12.- Tacañería y Egoísmo

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El hombre más rico en el pueblo era el propietario de una tienda de renta de videos en LazyTown. La gente del pueblo siempre le compraba o rentaba videos así que se había vuelto muy adinerado. Su hijo se llamaba Stingy y tenía casi todo lo que quería. Si quería un juguete, su papá se lo compraba. Todo lo que tenía que hacer era yacer en el suelo y gritar. Él demandaba esto, aquello y lo otro. Tenía un auto eléctrico, un avión que podía volar, zapatos de soccer, una pelota de basquetbol y mucho más. Pero nunca usaba nada de esto. Sólo quería tenerlo. Si no tenía lo más reciente, sólo se ponía cara-abajo al lado de la calle y gritaba hasta que sus padres se rendían y le daban lo que quería.

Los niños que lo tenían todo a menudo se volvían egoístas. Y así era Stingy. Sin duda le hacía honor a su nombre. Nunca prestaba ninguna de sus cosas. No importaba cuánto tenía. ¡Mucho menos regalaba!

El viejo y conocido refrán dice: Si tienes dos de algo, compártelo con los otros. - Pero eso no importaba en lo absoluto para Stingy.

Sportacus estaba en una para de autobús justo frente a la casa de Stingy. Se sentó ahí para estirarse y descansar un poco. Naturalmente, la parada no era muy usada porque la gente del pueblo no se molestaba en usar autobuses. Se acababa de sentar cuando escuchó gritos desde las escaleras de la casa de Stingy:

"¡Sal de la parada de autobús! ¡Sal de la parada de autobús!"

Miró fuera de la parada y vio a Stingy, furioso y con el rostro colorado, en las escaleras de su casa.

"¡Vete! ¡Esta es mi parada! ¡Soy el dueño de esta parada! ¡Dejarás esta parada de autobús!"

Sportacus estaba sorprendido. ¿Quién puede ser el dueño de una parada de autobús? Son propiedad común de todos. Por eso debemos cuidarlas bien. No debemos arañar o garabatear en las paredes. No es bonito.

"¿Quién se sienta en las escaleras de su casa y grita que es el dueño de una para de autobús?" pensó el elfo para sí mismo.

Miró hacia la casa para ver quién era. Ahí estaba Stingy, lejos en el patio. Caminó por el pavimento gritando:

"¡Sal de esa parada de autobús! ¡Esa parada de autobús es mía! ¡Este patio es mío! ¡Al igual que la calle! ¡Esta es mi calle!"

Hizo esto hasta que llegó a la parada. Cuando vio que un elfo era quien estaba ahí, pregutó sorprendido:

"¿Quién eres?"

"Yo soy Sportacus," dijo el elfo. "Y vine para hacerte competir en el festival de deportes."

"Nunca compito con otros. Si compito en un torneo de deportes entonces es mi torneo de deportes, ¡mi competencia y yo gano!" dijo Stingy. "¡Y tú te alejarás de esta parada! ¡Esta parada no debería ser usada! ¡Es mía!"

Se tiró a sí mismo al suelo.

Sportacus no pudo evitar sonreír y dijo:

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Sportacus no pudo evitar sonreír y dijo:

"¿Sabías que la peor característica que una persona puede tener es el egoísmo? Te vendría bien venir a entrenar conmigo en dos días. Vivo en la colina aquí justo afuera del pueblo. En serio quisiera que vayas ahí."

"¿Te refieres a la colina sobre el pueblo?" preguntó Stingy aún tumbado en el suelo.

"Sí, esa misma."

"Sí, pues esa colina es mía," dijo Stingy.

"Noo, la colina es tuya," dijo el elfo, riéndose. "Yo vivo en esa colina. Quiero que vayas allá para entrenar durante esta semana. Te hará bien venir para entrenar porque podrás aprender a trabajar con buenas personas. Los deportes están basados en aprender a interactuar con otras personas, tener a otros en cuenta, trabajar juntos y cosechar los frutos del trabajo después. A veces y a veces pierdes."

Stingy dijo que no quería cosechar los los frutos con otros. Sólo quería cosechar por sí mismo y quedarse con todos los premios para sí.

Sportacus sacó su libreta, escribió una fecha en la página, se la entregó a Stingy y dijo:

"Ven a entrenar a las ocho en punto el Viernes. ¡Este papel puede ser tuyo!"

                                                           (Atiende al entreamiento a las 8 en punto)

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(Atiende al entreamiento a las 8 en punto)

Se había ido antes de que Stingy pudiera leer lo que había en el papel.

Y así pasó el día. Sportacus se apresuró de casa en casa dando varios consejos y escribió en casi todas las páginas de su libreta antes de que terminara el día.

La última casa que visitó fue la del Alcalde. Él estaba muy preocupado, ya que ahora sólo quedaban cinco días para el festival deportivo. Nadie había anunciado su participación aún y no había recibido nada de ayuda. Iba a necesitar un poco de ayuda porque todo en el gimnasio aún necesitaba reparación. No había sido usado en mucho tiempo. Sportacus tocó la puerta del Alcalde. Se sorprendió pero se apresuró a abrir la puerta. No recibía visitas a menudo.

"Buenas tardes," dijo Sportacus.

El Alcalde se asomó y pregutó:

"Oh, ¿eres tú? ¿Cómo te fue?"

"Me fue muy bien," respondió el elfo. "Estuve en todas las casas del pueblo. Luego voy a volver esta semana y ver cómo les fue. También voy a hacer que todos los niños entrenen conmigo en mi colina y ver qué pueden hacer."

Mientras seguían charlando sobre esto, el Alcalde preparó arroz con leche y entonces los dos comieron con gran apetito, ya que este había sido un día difícil - pero quizás el mejor hasta ahora en LazyTown.

Áfram Latibær! (¡Vamos, LazyTown!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora