El sonido de una llamada entrante despierta a Ariel, quien había logrado dormir casi al amanecer. Los ojos le dolían por haber llorado toda la noche y le resultaba difícil ver la pantalla de su móvil, pero al lograr distinguir el nombre de quién le llamaba, le aclara la vista y responde apresuradamente.
—¿Aló?
—Hola, ¿cómo estás? —pregunta Lucas.
—Desanimada, ¿y tú?
—Igual, pero calmado. ¿Quieres que nos veamos para hablar sobre lo de anoche?
—Sí.
Se pusieron de acuerdo en encontrarse en el parque "Bosque Verde", que siempre frecuentaban y donde habían tenido tantas citas que les traían buenos recuerdos. Ariel llegó al parque y se sentó en una de las bancas para esperar a Lucas, pero él ya estaba ahí, escondido detrás de un arbusto. Él no quería aparecer inmediatamente, sino que prefería observarla en secreto para intentar descubrir alguna pista que revelara que ella era una mujer trans. Tal vez podría ser su altura, su cuello, el tamaño de sus pies o el tono de su voz. Sin embargo, después de observarla detenidamente, llegó a la conclusión de que por mucho que intentara encontrar algún rasgo masculino en ella, era casi imposible.
Había pasado menos de un minuto cuando Ariel ve llegar a Lucas, que traía dos cafés con un paquete de galletas de avena caseras.
—Gracias —sonríe ella al recibir lo que le entregaba, tratando de ocultar su amargura.
Por un momento, Lucas estuvo tentado a abrazarla debido a que Ariel tenía los ojos hinchados y una expresión triste, demostrando que había llorado más de lo que se podía imaginar. Finalmente, decide tomar asiento a su lado, ya que mostrar afecto sería lo peor en ese momento.
—Anoche no supe cómo reaccionar, te pido perdón si te ofendí —dice Lucas dando un suspiro al estar nervioso.
—Fue culpa mía, debí decirte desde el día en que me pediste una cita.
—Yo no conozco casi nada sobre esto, solo sé que te percibes de otra manera que tu género de nacimiento y que cambias tu apariencia para lograr la imagen que el mundo quiere que vea de ti.
Ariel miraba el vaso con café tibio que tenía entre sus manos, pasando sus dedos por el contorno de este, dando un suspiro para hablar, recordando su propia historia.—Desde que era pequeña sentía que estaba en el cuerpo incorrecto, me gustaban las cosas de niñas y quería ser como ellas. Mi madre lo notaba, por eso me apoyó cuando hablamos sobre ese tema. Fuimos con médicos para ayudarme en mi transición, siempre a escondidas de papá, que al enterarse, me llevó con psicólogos para sanar mi «problema mental».
—Debió ser muy difícil para ti y tu familia.
—Lo fue, porque siempre sentí que les causaba solo tristezas.
—¿Qué pasó con tu padre?
—Los médicos y psicólogos le dijeron que no había nada malo conmigo, solo que había nacido con el cuerpo de un hombre, además de que tiene una explicación científica, lo que le ayudó a comprender mejor. Recuerdo que papá lloró, pero él me aceptó y también me dio su apoyo para continuar con mi transición.
—Y ahora, ya te ves como tú querías.
—Sí, pero siempre tendré el estigma de ser trans. Sufrí acoso escolar en la escuela por ser el afeminado de la clase. Mis relaciones sentimentales jamás duran mucho, porque creen que por haber sido hombre, pueden tratarme de manera agresiva o violenta, los peores son los que buscaban satisfacer un fetiche sexual, tratando de que tome el papel del hombre en la cama. La única relación que duró algo más fue con un novio homosexual, que no se declaraba abiertamente como tal y me usaba como una pantalla social, pero no pude con aquello, porque sabía que él quería la parte de mí que yo deseo borrar.
—Ahora comprendo cuando me decías que estabas decepcionada de los hombres, y por qué no querías una relación.
—La mejor relación que había tenido hasta el momento fue esta. —comenta Ariel con una sonrisa triste— Pero era una mentira, porque no conocías todo de mí, y sin hacerlo, no podías quererme por quién realmente soy.
Lucas mira el parque pensativo, guardando un momento de silencio, hasta que decide hablar.—Lo estuve pensando anoche. Lamento todo lo que has vivido y que sea yo el causante de una nueva decepción, pero realmente no puedo. —Lucas da un largo suspiro para calmar la angustia que se acumulaba en su pecho. —Podía soportar muchas situaciones por el bien de la relación, pero no puedo con esta.
Ariel lo mira sorprendida.
—¿Por qué no?
—Vengo de una crianza convencional, aunque me gustaría, no puedo abrir mi mente a esto. Lo que pasa, en realidad, es que no soy homosexual.
—Que te guste por ser una mujer transgénero no te hace gay. —Ariel trata de aclarar sus ideas para explicar algo que para ella era tan básico y obvio. —Un homosexual se siente atraído por alguien de su mismo género, pero a ti te gusto yo, no porque me veas como un hombre, por el contrario, es porque me veo como una mujer. Si estás conmigo en una relación, incluso al hacer el amor, seguirás siendo heterosexual.
—Ese es uno de mis mayores problemas. Al tener intimidad, me sería incómodo ver tus partes o sentirlo... no sé si comprendes a lo que me refiero.
—Pero puedo ayudarte con eso. Tengo muchas tangas especiales, si las llevo puestas, jamás verías mi...
—No, para... no lo digas —Lucas realiza una mueca de desagrado, combinado con asco, que trata de ocultar rápidamente al tomar un sorbo de café del vaso de cartón que tenía en las manos.
Con aquel gesto, Ariel comprendió que su noviazgo con Lucas había terminado. Una lágrima rodó por su mejilla, limpiándola rápidamente para que no se le notara afectada.
—Te quiero, y no puedo negar que me has hecho feliz en estos últimos meses —dice Lucas con expresión triste —Pero no puedo aceptarte. Eres una maravillosa persona, y mereces estar con alguien que te comprenda y aprecie al completo, porque vales mucho. Lamento no poder ser yo esa persona y por abandonarte, cuando dije que no lo haría.
Sin aguantarlo, Lucas volvió a llorar, tratando de cortar su lamento, pero las traicioneras lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos.
Ella sabía que estaba en una encrucijada y que le había herido, pero no era solo ella la que estaba sufriendo. Nuevamente, Ariel se sentía vacía, como si su alma se hubiera congelado.
—Lo comprendo. Ha pasado lo que más temía, y era vivir este momento, en el que te alejaras de mí, sin que pueda hacer nada.
—Tomaré unas vacaciones de la empresa, necesito alejarme un tiempo para poder superarlo. No quiero que pienses que te culpo, es solo que no soy fuerte en este momento, y no podré concentrarme, además de no saber cómo verte, porque sigues siendo tú, una chica dulce y graciosa, que no he podido comprender.
—Lo sé. También tomaré unas vacaciones, lo haré cuando tú regreses, así nos dará bastante tiempo para estar alejados.
Lucas toma el último sorbo a su café, para luego levantarse, dándole la espalda.
—Perdona que no pueda despedirme de ti, así que solo diré, adiós.
—Adiós, Lucas.
Él comienza a caminar por el sendero, mientras Ariel esperaba a que él se girara, necesitaba que lo hiciera para saber que al menos ella había sido importante en su vida, esperando que a mitad de camino se arrepintiera y regresara.
Lucas se sentía devastado. Había construido ilusiones que se derrumbaron como una torre de naipes, y se preguntaba constantemente si estaba haciendo lo correcto. Tal vez podría intentarlo, pero eso iría en contra de todo en lo que creía y esperaba de una relación. Incapaz de soportarlo más, se giró para ver cómo ella seguía sentada en el mismo lugar, esperando con una mirada llena de amargura y súplica. Una vez más, sus convicciones se tambalearon, pero decide bajar la vista y seguir su camino.
Al verlo alejarse, Ariel se abrazó a sí misma y comenzó a llorar con desesperación, porque sabía que todo había terminado entre ellos. Cada lágrima que salía de sus ojos era una muestra de su dolor y tristeza, porque nunca volvería a ser lo mismo, y que a partir de ese momento, tendría que vivir con el dolor de haber perdido a alguien que amaba, por no haber sido lo suficientemente valiente para decir la verdad desde un principio.
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La Verdad de Ariel
RomanceAriel es una joven bella y talentosa que ha luchado toda su vida para ser aceptada tal y como es. Tras años de sufrimiento y discriminación, finalmente ha encontrado un lugar en el mundo donde se siente feliz y segura consigo misma. En medio de esta...