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4 de Abril del 2014.

—¡Fresa!.—exclamo Fernando al abrirme la puerta, y se acerco a saludarme.—¿Como estas?.

—Bien vale, ¿y tu?.

—Igual.

Entramos juntos a la casa, y yo salude al resto de los presentes, luego asiento en el sofa al lado de Gustavo.

Estaba en casa de Adrian, ya que vine a pasar este fin de semana con el, y puede que me acostara a las cuatro de la mañana por estar viéndome Crepúsculo por videollamada con Amaia, entonces me pare muy tarde. Mi tia me dejo saber que Adrian pidió que lo llamara, al hacerlo, el me dejo saber que estaban todos en casa de Fernando esperándome. Y bueno, aquí estoy.

—¿Que hacían?.

—Jodiendo.—me contesto Samuel.

—¿Cuando no?.—reí

Adrian y Liomar están jugando en el play, mientras Fernando y Samuel los alentaban, dejándonos a Gustavo y a mi hablando solos. El recién nombrado, tomo mi mano y comenzó a jugar con mis dedos, antes de entrelazar mi mano con la suya y comenzar a repartir caricias por mis nudillos. Yo por mi parte, recosté mi cabeza en su hombro.

—¿Sigues cansada?.—pregunto, al oírme bostezar.

—Un poco, creo que no dormí muy bien.

—Eso fue porque no dormiste conmigo.—sentí mis mejillas arder.

—Creo que si.—alce mi cabeza, para mirarlo.

—Tus ojos son muy hermosos.—si antes estaba roja, ahora definitivamente debo parecer un tomate.—Tu eres muy hermosa.—solté una risita nerviosa, y escondí mi cabeza en su cuello.

Dios, que nerviosa me pone este hombre.

—Tu también eres muy hermoso Gus.—le dije, al despegarme de el.

—¿Tu crees?.—asentí.—Voy a creérmelo, pero solo porque me lo dices tu.—se acerco a mi rostro, y beso mi mejilla.

Se me quedo mirando fijamente, en silencio, como si estuviese admirándome.

—Me encantas.—se sonrojo.—¿Que?.—se pregunto a si mismo, empezó a reírse.

Yo por mi parte, no podía dejar de sonreír. No se que es esto tan lindo que estoy sintiendo, solo se que es muy lindo, y que no quiero que se acabe este sentimiento.

—¡What the fuck!.—gritaron nuestros amigos en unísono.

Por lo que note, llevan observando lo que sea que esta pasando aquí desde que comenzó, y siendo sincera me identifico con su reacción. 

—¿Que paso?.—Gustavo los miro.

—Eso te pregunto yo a ti.—Adrian le contesto.

—Bueno gente, yo ya estoy muy sonrojada, so me salgo de esta situación. Voy a ver que hace Thonie.—antes de que pudieran decirme algo, me levante y camine hacia la cocina, donde se encontraba la mama de Fernando.

—Hola mi reina.—me saludo con un beso en la mejilla.

—Holi, ¿como estás?.

—Preocupada por el futuro de esos niños.—ambas reímos.—No entiendo como le invierten tanto tiempo a un juego.

—La verdad es que ni yo lo entiendo. Son un poco raros esos cuatro.

—Mas que raros.

—Pero así los queremos.

—Exacto.

—¿Puedo hacerte una pregunta?.—me senté.

—Obvio.

—¿A ti te gusta Gustavo?.

—¿Gustavo?. ¿Gustarme a mi?. Nada que ver.—intente verme seria, pero una risa se me escapo.

—Se me sincera mi Gigi, sabes que puedes contarme lo que sea.

Tiene razón, desde que la conocí se convirtió como en otra tia para mi. Thonie siempre me da muy buenos consejos.

—Es que no se.—suspire.—No se que siento, solo se que es algo extraño, nada que haya sentido antes.

—A ver, dime, ¿que sientes?.

—Es como si cada vez que lo tengo cerca siento algo raro en el estomago, pero no es nada malo, es mas como algo que me da paz. Es que cuando estoy con el ni siquiera soy tímida, me siento segura cuando estoy con el. Pero a ver, tampoco es que sienta que este enamorada, a penas tengo dieciséis, y soy fiel creyente de que toma tiempo enamorarse de alguien.

—Voy a llorar, estas tan grande.—solté una risita.—Por lo que me cuentas, creo que si te gusta, pero es muy lindo que eso no te cause miedos ni ansiedad. Me gusta que te sientas segura con el, porque créeme cuando te digo que es un buen niño, no te haría daño. Pero igual tomate todo con calma, en estas cosas el tiempo es muy importante. ¿El sabe algo de esto?.—negué.

—Que yo sepa no.—alce los hombros.—Pero ahorita me dijo algo que..—hice un rostro de asombro y confusion.

—¿Que te dijo?.—le conte todo lo qué pasó hace unos minutos.

—Bienvenida al mundo de las confesiones indirectas.

—Ehhh... ¿gracias?.—reímos.

•••
las confesiones indirectas me dan miedo💀 JQJSKAKSKAK

ever since, until now [Big Soto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora