanfictionveces todo llega de la nada, nuevas experiencias, nuevas personas, nuevas razones para sonreir y nuevas razones para lamenta. Pero todas estas razones vienen por algo, y todo esto puede acabar en menos de lo que canta un gallo ≪TomTord≫ ≪Mención de...