—Oigan, hoy cerramos a las siete ¿bien? —nos informó la jefa.
Todas asentimos estando de acuerdo, pero yo por dentro quería llorar porque me dolían los pies y tenía hambre.
Habían pasado cuatro días desde la última vez que había visto a Henry. No lo llamé, como él tampoco me buscó. No sabía nada sobre él, sólo había leído un artículo en Internet donde decía que tenía varias empresas y era multimillonario pero, nada sobre su vida privada ¿y si estaba casado? ¿y si aparte de tener las empresas, tenía cosas ilícitas? ¿y si era un psicópata? No podía confiarme. Por más que en el hospital me haya demostrado su ilusión de tener al bebé, no podía confiar.
Atendí a algunas clientas mostrándoles los productos y recomendándoles en base a su tipo de piel. Aunque amaba trabajar ahí, estaba cansada y quería irme a dormir. Las horas se me hicieron eternas y a cada rato miraba el reloj pegado a la pared para confirmar que hora era.
Cuando vi que ya estaba oscureciendo empecé a buscar mi bolso para salir de primera y poder conseguir cualquier taxi que viera. Bebí un poco de agua cuando sentí mi boca seca, y vi a la jefa acercarse.
—Tu novio tiene como treinta minutos esperándote afuera. —me informó.
Me asombré, no por que mi jefa se dirigiera a Henry como mi novio, sino porque estaba esperándome y no me había dado cuenta.
Al día siguiente de mi desmayo, fui a la cosmético en busca de la jefa, llamada Violeta, para aclararle el porqué de faltar ese día. Ella me recibió con una sonrisa la cual me extrañó porque pensaba que iba a botarme por mi falta, le expliqué la situación y en medio de esta me interrumpió diciendo que ya mi novio le había explicado todo y se asombró que siendo novia de un magnate estaría ahí trabajando. Sin embargo, Henry no le había dicho nada sobre mi embarazo. Tenía varias preguntas que hacerle.
—Puedes salir, las chicas se encargarán de cerrar.
No lo pensé dos veces para irme, me despedí y casi salí corriendo. Imaginaba que Henry estaba ahí para saber de mí o algo así.
El padre de mi bebé se encontraba recostado en su auto con los brazos cruzados y rostros totalmente serio. Se veía muy guapo, su traje complemente negro resaltaba su piel y la barba de pocas semanas le quedaba muy bien.
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El bebé del magnate©
RomansaA Melissa el nuevo año no le sonrió. Descubrió a su novio siendo infiel así que lo dejó. La echaron de su trabajo por reducción de personal y, por ende, el banco rechazó su crédito para su emprendimiento. No sabía qué hacer, estaba rendida. Soñaba c...