Capítulo 12

227 25 1
                                    

Ariel mira la reacción de Lucas, que se mantenía inmutable con aquella linda sonrisa, lo que le dio tranquilidad.

—¿Qué? —pregunta Lucas con una pequeña risita.

—Soy una mujer transgénero.

—Eso es imposible —reía Lucas.

La negativa de Lucas asustó a Ariel, ya que sus vagas esperanzas se desvanecieron en un instante.

—¿No me crees? —pregunta de manera melancólica.

—No bromees, ¿cómo voy a pensar que eres un hombre? Digo, los trans se ven como hombres travestidos.

—No todos se ven así —responde con una sonrisa amarga —las terapias hormonales ayudan a verte más femenina.

—Pero siguen teniendo rasgos masculinos, ya sea la voz, o verse gruesas, con espalda ancha o manos grandes. Tú no te ves así.

Ariel aparta la vista y mordía su labio inferior, presionando sus manos.

Al mantenerse el ambiente en silencio, Lucas comprende que aquello no era una broma.

—¿Lo dices de verdad?

— No tengo por qué jugar con algo como eso, y es el motivo por el cual temía al contártelo.

—¿Por qué no lo dijiste antes?

—Porque quería que me conocieras, que me dieras la oportunidad de quererme y aceptarme, antes de recibir un rechazo, cómo casi siempre pasa.

Lucas se levanta del sofá, sin aún poder creer que estaba escuchando.

—No te creo, no puedo creerte.

—¿Necesitas verme desnuda para hacerlo? —pregunta Ariel herida en su orgullo.

Lucas no responde, así que Ariel se levanta para quitarse sus prendas. Al llegar a su pantalón, y bajar la cremallera, Lucas le detiene.

—No lo hagas, yo no podría verte así.

Él vuelve a sentarse en el sofá con el ánimo decaído, negando con la cabeza.

—Entiendo si esto cambia algo entre nosotros —dice Ariel con voz apagada —Nunca fue mi intención lastimarte, solo esperaba una oportunidad de ser aceptada por alguien que me quiera, y no solo por alguien que quiere cumplir una fantasía sexual.

—Pero me engañaste, todo en ti es un engaño. —responde de manera fría.

Aquellas palabras lastimaron a Ariel de una manera muy amarga.

—Tú también me has engañado, pensaba que me querías, pero ya veo que eres igual que todos los demás, solo preocupados del físico, sin importar lo que somos por dentro.

—No me reproches a mí, porque si lo veo desde tu lógica, tampoco me querías como para ocultar algo así. Yo realmente pensaba en ti como algo más que solo una novia, tenía expectativas que... Oh, demonios... —la voz de Lucas se quiebra, ya sin poder contener su angustia, comienza a llorar, cubriendo sus ojos con el antebrazo.

Ariel inmediatamente le abraza como un reflejo, para también llorar con él.

—Yo te quiero, y sigo siendo la misma, ¿qué importa lo demás?

Lucas se aferraba a los brazos de Ariel. No sabía qué hacer, y no sabía que responder o como reaccionar, porque le quería.

Con suavidad él le aparta al estar más calmado.

—No me encuentro bien para hablar sobre esto, no quiero decir algo en este momento que puedas malinterpretar.

—Sí, lo comprendo. —dice Ariel entre sollozos —Creo que ahora puedes entender por qué no quería decírtelo, aunque tenía la esperanza de que esto no fuera algo que tuviera tanta importancia para ti.

—Si la tiene. Para mí esto si lo tiene y me importa, yo no puedo estar con un hombre.

—No lo soy, no soy un hombre, no me siento así y no me veo como uno. Soy una hermosa mujer y no permitiré que tú, ni nadie, me hagan sentir insegura de quien soy. —contesta enfurecida Ariel, que no paraba de derramar lágrimas.

—Ya dije que no es un buen momento para hablar ahora, porque también estoy molesto y decepcionado.

—¿Decepcionado? ¿Por no tener los genitales que tú querías?

Ariel estaba a la defensiva. Aquella era una batalla que ya había librado muchas veces y odiaba a los que tenían un pensamiento retrógrado. Ella también estaba decepcionada de Lucas y deseaba tener una discusión para liberar su amargura.

—No deseo crear una pelea. Necesito tiempo para pensar en esto.

Ariel da un suspiro, ya sabía que para muchas personas era difícil entenderlo y Lucas no era la excepción. Lo mejor era dejarle a solas aquella noche.

De manera calmada, ella se levanta del sofá y busca su abrigo para marcharse, mirando al hombre que seguía sentado, con la mirada clavada en el piso.

—Me iré ahora. Lucas, yo sigo siendo la misma, y nada cambiaría entre nosotros, si así lo quieres.

—Tengo que pensar en eso. —levanta la mirada para verle con ojos suplicantes —Júrame que esa es tu verdad, y no una macabra prueba de amor.

—Esa es mi verdad, y aunque no lo esperaba, también se volvió en una prueba de amor y aceptación.

Nuevamente se hizo el incómodo silencio, con miradas que se desviaban, sin saber que más decir.

—Cuando quieras hablar, llámame.

Lucas asiente con la cabeza.

—Adiós Lucas.

—Adiós Ariel.

Con aquella fría despedida, ella sale del departamento para tomar el elevador, esperando que él saliera para ir tras ella, pero no pasó. Luego caminó lentamente por la calle, esperando que él llegara corriendo, pero no llegó, y luego se sentó en la parada de autobús esperando a que él le pida regresar, pero no apareció.

Al llegar a su departamento, Ariel esperaba ansiosa a que Lucas la contactara para hablar, pero las horas pasaron y se dio cuenta de que él no lo haría. Se sintió abrumada por la soledad, la tristeza y la desesperación, donde su mundo se derrumbaba al comprender que, no había logrado tocar el corazón de aquel hombre, pero, en cambio, ella había entregado el suyo. A pesar de todo, Ariel no perdía la esperanza de que Lucas pudiera entenderla y aceptarla tal como es.

La Verdad de ArielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora