¿𝘌𝘴𝘰 𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘯𝘪𝘥𝘰? || 𝘊.𝘙𝘰𝘯𝘢𝘭𝘥𝘰 𝘹 𝘑.𝘏𝘦𝘳𝘯á𝘯𝘥𝘦𝘻 ||

𝙸𝙸𝙸. 𝙳𝚎𝚜𝚘𝚛𝚍𝚎𝚗 𝚢 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘𝚜 𝚖𝚎𝚣𝚌𝚕𝚊𝚍𝚘𝚜

Dos semanas bastaron para que Ronaldo se diera cuenta que Javier era un verdadero vago.

Era muy desordenado, dejaba el espejo salpicado, los vasos en el cuarto, sus calzones tirados, la tele prendida.

Quería propiciarle unos buenos golpes, pero ni oportunidad se le había presentado.

Se cruzaban en el desayuno y en algunos minutos de la noche, ya que a Javier le surgía trabajo en la plaza y se iba a tocar casi todo el día.

Gracias a ese esfuerzo, sirvió para pagarle el primer depósito a Cristiano.

Con ese dinero pudo darse ciertos lujitos, cómo ropa de bebé, pañalitos y unas almohadas para su nido, cosas para su cachorro más que nada.

Está vez eran las 5 de la tarde y Javier había llegado temprano. Ronaldo se encontraba en su nido mirando una película mientras se tocaba el vientre, su bebé se movía mucho y no podía encontrar la posición perfecta para mirar el clásico de la Bella y la Bestia.

—Hola, ya llegué —la puerta estaba abierta así que sin permiso entró a la habitación del omega

—Si ya ví.... —pauso la televisión para ver qué es lo que quería su inquilino

—Te traje unas cocadas y una torta ahogada.... Cómetela rápido o se aguada más, la chingadera —sacó de su mochila los alimentos envueltos y los dejó sobre el buró

—Gracias.... No tenías que molestarte

Eso era cierto.

—Veo que has trabajado mucho en tu nido —lo miró de todos los ángulos posibles

—Si así es —le sonrió muy orgulloso

—Una vez fuí con mi jefa a un mural de Diego Tavira,  tenía muchos colores.... Muchas chingaderas revueltas

¿Que tenía que ver?

—Es Diego Rivera naco

—Eso.... De Diego Nivera.... Y la neta quedé impresionado

—¿Qué te hizo sentir su mural o qué?

—Nada, me impresionó que no me hiciera sentir nada.... Pinche arte toda rara, deberías enseñarle tu nido a Diego para ver que le hace

—Ah mira..... Creo que lo tuyo no es lo músico... Deberías ser comediante por tus pinches chistesitos

—Solo doy mi opinión..... Con las almohadas no vas a reemplazar el calor de tu alfa, yo digo que lo llames para que venga a hacerte uno bonito

—Su viaje es largo, él y yo nos llevamos muy bien

—Uy si, muy bien..... Igual que tu nido

—Mira Javier...Dejame ver mi película mientras me como tu pinche torta —abrió la bolsa con cuidado de no embarrarse tanto, su mano posaba sobre su barriga aún

Javier no pudo evitar mirarlo, se veía muy lindo.

—¿Puedo tocar tu barriga? —preguntó de la nada, cómo si no acabara de insultar su nido

—¿Después de lo que dijiste de nuevo sobre mi nido quieres tocar a mi cachorro? No Javier

—Llevo dos semanas viviendo aquí, tengo a un lindo Omega preñadito viviendo conmigo y no me deja tocarle la panza..... No sé cómo sobreviviré