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Thomas dio vueltas por su hogar, cocinando el desayuno para él y Tord, debido a que la noche anterior habían llegado tarde y durmieron parte de la mañana debido a ello. Con una sonrisa colocó todo sobre la mesa, sintiéndose cálido al saber que sabía y estaba en el lugar en el que quería estar por toda la eternidad, junto con la persona que debería de estar.

Con todo el ajetreo sucedido no había logrado completar demasiadas hojas de su trabajo, sin embargo fue lo suficiente como para que ninguno de sus empleados vaya a molestarlo por la entrega de trabajos retrasados. Sin embargo...

Thomas detuvo sus movimientos cuando escucho como alguien golpeaba la puerta de su hogar, una vez logró reaccionar limpio sus manos por sus pantalones, terminando en caminar y abrir la puerta con confusión con la extraña visita a tales horas. Una vez reconoció al individuo pudo jurar que su garganta quedó sin saliva y sus palabras fueron mudas.

—Buenos días señor Rigdwell— hablo su jefe, un hombre mayor, alguien conocido de su padre. Aquel hombre con el que se había encontrado aquella vez en el supermercado, ese hombre que lo había insultado se encontraba en su puerta con una maleta y un sobre que contenía algo que Thomas no lograba ver, —Vine aquí a hablar con usted, sobre lo que hablamos aquella vez en la que te llevaste a... a ese fenómeno— entro simplemente, analizando cada rincón del hogar antes de ver desde lejos el desayuno que Tom había preparado, —¿Le cocino a su esposa? Caballeroso de su parte— sonrio y luego se sentó en el sillón de cuero de aquella sala, esperando que Thomas se acercara a él para comenzar a charlar.

Tom comenzó a caminar levemente aturdido por aquella visita no esperada, viendo desde lejos cómo Tord comenzaba a bajar las escaleras con una sonrisa, haciéndole una seña para que no se moviera desde donde estaba, cosa que comprendió al segundo y simplemente se agachó en el segundo escalón desde arriba. Una vez que aseguró que no lo vería se sentó frente al hombre de avanzada edad, quien comenzó a dejar una gran cantidad de papeles sobre la pequeña mesita al igual que aquel sobre.

—Uh... ¿podría preguntar que hace usted aquí?— dijo dudoso, moviendo sus dedos nervioso mientras observaba de reojo la escalera, sabiendo que Tord estaba escuchando lo que sucedía, —Digo... no esta mal, pero siendo sincero no me esperaba su visita este día—murmuró, el hombre elevo la mirada y suspiro.

—No se si lo recuerda, pero aquel día en el que lo encontré le expliqué que habría un viaje y tu tendrías que ir ya que eres el jefe— dijo sin interés, entregándole unos papeles que explicaban hacia donde debía de ir, dejando a Thomas paralizado y sin palabras en su lengua seca, —El viaje es de suma importancia, tendrás que quedarte por una cantidad de tiempo extensa— le entrego el sobre, abriendolo y enseñando que contenía una gran suma de dinero, —Se que eres el dueño y tienes dinero, pero esto es para tu esposa que permanecerá sola por aproximadamente dos meses— le entrego el sobre, sonriendo mientras comenzaba a explicarle los detalles de aquel viaje importante de negocios.

Sweet Boy---☆ TomTord!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora