Capítulo 26

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Ariel y Lucas disfrutaron de una hermosa noche de verano en la terraza de su departamento, habían encendido el asador y se dedicaron a cocinar algunos trozos de carnes y verduras, disfrutando de la brisa fresca y el ambiente relajado.

Mientras seguían cocinando, miraban hacia la ciudad, que parecían un mar de luces parpadeantes, charlando sobre sus historias, donde Lucas le confiesa que le contó a su amigo Félix sobre su relación y que este le había brindado todo su apoyo. Ariel se siente feliz al escuchar esto, ya que sabía que la aceptación de los seres queridos era importante para ambos.

—Yo también le conté a alguien que somos novios. —Confiesa Ariel, dándole un sorbo a su vaso con borgoña.

—¿A quién?

—A mi madre. Bueno, en realidad fue a mi madre, que ella se lo contó a mi papá y ellos a mi hermana... En fin, todos mis primos y tíos que vistes en la celebración lo saben. Perdona, no quería que todos se enteraran.

—Nuestra relación no es un secreto, no tienes por qué disculparte.

Ariel sonríe y abraza a Lucas por la espalda, ya que estaba moviendo algunos pimientos rellenos de queso.

—Ellos quieren que les visitemos. ¿Te gustaría ir?

—Qué difícil. Es distinto ir como tu amigo que ir como tu novio. Tu padre de seguro no será tan sonriente como antes. —Ríe Lucas.

—Claro que no, mis padres te adoran, incluso mi hermana lloró de felicidad por saber que eras mi novio, y mamá dijo que siempre le habías caído bien.

—Vamos el sábado y nos quedamos hasta domingo, así puedes ser consentida por ellos.

Ariel daba una risita y clavaba su rostro en la espalda de Lucas al estar tan feliz, ya que sentía que todo era perfecto en su vida.

—Eres tan tierno, me encantas. Por ser tan buen novio, te compensaré. —dice Ariel de manera seductora.

—¿Ahora? Aunque suena tentador, no podemos dejar la parrilla sin vigilancia.

—No dije que ahora, dije que será tu postre —Volvía a reír Ariel, que regresaba por su copa de borgoña, para sentarse nuevamente en las sillas de la terraza.

Los novios abordaron el autobús temprano en la mañana, emocionados por emprender el viaje.

Llegaron a la casa de los padres de Ariel, siendo recibidos con gran cariño y alegría, los abrazos no faltaron y las sonrisas inundaron el ambiente.

Durante la visita, los padres de Ariel les contaron anécdotas divertidas de su hija, mientras compartían una deliciosa comida preparada por la señora Tapia, siempre expresando lo felices que estaban de que Lucas fuera su novio, y lo agradecidos que estaban con él por hacer feliz y cuidar de ella.

Después de la cena, mientras tomaban una copa de licor en el patio trasero, Lucas y el padre de Ariel charlaban, mientras que madre e hija hablaban entre ellas.

—Solo puedo decir, que realmente estamos muy felices por ustedes. Solo puedo agradecerte de corazón que quieras, aceptes y te preocupes por Ariel. —comenta Gabriel.

—Yo no soy un buen tipo como ustedes lo creen. Me fue difícil aceptar la condición de Ariel. Ella jamás lo ha contado, pero éramos novios desde antes, sin saber que era trans. Cuando me enteré, la dejé, porque no podía aceptarlo, y aunque le quería, solo podía ser su amigo, hasta superar mis inseguridades.

—No puedo culparte, no puedo culpar a nadie en realidad, porque todos juzgamos sin saber, hasta que nos toca a nosotros vivir en esta situación.

—Solamente puedo confesar, que la quiero, pero aún tengo miedo del rechazo social, o el de mi familia cuando se los cuente.

—Y eso te hace ser un buen tipo, no es algo que lo creamos, sino que lo eres. Porque a pesar del miedo, sigues adelante y le apoyas, has estado en los momentos más difíciles para ella y no te importa su condición. Cómo padres, estamos tranquilos de que Ariel está con alguien que realmente la ama y la protege, en eso se basan las buenas relaciones, porque nacieron de la adversidad.

—Gracias por decirlo, en ocasiones necesito escuchar que todo está bien y que solo importamos nosotros.

—Quiero que sepas, que este es tu hogar, desde ahora serás nuestro hijo y puedes acudir con nosotros cuando quieras, que siempre tendrás aquí una familia que te apoyará.

Lucas se sentía realmente agradecido y aliviado, como si desapareciera un peso de su pecho.

Al despedirse durante la noche, los novios se dirigen a su habitación dispuesta en esa casa para ellos. Ariel charlaba alegre sobre lo que había sido ese día y todo lo que había conversado con su madre, mientras se colocaba un camisón de tirantes para ir a la cama.

—Tu padre dijo que era parte de la familia, ha sido tan amable. —comenta Lucas al verla desde la cama.

—Ellos te quieren, desde que te conocieron, esperaban que fueras más que un amigo.

Ariel retira las sábanas para recostarse al lado de su novio, dándole un beso al acurrucarse a su lado.

—¿Eres feliz conmigo? —pregunta Lucas al tenerla en sus brazos.

—¿No se nota? Soy tan feliz contigo que creo que mi pecho va a explotar. La pregunta es, sí, ¿yo te hago feliz?.

—Tú siempre me haces feliz, tan feliz, que quiero darte esto.

Lucas le entrega una pequeña cajita que tenía en la mesita de noche, lo que hace contener el aliento a Ariel al saber de lo que se trataba.

Emocionada, toma el regalo en sus manos, para abrirlo y descubrir en su interior una argolla con piedras rojas brillantes.

—Es tan bonito. Pero ¿Por qué?

—Es para confirmar lo que siento por ti, y para que no vuelvas a pensar en que te dejaré. Además de hacerte una propuesta.

—¿Cuál?

—Ya que siempre estás conmigo, ¿por qué no vivimos formalmente juntos? Así podríamos ahorrar lo del alquiler de tu departamento, compartimos gastos, y podríamos comprar un vehículo.

—Eso sería maravilloso. Esperaba que me lo pidieras.

Se quedaron abrazados en la cama, disfrutando del momento, sintiéndose más conectados y enamorados que nunca. Sabían que este paso significaba un nuevo capítulo en su historia, y estaban emocionados de comenzar esta nueva aventura juntos.

Con una sonrisa en sus rostros, se durmieron abrazados, sabiendo que se despertarían al día siguiente con el corazón pleno, al construir un futuro, más unidos que nunca.

La Verdad de ArielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora