5.- La Reunión del Pueblo

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El Alcalde Meanswell decidió tener la reunión en la plaza porque estaba en el medio del pueblo y había mucho estacionamiento

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El Alcalde Meanswell decidió tener la reunión en la plaza porque estaba en el medio del pueblo y había mucho estacionamiento. Sabía que todo el pueblo conduciría ahí.

Nadie decidió caminar a la reunión. La gente ni se molestó en salir de sus autos, sino que bajaron las ventanas de los autos para que pudieran escuchar.

¡Imaginen la contaminación! Ni una persona apagó su auto, sino que dejaron el motor encendido durante la reunión.

El pobre Alcalde tosió y tosió cuando intentaba empezar la reunión y darle la bienvenida a todos. Dijo tan fuerte cómo pudo:

"Ahora doy comienzo a esta reunión."

"El único asunto en la agenda," dijo el Alcalde, "es el festival deportivo que se hará a través de todo el país. Nosotros aquí en este pueblo, que porta el nombre de LazyTown, debemos participar en estas celebraciones."

La gente en los autos gruñó:

"Ohhhh... ohhhh, ¿tenemos que hacer eso?"

"Ohh... ohhhhhh, ¿cómo puedo ir a la tienda si participo en un festival de deportes?" preguntó el niño dulces con su boca lleno de dulces.

Pixel, quien veía videos todo el día, miró afuera y dijo:

"Pero entonces me perderé... Neighbors. Neighbors siempre está en la TV a las cinco en punto y este torneo de deportes dura todo el día."

Se puede decir que la recepción no fue buena. Toda la gente del pueblo tenía al menos algo de oposición hacia el festival deportivo. Si no era esto entonces era lo otro. Que si era muy caro comprar zapatos, bicicletas, chandales o alguna cosa más relacionada a deportes.

"Todo esto es demasiado caro. Esto le costará a la comunidad del pueblo demasiado dinero," dijo Stingy en shock.

Algunos dijeron que los deportes eran peligrosos y que todos saldrían heridos; siempre habría alguien que se hiciera un esguince o que se torciera el tobillo. El Alcalde Meanswell escuchó todas estas excusas y simplemente no sabía qué debería hacer. La gente del pueblo parecía no tener interés en el festival. Los autos se fueron volando y la gente se fue para sus casas. El pobre Alcalde fue dejado parado ahí solo.

Había basura por toda la plaza porque a menudo la gente tiene flojera y no tienen respeto por sí mismos o el ambiente. Por ende, colillas de cigarro y envolturas de ducle yacían por todo el lugar. El Alcalde recogió todo y lloraba por el hecho de que la gente del pueblo no tenía intención de participar el en festival deportivo. Vio su pequeño pueblo colapsando de nada más que la poca actividad y flojera de la gente. ¿Qué le diría al Presidente? Caminó enérgicamente y pensó.

No se dio cuenta que había caminado por unas cuantas horas y había salido del pueblo. No estaba feliz. Se sentó en una colina y miró silencioamente sobre su pueblo donde el sol no había brillado por meses enteros.

"¿Qué se supone que haga?" pensó.

Súbitamente, escuchó algo así que se detuvo para oír mejor. Oyó a alguien contando.

"Mil y uno, dosmil, tresmil."

¡El Alcalde estaba impactado! ¿De dónde venía eso? Caminó detrás de la colina pero no vio nada.

La voz continuó:

"Cincomil."

Aterrado, se asomó detrás de una roca y escuchó:

"Seismil."

Era como si la voz proviniera de la colina.


Áfram Latibær! (¡Vamos, LazyTown!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora