12. Descontrol 2/2

3.3K 244 116
                                    

Barcus saboreó sangre cuando Viney lo golpeó en la mejilla con una expresión de ira en su rostro, lejos de todo el mundo. Tin no estaba con ellos, para fortuna de ambos, sino que estaba junto al resto de niños en el lugar siendo cuidados por dos profesores para que así interactuaran entre ellos a pesar de todo.

Viney le escupió, asqueada.

-¿Creías que no iba a darme cuenta? -gruñó Viney furiosa-. Soy tu maldita omega, Barcus, y eso significa que estoy conectada a ti. ¿Creías que no me daría cuenta de tu corazón acelerándose cuando ves a Amity?

El alfa bajó la vista cuando llegó la segunda bofetada en su mejilla mientras Viney comenzaba a sollozar, sus hombros sacudiéndose por el llanto.

-Te odio-escupió Viney-, fingiendo que todavía me amabas...

-Te quiero -dijo Barcus con seriedad-, te lo prometo. Esto por Amity es una estupidez, tú eres mi omega, es a ti a quien amo.

Viney dejó salir un bufido de burla, sacudiendo su cabeza con incredulidad.

-¿Sabes qué es lo peor? -dijo Viney-. Que Amity no tiene la culpa de nada, sólo has sido tú el... el idiota que se ha enamorado mientras yo...

-Mi amor...

-¡Vete a la mierda!

Viney se volteó, marchándose de allí con paso enojado, limpiando su rostro furiosamente, y Barcus no le siguió porque sabía que la omega sería capaz de darle otro golpe.

Acarició su mejilla adolorida, siendo consciente de que se merecía todas esas bofetadas porque lo que había hecho era imperdonable: no sólo se había acostado con Amity para ayudarla con su celo sino que también generó sentimientos que rozaban lo romántico, y eso, en definitiva, era cruel y vergonzoso, en especial porque fue durante la época en la que Viney no estuvo por cumplir con esa horrorosa condena que le habían impuesto.

Viney se había dado cuenta antes que nadie, por supuesto: Barcus había dejado de visitarla todos los sábados, hablando poco sobre lo que ocurría y evitando mirarla a los ojos. Y cuando llegó con el olor a celo de Amity encima...

Antes de ese encuentro, por su buen comportamiento, dejaban que las visitas fueran en el comedor, sin una ventana de por medio, pero Viney había enloquecido y se lanzó a golpearlo, dejando su mejilla rasguñada y sangrante por la herida que alcanzó a hacerle, y desde ese día le prohibieron a Viney aquellas visitas, teniendo que ver a la gente que le visitaba sólo por medio de un ventanal y un teléfono.

Barcus sabía que Viney estaba alejando a Amity a propósito y algo dolía en su interior porque antes de eso ellos dos fueron buenos amigos. Amity fue a cenar muchas veces a su casa cuando la invitaban en las fiestas como Navidad o Año Nuevo (sobre todo cuando Barcus se dio cuenta de que Amity pasaba aquellas festividades sin compañía alguna porque no tenía a nadie allí), fue una de las primeras personas en enterarse del embarazo de Viney, estuvo a su lado cuando fue el día del parto y conoció a Tin desde el día que nació, cuidándolo con dedicación cuando ellos salían a cenar o querían pasar un tiempo juntos.

Él sabía lo mucho que les dolía, tanto a Viney como a Amity, toda esa situación, pero no sabía cómo arreglarlo.

Ni siquiera sabía cómo ahogar esos tontos sentimientos que tenía también, que no correspondían, que no tenían motivo de ser.

Pero Amity había estado cuando más lo necesitaba, cuando Viney no estaba y Tin era imposible de controlar y cuando todo parecía ser un maldito desastre que no podía solucionar.

Se enderezó cuando sintió la presencia repentina de alguien.

-Te estaba buscando -dijo Eda a modo de saludo-, ¿por qué soy la última en enterarme de todo el desastre que está pasando aquí? -parpadeó, desconcertado, y la mujer suspiró-. El hijo y la alfa de Amelie, su celo...

Destino [Lumity Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora