Destino [Lumity Omegaverse]

7. Dificultades

-Luna, ¿estás lista?

La chica levantó la vista de su bolso, mirando a Hunter arrodillado frente a ella, y sorbió por su nariz.

-¿A dónde iremos? -preguntó con la voz temblando.

-A un hotel -dijo Hunter limpiando sus lágrimas-. ¿Estás triste porque papá y mamá se van a divorciar?

La omega negó con la cabeza, tratando de calmarse gracias al toque dulce de Hunter.

-No, Pajarito, no soy tonta -dijo en voz baja-, sé que papá no quiere a mamá y ellas... uh... Ellas son un desastre juntas -Hunter asintió, dándole la razón en silencio-. Pero tengo miedo, ayer mamá... ella... ella estaba enojada y la abuela estaba aquí y peleaban a gritos...

Hunter la tomó de la mano, mirándola con cariño porque sabía cuánto miedo le daba a Luna su abuela, el temor que sentía por equivocarse frente a ella y llevarse una reprimenda.

En el fondo, Hunter también le tenía mucho miedo, pero no iba a demostrárselo porque sabía que eso sería alimentar su ego.

-¿Qué estaban diciendo? -le preguntó con voz suave.

Luna sollozó.

-La abuela le decía a mamá que tenía que hacerse marcar por papá aunque la forzara y tener otro bebé -lloró la niña-, y luego habló algo sobre hacerte entender a la fuerza que nosotras somos tu familia -Luna hipó―. No lo entendí bien, Hunter, ¿qué quería decir con eso? ¿Nos vas a dejar? ¿Me vas a dejar?

Hunter la miró, alarmado de que hubiera escuchado esas cosas, y la abrazó con fuerza, sintiéndola sollozar contra su cuerpo. Su pequeña, dulce y amable Luna, que no le hizo nunca daño a nadie ni tampoco se volvió mala o petulante cuando tenía toda la atención sobre ella en los años que creían que iba a ser alfa.

Luna no era su hermana, pero así como Luz tampoco era su papá, a Hunter no le importaba.

-Claro que no te dejaré- le dijo con voz seria-, ¿cómo puedes creer eso de mí? Eres mi bonita princesa. Sólo voy a dejarte cuando llegue un alfa decente y quiera casarse contigo, que espero que sea nunca.

Luna soltó una risa baja, asintiendo, y Hunter le dio un beso en la mejilla para luego ponerse de pie, tirando de ella a su lado para bajar juntos la escalera. Luz ya los esperaba abajo, llevando también un bolso mientras Emira le suplicaba que se quedara, que no se marchara, pero su papá parecía decidida a ignorarla.

-¿Luna? ¿Hunter? -Emira los miró con lágrimas en los ojos-. No le hagan caso a su papá, quédense aquí, ¡somos una familia!

-Lo mejor es esto, mamá-dijo Hunter con voz vacilante.

-Y vendremos a verte-añadió Luna asustada.

-¿Tú también, Luna? -Emira dio un paso, pero Hunter tiró de su hermana menor detrás-. ¡Soy tu madre! ¡La madre de ambos! ¡No pueden...!

Luz se movió, separando a Luna de Hunter, y tiró de la niña contra su cuerpo, caminando hacia la salida..

-Te espero fuera, Pajarito-le dijo sin voltearse, saliendo de la casa con rapidez.

Emira miró a Hunter, secando su rostro de las lágrimas, componiendo ahora una mirada de ira, y Hunter mordió su labio inferior.

-¿Realmente me harás esto? -preguntó Emira en voz baja y furiosa-. ¿Luego de haberte criado como un hijo mío? ¿Después de haberte criado como si fueras mi bebé?

La mandíbula de Hunter se apretó.

-No tendrías que haberlo hecho si por tu culpa mamá no se hubiera ido -espetó Hunter con rabia contenida-. Si no hubiera sido por ti, papá y mamá estarían juntas y habríamos sido felices.