¿𝘌𝘴𝘰 𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘯𝘪𝘥𝘰? || 𝘊.𝘙𝘰𝘯𝘢𝘭𝘥𝘰 𝘹 𝘑.𝘏𝘦𝘳𝘯á𝘯𝘥𝘦𝘻 ||

𝚅. 𝙼𝚒𝚎𝚍𝚘 𝚊 𝚕𝚊 𝙽𝚊𝚟𝚒𝚍𝚊𝚍

Le temía a la navidad.

No le daba miedo el pavo, el cerdo, la ensalada, ni el hombre que baja por las chimeneas. Estaba aterrado porque Javier se fuera.

Su parto estaba programado para el 27 de diciembre y no faltaba mucho. El tiempo se le agotaba y no podía convertir ese revoltijo en un nido decente, lo que lo estaba estresando.

Más que un regalo por navidad quería tener un lindo árbol mientras estaba recostado en su nido y se tomaba un ponche caliente.

No podía esperar para tener a su cachorro ahí.

Javier apareció por la puerta más mugroso que de costumbre.

—Creo que le pusiste muchas luces a tu árbol pero de todas maneras se ve bien

—¿Ahora también me vas a criticar eso?

—No puedo criticarlo cuando no he tenido uno —se acercó a él

—¿Por?

—Mis papás son unos pendejos, nunca celebraron navidad conmigo, se iban a sus pedas y me dejaban solito en la casa...... No había árbol, el dinero no alcanzaba .... Y desde ahí la navidad me valió verga —se encogió de hombros

Cris no podía imaginar su niñez sin un árbol, los villancicos, los regalos ¿Cómo es que Javier no había experimentado eso?

—¿Quieres poner la estrella?

Hernández alzó la ceja.

—¿No se supone que eso le corresponde a tu esposo? No quiero pedos cuando él llegue

Ronaldo sonrió triste.

—Estoy seguro que no le molestará

Tomó una caja y de ella sacó la condenada estrella. Javier la tomó nervioso y la colocó con cuidado en la punta del árbol. Se sentía satisfecho.

—Se ve bien esta cosa ..... Y más cuando no me está rompiendo la frente

Las risas del Omega comenzaron a escalarse ante esas palabras, era tanta la risa que tuvo que cubrirse con las manos.

A lo que Cristiano reía Javier miró la sala buscando algo más. Se detuvo en un revoltijo de prendas, era el nido pero ahora tenía la diferencia de que parecía que alguien lo había pateado.

—¿Qué le pasó a tu nido?

El Omega detuvo su risa.

—Sabes perfectamente que eso no es un nido..... Ya me rendí —se sentó en el sillón con el peso extra de su bebé haciéndolo sentir cansado — Tu mismo lo dijiste.... Nunca podré reemplazar a mi alfa, hasta que vuelva de su viaje

—Deberías seguir intentándolo —se acercó a él lentamente —Prometo ya no burlarme aunque esté más feo que los murales de Diego Nivera

—Rivera..... —lo corrigió

Ambos se quedaron en silencio hasta que Javier miró arriba y puso una sonrisa coqueta.

—Hay un muérdago

—Ni lo pienses —le advirtió

Javier ignoró un poco esas palabras, al verlo tan tranquilo y con los ojos medios cerrados no pudo evitar no plantarle un beso en la mejilla.

¿Quién dijo que tenía que ser en el hocico?

—Buenas noches Cris —dijo acercándose a su barriga sin atrever a tocarla —Buenas noches cachorrito, descansen

Y se fué a su cuarto dejándolo ahí con muchos sentimientos.

"Marcelo.... Perdóname"

Se tocó la mejilla, justo donde sus labios habían tocado su piel y sonrió ante el tacto.

Su Omega quería más.