Baño

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Wukong no era el mono más aseado del mundo, principalmente por su naturaleza y sus orígenes, sin embargo eso no lo hacía exentó de tener que cuidarse al menos de la manera más básica se bañaba al menos tres veces a la semana para no resultar desagradable, y se lavaba los dientes por la mañana y por la noche, incluso si algunas veces se le olvidaba.

Sin embargo macaque era una cosa completamente diferente.

Wukong recordaba que antes, macaque era de hecho muy aseado, de la forma normal que lo era hoy en día pero para ese antonces, hace siglos, era una barbaridad, parecía un mono obsecionado.

La respuesta de macaque? Que simplemente era agradable sentirse limpio y tener la melena del cuerpo desenredada, además de que se veía mejor y no requerían mucho esfuerzo.

Lastima que ya no eran esos tiempos.

Macaque actualmente nisiquiera se cambiaba de ropa a menos que fuese perseguido y vestido por wukong.

Lo que hacía qué el aseo personal fuese terrible.

Y wukong simplemente no podía ignorarlo más, no cuando últimamente macaque se escabullia a media noche para dormir con él.

El aroma empezaba a ser molesto y la melena sucia de macaque incomoda de tocar.

Por lo que ese mismo día se decidió.

— Te vas a bañar. —

Dijo en un tono mandon mirando a macaque qué estaba comiendo uno de los duraznos sagrados, últimamente wukong le estaba dando de los mismo... Por razones personales qué no necesita explicarle a nadie.

Macaque por su parte sólo miró a wukong espectante.

Parecía que las cosas iban a ser sencillas.

Pero todos sabemos que las cosas no son tan fáciles.



Wukong no tuvo problemas en llevar a macaque cerca del río, simplemente tomando la piedra dorada qué aun el macaque usaba para masticar y jugar de vez en cuando, bastó con lanzarla para ver como su contra parte iba de árbol en árbol a buscar la piedra, sabía que no tardaría mucho en llegar cerca del río.

Por lo que tomó el jabón, el cepillo, la pasta de dientes y la toalla para dirigirse al río, por su parte, con calma, el día no parecía ajetreado después de todo.


Al llegar al río consiguo quitarle la piedra a macaque y esconderla, no se la devolvería hasta que terminarán pues sabía que este se distraía fácilmente con todo y la idea era que este proceso no iba a demorar o ser la gran cosa.

Pero no pudo evitar poner una mueca al notar que macaque le huía al agua.

Aun así hizo el intento de llevarlo con calma para que el de melena blanca se dejara tratar, pero no parecía funcionar muy bien.

Al principio macaque simplemente forcejeaba alejándose del agua, pero luego empeoró cuando este empezó a chillar y a removerse en su lugar, como si le fuesen a pegar.

A lo que wukong le miró con una ceja levantada pensando que estaba siendo un dramático.

— Tienes que bañarte! —

Regaño, ahora ambos peleando con aquel forcejeo qué se estaba volviendo más agresivo, no era la intención de ninguno de los dos ser malo con el otro, las cosas escalaron antes de que se dieran cuenta de que estaban siendo agresivos con el otro.

Aprender a vivir de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora