La historia de Sportacus, el Elfo del Deporte y cómo ayuda a los niños de un pequeño pueblo perezoso llamado, apropiadamente "LazyTown" a ser más activos y saludables para competir en una competencia de deportes.
Esta historia fue escrita originalme...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al elfo le estaba dando algo de sed luego de tanto correr. Cuando te ejercitas, siempre deberías beber agua. En la plaza, donde la reunión del pueblo se hizo, había un gran pozo. Ahí, se sirvió un vaso.
"El agua es lo mejor para el cuerpo," se dijo a sí mismo, tomando un gran trago.
Cuando terminó de beber y estaba recuperando el aliento, miró hacia el cielo. Le dijo al Sol, quién seguía ocultándose detrás de las nubes:
"Bueno, será mejor que continúe porque hay mucho qué hacer. Sólo faltan cinco días para el festival deportivo y si la gente del pueblo va a participar en las celebraciones, debo apresurarme."
Cuando estaba listo para irse corriendo, parecía que alguien estaba estornudando o sollozando cerca de la plaza. Echó un vistazo a la esquina de una casa y vio que ahí había una niña llorando. Se acercó a ella y le preguntó:
"¿Por qué estás llorando en plena luz del día? ¿Perdiste a tus padres?"
La niña continuó sollozando y se dio la vuelta.
Sportacus intentó hablar con ella:
"Dime por qué estás llorando. Debe ser algo. ¿Alguien te ha estado siguiendo o molestando?"
"No, no es eso." dijo ella.
Escondió su cara en sus manos y sollozó incluso más fuerte. El elfo intentó animarla. Dejó de llorar y miró al elfo, quien tenía una expresión de preocupación.
"¿Qué te importa?" preguntó y se sobó los ojos. Entonces bajó la cabeza tristemente y se fue caminando, llorando.
Sportacus agarró su barba y pensó:
"Hmmm, algo anda mal aquí."
Vio que los cordones de ella estaban sueltos y se balanceaban en todas direcciones con cada paso. Ella perdía sus zapatos con cada paso. Eso era extraño. Fue tras la niña con pasos rápidos, la tomó de los hombros y le preguntó:
"¿Cuál es tu nombre?"
"Mi, mi nombre es Stephanie," le respondió. "Me llaman Stephanie Splitz."
"¡Caídas en inglés!" dijo Sportacus sorprendido. "¿Por qué te llaman así?"
"¿Crees que me llaman Stephanie Splitz porque sea muy flexible? ¿Andas mal de la cabeza o qué?" respondió con un sollozo en su garganta. "Por eso estoy llorando ahora," continuó.
"¿Porque estoy mal de la cabeza?" preguntó el elfo sorprendido.
"No, no, es porque estoy muy rígida. No puedo ni atarme los zapatos. No puedo agacharme. No puedo alcanzar mis zapatos."
"Eso es triste de oír," dijo Sportacus. "¿Entonces no has prácticado? ¿Ningún ejercicio de estiramiento?"
"No, no sé hacer ningún estiramiento," dijo Stephanie, dándose la vuelta e intando irse deambulando de nuevo.
