05.

146 11 0
                                    

14 de Junio del 2017.

—Fernando ya.—le grite entre risas.—No puedo respirar.

El ruloso lleva casi diez minutos haciéndome cosiquillas, y la verdad es que ya veo negro.

—Mano, ya déjala.—le pidió Gustavo.

—¿Por que?.

—Te está diciendo que no puede respirar, ¿quieres matármela?.—se acercó nosotros, alejo a Fer para recostarse sobre mi y abrazarme.

—Mano que tiernos son, me dan asco.—expresó Adrián.

—De pana, es que los amo pero a la vez no los soporto.—agregó Liomar.

—Envidia le dicen.—reí.

Les daré un poco de contexto...
Anoche regrese de Miami, luego de estar allá un mes visitando a mi familia. Con el pasar de los años han habido muchos cambios en la vida, pero a la vez muchas cosas que permanecieron igual. Gustavo y yo, llevamos casi tres años de relación, y estamos más que felices. Mi amistad con Fernando, Samuel, y Liomar se hizo más fuerte; últimamente pasó mucho tiempo con todo ellos y es un poco loco pero divertido.

En mi lado familiar, mis padres y hermanos tomaron la decisión de irse a vivir a Miami, ya que tanto como a Mau y Ricky les surgió un contrato con Sony Music allá. A Eva la contrataron para hacer otra serie con Nickelodeon. Maia, lleva unos años viviendo por allá con Juan. Y pues, mis padres decidieron mudarse.

Yo por mi parte, decidí quedarme aquí en Caracas, ahorita mismo siento que mi vida está aquí, no me veo viviendo en otro sitio por los momentos. Ahorita me encuentro viviendo con Adrián en su apartamento, hace unos meses el se compro su primer apartamento, yo me fui detrás de el, y pues ahora somos roommates; aunque no negaré que me la paso metida en casa de Gustavo, su hogar es mi hogar, mejor dicho el es mi hogar.

—Epa, hagamos algo interesante. Me está dando como sueño.

—Marico no.—me queje.

—Pero... ¿por que no?.—preguntó Adrián, mirándome con ojos de perrito regañado.

—La última vez que me dijiste que hiciéramos algo interesante termine borracha en Margarita, sin saber cómo llegué para allá.

—Ay pero eso fue ese día, hoy será distinto.

—No se, yo quiero dormir.—me acurruqué en los brazos de mi novio y cerré mis ojos.—Pana ya.—le pedí, cuando sentí como mi primo, me jalaba por el brazo.—Déjame dormir, estoy cansada. Salgan ustedes yo me quedo.

—Yo tampoco quiero ir.—les informo Gustavo.

—¿Ustedes si quieren?.—Adrián miro a Samu, Lio y Fer.

—De una.—contestaron en unísono.

—Bueno, nos fuimos, nos desaparecimos.—solté una risita.—

—Por favor no hagan nada raro.—les pedí.—No necesito que me llamen de la clínica, a decirme que uno de ustedes se medio mato.

—Está bien mamá.—rodé los ojos.

—Cuídense, los amo.

Luego de negar mientras reían, los cuatro salieron del apartamento, dejándonos a Gustavo y a mi solos.

—¿En serio vamos a dormir?.

—Si.—le contesté.—Me muero de sueño, anoche no me dejaste dormir nada.

—Ni que te quejaras.

—Pues no, pero ahora necesito descansar.

—Necesitamos.

—Bueno, entonces, a mimir.—le di un beso rápido, y cerré mis ojos.

Lo sentí acomodarse y volver a abrazarme, antes de que ambos nos dejáramos llevar por el sueño.

•••

ever since, until now [Big Soto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora