Sweet Boy---☆ TomTord!

19...

Tord despertó en medio de la calle, atado de manos. Ante el susto comenzó a sacudirse con fuerza, escuchando murmullos a su alrededor.

Una vez pudo tener su vista mejor se dio cuenta que se encontraba en medio de la calle, rodeado por una gran multitud de personas, las cuales lo observaban murmurando cosas entre ellos. Entre el pánico del momento comenzó a caminar a arrastrarse hacia atrás, percatándose de la presencia de un arma detrás de su cabeza.

—No te muevas. Tord.— el mencionado elevo la cabeza, encontrándose con brillantes ojos azules que lo miraban con desprecio, pero curiosidad, —No tuvimos una agradable presentación. Soy Matthew.— una vez termino aquella palabra lo golpeó, un golpe que lo aturdido y lo dejo en el suelo por unos segundos.

Pronto fue jalado hacia arriba, siendo obligado a observar a su audiencia que miraban horrorizados tal escena, con asco y sorpresa. Su padre, quien se encontraba unos pasos lejos, se acercó con sus manos tras su espalda, tomándolo de la camisa y levantandolo de un tirón del suelo.

—Esto es una advertencia para todos, este chico, nunca fue mi hijo, es un error de la vida— lo empujo contra el suelo, pisando su cabeza con leve fuerza, —Y hoy recibirá su castigo— en ese momento tres personas entraron en escena, comenzando a golpear a Tord.

Uno de los hombres lo sostuvo del cabello, otro comenzó a golpearlo sin demasiada fuerza, pero generandole notorias heridas que no se quitarían con demasiada facilidad. Pero en ese momento lo soltaron, debido al propio llamado de su hermana.

Tori estaba vestida con un hermoso vestido pomposo, junto a ella caminaba su madre, y detrás podía divisar levemente la silueta de Belia, —Oh querido hermano, que patético te ves... como siempre— Tori se quitó los guantes, levantando suavemente la cabeza de Tord desde el mentón, viendo la sangre chorrear de su labio y su nariz, —¿Sabes que este era tu destino? Nunca mereciste vivir, nunca mereciste tener la piedad de papá. Y ahora no tienes la oportunidad de que alguien más te tenga piedad. Y todo esto se encontrarte fue gracias a esta dama—detrás de ella se asomó Belia, quien reia con una radiante sonrisa, acariciando sus bellos bucles que brillaban gracias a la luz de la luna, —Si no fuese por ella jamás te encontraríamos, se lo agradecemos— Belia asintió, acercándose a Tord.

—Te dije que me las pagarías, contagiaste a mi marido, fenómeno— Tord se sacudió, gruñendo enojado mientras Tori lo soltaba, —No pelees, nadie te salvará, a nadie le importas— Tord apretó los puños, sintiendo la oscuridad abrazar su cuerpo lentamente.

—No... yo no soy un fenómeno, no contagie a tu marido, no hice nada— recibió un golpe en su estomago por parte de uno de los hombres, retorciéndose por el dolor durante unos segundos, —Pudranse, todos y cada uno de ustedes... Fenómenos.— todas las personas se miraron entre sí, sorprendidos por las palabras que este había pronunciado sin miedo ni quejas.