2. Recuerdos

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Hunter se había encerrado en el baño cuando el timbre para salir de clases sonó, ignorando por completo la tímida voz de Vee que le estuvo llamando todo el día, y se sentó sobre el cubículo mientras se obligaba a tomar aire y calmar la sensación pesada en su estómago.

Llevaba una semana haciendo eso: huir de Vee, ignorándola como si nada, para esconderse en los baños de hombres hasta que sabía que todo el mundo se había ido y regresar a casa caminando, esperando calmar un poco su mente de toda la ansiedad que cada día se volvía más y más torturadora.

No se veía capaz de salir con el resto de personas para ver a Vee acercándose a su hermano mayor, Alfre, porque sentía que iría a exigirle respuestas a pesar de que no quisiera saber la verdad.

Soltó un bufido.

¿Qué verdad? Su madre era Emira. Su padre era Luz. Nadie iba a cambiar eso, menos la presencia fantasma de una persona que no conocía.

Se puso de pie, agarrando su mochila, y salió del baño caminando hacia la salida.

Por supuesto, se quedó quieto en el umbral de la puerta cuando observó a Vee sollozando dentro de un auto mientras otros dos chicos discutían afuera.

Reconoció a Alfre, por supuesto, con su chaqueta de cuero y su cabello desordenado, pero el otro chico...

No, demonios, tenía que irse de allí.

Se giró, tragando saliva, bajando la cabeza, pero su suerte, por supuesto, no lo iba a ayudar mucho en ese momento.

-¡Hunteeeer!

Se quedó quieto cuando el grito de Luna resonó en el patio y levantó la vista, viendo a su hermanita corriendo hacia él con una expresión llena de felicidad.

Mordió su labio inferior, batallando internamente si volver o no al interior del colegio, pero ya era demasiado tarde. Podía sentir los ojos de Alfre puestos sobre él, poniéndolo más nervioso que nunca.

Luna se lanzó a sus brazos, riendo.

-¿Qué ocurre, princesa? -preguntó con tono dulce, fingiendo una calma que no sentía.

La chica arrugó el ceño.

-Hoy es viernes -dijo confundida.

Hunter dejó salir el aire, derrotado, porque había olvidado que cada viernes llevaba a Luna a comer helado luego de clases.

-Vamos entonces- se apresuró a decir dispuesto a salir corriendo de allí si era posible.

Por supuesto, no resultó.

-Hunter.

Aunque se llevó una sorpresa cuando la persona que habló no fue Alfre con su voz grave y aterciopelada, sino una voz más suave y dulce.

-Vámonos, Tom -habló Alfre antes de que se girara, y viera al chico que había hablado.

El tal Tom le observaba inocentemente, con ojos enormes y solicitantes, y sintió que algo no estaba bien.

-¿hermano?-preguntó Luna confundida.

-Suéltame, Alfre -gruñó Tom tirando de su brazo, pero el chico no obedeció-. ¡Qué me sueltes!

-¡Deja de comportarte como un niño! -replicó Alfre sin soltarlo.

Hunter percibió el olor omega que soltaba Tom, dulce y envolvente.

Entonces, notó lo que estaba mal.

Marcado. Tom era un omega marcado.

Su olor omega se percibía, pero por encima notaba otro olor conocido.

Destino [Lumity Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora