La mochila de Javier descansaba en la puerta.
Estaba a un día de que se fuera a puerto Vallarta. No sabía cómo sentirse al respecto. Se había quejado de él, de sus calzones tirados y ahora no quería que se fuera. Le dejaría un vacío que nada podría llenar.
Y luego estaba el nido, que por más que siguió intentandolo no avanzaba nada. Seguía igual de feo, pequeño y arrugado. Faltaba poco para el nacimiento de su cachorro y no encontraba la salida a esa angustia.
Al parecer su bebé no tendría lugar donde descansar y crecer. Eso lo entristecía.
Un ruido y un aroma a Eucalipto lo despertaron.
Bajo con cuidado a la cocina y encontró a Javier. Con las mangas remangadas tallando trastes. Intentaba quitar la comida pegada de un sartén pero no se quitaba.
—¿Qué haces ?
—Lavo los pinches trastes — se señaló —¿No es obvio?
—Es que los lavas tan mal, siempre se empiezan por los vasos y hasta el último las ollas y sartenes
—No hay tutorial para lavarlos
—Además ya me gastaste una media botella de jabón salvo, está caro y tendré que comprar más, con unas gotas es suficiente
—Es que me gusta la espumita
—Como sea..... Yo los talló y tú los enjuagas así nos ayudamos —se remango el pijama y se colocó a su lado
—A sus órdenes Omega bonito
En lugar de molestarse, decidió aceptar el cumplido.
Pasaron largos minutos entre espuma y agua. Sus caderas chocaban casualmente algunos minutos. Javier admiraba al Omega altote, porque lo que tenía de altote lo tenía de buenote.
Y eso le causaba culpa por el Alfa de la casa. Cuándo veía sus fotografías sentía que en cualquier momento podría llegar y correrlo.
—¿Puedo preguntarte algo?
—No, sigue enjuagando
—¿Qué clase de alfa deja a su Omega tanto tiempo? —lo miró esperando una respuesta
—Que te importa —terminó de enjabonar la última olla y se apartó del fregadero
Javier lo siguió detrás.
—Si me importa —se cruzó de brazos —Si tú fueras mi Omega no me iría, la pasaría pegado a tí todo el embarazo
Cris negó con la cabeza sintiendo como el nudo se le venía encima.
—Ya Javier, no hables —no quería llorar
—No.... Tú te mereces algo mejor que esas almohadas frías. Estás a punto de dar a luz y ni siquiera te hizo un nido —negó con la cabeza —Eso dice mucho de él cabrón que es
—No lo conociste, por lo que no puedes opinar —intentó abrazarse a sí mismo —Él era buen alfa y.....
—¿Era? —preguntó desconcertado
Cris se rompió.
Aunque estaba callado, empezó a soltar lágrimas al recordar la tragedia que vivió sólo.
Su madre murió después de su boda, no conoció a su padre biológico, no tenía Alfa, estaba solo con todo y cachorro.
Marcelo lo era todo para él y ya no estaba.
—¿Por qué siento que tu alfa no va a volver ?
—Porque no lo hará baboso, él no volverá, no me hará un nido, no cargará a su cachorro..... —intentó que su voz no se rompiera más pero fué imposible —Él está muerto
Javier lo miró horrorizado.
—No .... Cris yo....
El Omega escapó antes de que pudiera tocarlo. Subió las escaleras y se acurrucó en el nido que tenía en su cuarto.
Empezó a llorar con fuerza, sollozaba mucho y eso hacía que el corazón de Javier se alterará. Quería consolarlo.
—¿Me dejas entrar a tu nido Cris ?
Este nego con la cabeza.
—Prometo que no haré nada malo, solo quiero consolarte
— N-no quiero
Javier fingió hacerlo, esto solo hizo que Ronaldo se apartará. El mensaje era muy claro. No quería.
Se fué a su cuarto dejando al omega solo.
No tardó mucho para que empezara a escucharse una melodía.
Tocó una canción de cuna y también la cantó.
—Porqué ya estoy aquí, seré tu lugar feliz .....
Sus sollozos pararon, sus lágrimas se agotaron y comenzó a sentir calidez. Empezó a sentirse protegido de nuevo. Las notas eras suaves.... La voz de Javier aunque era chillona cuando se concentraba en cantar lo hacía muy bien.
—¿Me dejas entrar a tu nido?
Cristiano se hizo a un lado y le asintió.
—Tocame aquí —posó su mano en su barriga — Por favor
Javier obedeció. Llevo ambas manos al vientre del Omega y lo acarició en círculos. Pronto sintió los movimientos del cachorro y sonrió muy grande. Tocar la barriga de Cris era más hermoso de que se imaginaba.
El Omega se quedó dormido antes el tacto y su cachorro solo unos minutos después. Aún así Javier no dejo de hacer círculos.
No fué hasta qué miró su reloj y vió que ya era tarde.
Se levantó con cuidado y tomó al Omega en sus brazos.
—Ay wey... ayúdame Dios porque está más grandote que yo y trae un cachorro —suplicó
Con las fuerzas del mundo o del espíritu Santo pudo mover al Omega a la cama, quitándole los calcetines, poniéndole su cobija abrigadora de tigre y dándole un besito corto en la mejilla.
—Adiós Cris.....
Se fué de la habitación y miró por última vez al Omega embarazado.
Bajó las escaleras con cuidado de no despertarlo.
En ese transcurso los momentos le llegaron, los regaños, los enojos, la sonrisa de Cristiano. Los llevaría con él toda la vida. Quién sabe cuándo volvería.
Su viaje en autobús para puerto Vallarta salía en unas horas y tenía que llegar temprano para comprar su boleto y escoger su propio asiento.
Tomó su mochila y su guitarra dispuesto a salir.
Pero algo lo detuvo.
El nido.
El nido de la sala le causó un escalofrío. Cris y su cachorro no tendrían un lugar seguro y eso le revolvió el estómago.
No fué muy difícil tomar una decisión....
Dejó sus cosas de nuevo en el suelo y camino al nido.
Iba a trabajar duro, pero valdría la pena. Les daría su regalo de navidad antes de irse.
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¿𝘌𝘴𝘰 𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘯𝘪𝘥𝘰? || 𝘊.𝘙𝘰𝘯𝘢𝘭𝘥𝘰 𝘹 𝘑.𝘏𝘦𝘳𝘯á𝘯𝘥𝘦𝘻 ||
Fanfiction𝘊𝘳𝘪𝘴 𝘯𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘯𝘪𝘥𝘰. 𝘑𝘢𝘷𝘪𝘦𝘳 𝘴𝘪. ¿𝘌𝘭 𝘱𝘳𝘰𝘣𝘭𝘦𝘮𝘢? 𝘕𝘰 𝘦𝘴 𝘴𝘶 𝘢𝘭𝘧𝘢.