Paseo

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A causa del rechazo qué macaque enseñó la última vez hacía las personas, wukong considero la idea de empezar a darle paseos por la ciudad, principalmente para que deje de tenerle miedo a las multitudes o a la gente en general por si se presentaba alguna emergencia y este se perdía.







Sin embargo, como se lo esperaba, las cosas no fueron tan fáciles.

Primero se dio cuenta de que macaque no solo le tenía pavor a la gente si no a un montón de cosas modernas qué bajo otras circunstancias serían normales.

Como los edificios, los autos, las motos, las bocinas, incluso las fuentes, ya que su cabeza no lograba comprender de donde salía el agua y aquello le asustaba.




Sip, siempre se iba a terminar tomando su en aquello de hacer que se adapte.






Principalmente porque cuando vio a un bus pasar por primera vez chillo de terror, no iba a culparlo, se suponía que ninguna de esas cosas existían cuando él estaba ahí y debía ser abrumador ver tantas cosas nuevas tan repentinamente, simplemente irreal.

Asi que empezó con lugares más tranquilos, como los que están cerca de la costa, los parques más tradicionales y las ciclo vías, dejando que macaque mirara tocara y curioseara lo que quisiera, principalmente solo olfateaba por un rato y luego volteaba a ver a wukong para luego cambiar de sitio y repetir el proceso.

En uno de los parques encontraron a unas señoras haciendo yoga y macaque se quedó un rato especialmente largo mirándolas mientras él se acostaba de panza en el suelo con sus manos y pies juntos a los costados, nuevamente haciendo pensar a wukong qué era similar a un gato.

Luego macaque se distrajo mirando a un chico que iba con un carrito de helados, inevitablemente se lanzó contra las llantas del carrito, un impulso extraño qué le dio al ver como aquellas pequeñas llantas se movían tan rápido.

Wukong no tardó en ir a detenerlo y para distraerlo le compro un helado de fresa, cosa que por supuesto funcionó, luego de enseñarle como tomar el cono y como comerse el helado el demonio imitó la acción empezado a mover la punta de su cola con emoción, al parecer qué estuviese frío no era un problema para él.







Durante su camino para ir a ver un parque de perros una ambulancia paso ganándose la atención de macaque qué no dudo en seguirla, por supuesto con su velocidad no tuvo problemas en hacerlo y wukong simplemente se vio obligado a seguirlo.


Cuando llegaron a la entrada de urgencias donde estaban bajando al paciente en una camilla el demonio notó qué el humano estaba especialmente herido, seguramente todo un accidente.

Pero no entendía que le hacían todas esas personas o porque había un coche con una cama dentro.

Asi que volteo a ver al rey jalandole un poco de su ropa para llamar su atención.

— ¿Hm? —

Notó la mirada preocupada en el mono y se puso a su altura para tratar de explicarle qué estaba pasando.

Aunque por más que lo intentará el demonio solo estaba cada vez más confundido.

Aunque consiguió hacerle entender que lo que estaba pasando era bueno ya que iban a ayudar al humano herido.

Cosa con la que macaque pareció mucho más tranquilo.








De nuevo retomaron su camino hacia el parque de perros, esta vez sin interrupciónes, al llegar macaque vio desde afuera a un montón de caninos, momento donde le entro la curiosidad y se sentó para observalos cuidadosamente.

Tal vez muy cuidadosamente, parecía que en cualquier momento le saltaría encima a cualquier perro, idea que tuvo preocupado al dios por un rato, aunque luego de media hora en lo mismo simplemente solto la idea, macaque solo trataba de entenderlos.






Luego fueron al último lugar que wukong quería que su contra parte conociera ese día.

El mercado.

Por supuesto estaba lleno de gente, de ruido y de un montón de cosas, como era de esperarse, excepto para macaque qué parecía sorprendido y desde que entraron se agarro a la ropa de wukong para no perderlo.

Por suerte para el rey, su compañero no tocaba nada ni intentaba huir, situación que hubiese sido un problema por supuesto.

Pero no, solo miraba de lejos y cuando hacía especialmente mucho ruido solo miraba al suelo esperando salir de esa zona.

Sin embargo si hubieron cosas que llamaron su atención.

Como unas figuritas de cerámica decorativas qué nisiquiera toco, solo miró por un rato.

También un puerto de dulces por su aroma, pero wukong no quiso darle ninguno ya que ya había comido helado.

Por último un puesto de joyas, había en especial un broche de otro que macaque miró impresionado.

Wukong no entendía porque.

El demonio notó esto y busco con la mirada algo apra explicarse, hasta que encontró un espejo en el mismo puesto usado para qué la gente viera como le quedaban las joyas por supuesto.

Mac tomó el espejo y lo coloco en dirección a wukong señalando con una garra su ojo para luego señalar al broche.

Eso fue más que suficiente para darse a entender, razón por la que wukong se acercó a ver el broche, preguntándose si así realmente se veían sus ojos o si macaque solo estaba siendo melodramatico.











De regreso a casa macaque no podía dejar de pensar en la similitud qué tenía el broche y los ojos del rey, se le hizo simplemente curioso que algo así fuese posible.

Sin embargo al llegar a casa y escurrir se debajo de la cama notó un objeto que de igual manera brillaba como el broche y hasta ese momento apenas lo había notado.

La piedra qué wukong le dio en su primer encuentro.

Acercó el objeto con su mano y le dio un par de vueltas en la misma mientras se acomodaba entre la ropa tirada finalmente encontrando una posición cómoda, para simplemente quedarse viendo la piedra un largo rato.










Wukong por su parte se quedó fuera de la cueva pero cerca de la cascada mirnaod el cielo, ya era de noche así que le aprecio una imagen linda.

Aunque se sintió extraño por unos instantes creyó ver que estaba haciendo un eclipse o que el cielo se ponía rojo, pero cuando se puso de pie preocupado por esa razón, notó qué en realidad no estaba pasado nada.

Todo está en su lugar, no había ningún eclipse y definitivamente el cielo no estaba rojo.

Solo rasco su nuca sin ganas de pensar en ello y se dirigió hacía la cueva dentro de la cascada, ya hacía algo de sueño.


































Aunque esa vez como muchas otras, no durmieron juntos.
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Aprender a vivir de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora