Una carta y un inesperado incendio, cambiarán la vida de Barcode Tannasit, un tímido chico enamorado en secreto de Jeff Satur, el chico más guapo, popular e inteligente del instituto.
Jeff seme
Barcode uke
Primera parte
Tras ese fin de semana todo volvió a la rutina en la casa de la familia Satur.
Una tarde, mientras Kong llevaba a su hijo a revisión del médico por su pie, Jeff ayudaba a su hermano con unos ejercicios de historia.
...-Venga dímelo-volvió a insistir el más joven- sé que te ocurre algo y no me lo quieres decir.
-Déjalo ya, no tengo nada que decirte-negó una vez más el mayor.
-Si claro, venga ya, ¿Qué es lo que te ocurre con ese?
-Oye ...ya me estás hartando y dejaré de ayudarte -Dijo Jeff molesto.
-¿Se puede saber que es lo que estáis cuchicheando?- preguntó su madre sorprendiendolos.
-No...no es nada, mamá. Tan solo hablamos de los egipcios-mintió el mayor.
Anne sonrió conforme y acto seguido volvió a la cocina.
-Eres un falso hermano y la verdad es que siento mucha pena por ti-dijo Jesse tras chasquear la lengua.
-No digas tonterías, ¿por qué iba a darte pena?
-Creo que te gusta ese insignificante ser llamado Code y tú te mereces a alguien muchísimo mejor, siempre lo has dicho.
El mayor suspiró resignado.
-Tienes ideas realmente locas. Deberías centrar todo tu potencial en los estudios y dejarlo tranquilo.
El más joven hizo una mueca.
-Lo ves, ahora hasta incluso lo defiendes. Como te enamores de él, hermano, me avergonzarás y yo haré como que no te conozco cada vez que nos crucemos por los pasillos del instituto.
Jeff resopló.
-Eso jamás ocurrirá, yo no siento, ni sentiré nada por ese arrimado...nunca
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La puerta de la entrada se abrió y entonces el moreno y su padre entraron muy sonrientes.
-Hola chicos, ¿Qué tal estáis?, haciendo los deberes supongo-habló Kong.
-Ho-hola-saludó Barcode tímidamente.
Ninguno de los dos recibió saludo de vuelta por parte de los hermanos, así que el moreno se quitó la chaqueta con pesar y la colgó en el perchero, luego se dirigió a la cocina junto a Anne.
-¿Ese ya no cojea?- preguntó con sorpresa el más joven.
-Pues no -contestó Kong -El médico nos dijo que ya estaba perfectamente.
Acto seguido el hombre se fue por donde se había ido su hijo, dejando a los dos hermanos en el salón.
Tras un buen rato, tanto Jeff como su hermano escucharon fuertes risas que provenían de la cocina pues al parecer los tres se lo estaban pasando de maravilla.
El mayor lucía intranquilo, por lo que no dejó de mirar hacia allí.
-Te mueres por ir con él, ¿verdad?-preguntó Jesse muy serio.
Este lo fulminó con la mirada y luego se levantó.
-Ya me cansé de tus tonterías, ahora sigue tu solo- sentenció enfadado el mayor, para luego subir las escaleras y encerrarse en su habitación.
Este permaneció tumbado en la cama mirando al techo mientras pensaba en todo lo sucedido y la verdad odiaba reconocerlo pero su hermano no estaba desencaminado pues algo estaba cambiando en él y el moreno tenía mucho que ver.
Lo cierto era que desde lo sucedido en su estancia en la cabaña, este se habían vuelto una contante preocupación pues temía que el moreno se despertase sonámbulo y acabase lastimándose.
Además estaba el hecho de que muchas veces se sorprendía a sí mismo mirándolo mientras Barcode no lo hacia, ya que había empezado a apreciar los rasgos y las curvas del más bajo, las cuales no le eran nada desagradables como había creído en un principio.
-¡Oh vaya!... ¡mierda aah... joder!-exclamó tocando su entrepierna.
De repente, se encontró con que sus pensamientos con el moreno le habían provocado una erección que estaba apretando con molestia su boxer y por lo tanto tenía que aliviarla, así que se desabrochó los pantalones y metió la mano dentro.
-Aaah jodeer...-su polla estaba muy necesitada de atención, así que comenzó a bombearla.
Finalmente acabó por bajarse la ropa pues le dificultaba el movimiento de su mano y entonces fue mucho mejor.
El moreno ocupó sus pensamientos mientras se imaginaba que le chupaba y le lamía la polla con ansia, realmente era una imagen que le resultaba muy erótica, por lo que intensificó el bombeo de su mano mientras soltaba gemidos y jadeos.
-Ooh si chupa... joder Code aaah... pequeño si sigue ...sigue comemela toda- susurró con sus ojos cerrados.
Finalmente llegó al clímax soltando hilos de semen sobre su mano y su ingle, a la vez que emitía un gran gemido placentero.
-Ooh no...joder oooh... mierda
Era la primera vez que se masturbaba con esa intensidad, jamás había sentido su polla tan dura, ni había sentido tanto placer y todo había sido provocado por quien menos se lo habría esperado.
