Camilo Hernández
Recuerdo la tarde en que la conocí, era una preciosa chica, la luz dorada del atardecer tocaba su aterciopelada piel a la que a penas se le veían unos cuantos granitos que a mi parecer eran completamente hermosos y tiernos, nunca me había sentido tan liviano con una imagen frente a mis ojos; ese día estaba de camino a la casa de mi mejor amigo, pero antes pasamos por su hermana que había salido tarde de sus clases y aunque ya llevaba bastante tiempo de conocer a su hermano jamás la había visto, la vida que llevábamos como amigos era la escuela y luego el vernos más en mi casa que en la suya y las veces que había ido a su casa jamás me la llegue a topar, pero ese día había sido el perfecto para conocernos, cuando nos vio puso una sonrisa tan linda que me deslumbró, su cabello se movió con una pequeña ventisca que nos agarró y para que no se pegara este a su cara paso un poco tras su oreja, lo que me dejó ver claramente ese hermoso lunar que adornaba uno de sus ojos preciosos tan profundos que me hipnotizaban.
Cuando me saludó tarde un poco en reaccionar, ella era claramente mas baja que yo, al igual que su hermano, y justo en ese entonces desee ser menos flaco de lo que era, tan solo era alto y mi cara no sobresalía mucho gracias al corte que me obligaba la escuela a usar que claramente no me favorecía; el resto del camino a su casa me la pasé apreciando la belleza que irradiaba una medio regordeta cara que me hacía temblar de la ternura y sentía que no habría palabras que pudieran describir lo increíble que se sintió ese pequeño momento en que me la pasé con ella en una de las épocas más difíciles de mi vida, nunca creí que solo ese momento me bastara para olvidar todos mis problemas.
Después de eso trataba de ir muy seguido a la casa de Marcos, quería verla todo el tiempo, lo más que podía y aunque muchas veces nos vimos jamás se me hacía suficiente el tiempo, nunca era suficiente y nunca lo fue. Recuerdo perfectamente el día que tuve que alejarme de ella, la universidad empezaba y yo tenía que irme de la ciudad de donde éramos para poder estudiar lo que quería, la despedida de mis amigos fue difícil, pero más difícil fue que ni siquiera pudiera despedirme de ella y así de fácil cuatro años pasaron volando años en los que traté de ser mejor, tanto como persona y como en mi físico, en algún momento de mi vida sabía que la volvería a ver y quería ser perfecto, tal y como ella lo era para mi.
Cuando vi a esa chica subiendo aquel árbol la reconocí, reconocería ese hermoso pelo en donde fuera y ese tararear de canciones que me parecían como el cántico de un ángel que me susurraba en el oído, pensé que ella me reconocería como yo la reconocí a ella pero eso no sucedió, aunque no me importó volverme a presentar, lo haría un millón de veces si eso significaba que la volvería a conocer, sabía que ese lugar era especial pero no sabía el porque hasta que la vi y ahora la tenía otra vez a mi lado para disfrutar cada centímetro de su piel y de esos labios que siempre me llamaron a juntarlos con los míos; besarla era como soñar despierto, puesto que nunca creí que eso llegaría a pasar, todo era caminar sobre nubes ahora que nuestras vidas comenzaban a mezclarse más.
La vi entrar en la fiesta y ese tipo con el que ella estaba la dejo por otra chica y a mi me dio repulsión, digo, ¿quién dejaría a una chica tan linda como ella sola en la entrada de una fiesta?, de inmediato quise ir tras ella pero había desaparecido entre la multitud de gente, traté de buscarla por un buen rato pero seguía sin encontrarla, la gente comenzaba a estar más ebria que cuando ella entró y me dio pánico que alguien le hiciera algo, eso fue hasta que sentí que alguien choco con mi espalda y al voltearme la vi a ella.
-Dios mío que bueno verte- me abrazó y pude apreciar su belleza un poco más de cerca, pero la vi asustada y luego aquel tipejo quiso alejarla, ella trataba de quitárselo de encima desesperadamente y los puños me punzaban sintiendo como me presionaba el pecho por el coraje, quise romperle la cara pero preferí no armar un revuelo en el lugar.
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Piel canela
RomanceSamantha es una chica que piensa que el amor de su vida es un chico de nombre Félix. Alguien lindo, misterioso y además, el chico popular de la universidad Muy cliché, ¿Cierto? Este libro es 100% original, no se aceptan copias PD: se debe tomar en...