10. Deseo de cumpleaños.

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Corrí como si hubiera cohetes en mis pies, casi volando. Correr era una actividad que me liberaba de sentir, mi mente borraba cada rastro de suciedad y mi corazón dejaba de sentirse pesado, era cruel la idea de que tenía que huir en ciertos momentos, pero mi lógica lo veía de distinta manera, no quería soportar mucho más de lo que había hecho en toda mi patética vida.

¿Haber escapado de ellos me convertía en una mala persona?

Sabía que bueno no era un objetivo que pudiera describirme, pero quería pensar que pudo llegar a hacerlo, tal vez antes de arrancar gran parte de la piel de aquellos que me daban calidez o pinchar un nervio sensible como aquel día con quien alguna vez llamé "amigo".

Cuando mi cuerpo entró en reposo en el lugar menos adecuado levanté la cabeza encontrando la mirada insistente de BeomGyu anclada en mi cuerpo. Su mejilla seguía ardiendo, no quería ser el causante de que un río atravesara hiriendo más lo que no podría estarlo más.

⏤¿Cómo me encontraste?

Me encontraba sentando en posición fetal sobre la barda de ladrillos de una propiedad abandonada casi al final de la calle de la pista. BeomGyu estaba frente mío mirándome fijo, yo quería desaparecer, desaparecer de la faz de la Tierra, me sentía como una mierda o algo mucho peor que ello, como el malo sin trasfondo en un filme o aquel maldito cazador sin ser recibidor de una recompensa.

⏤Te seguí ⏤respondió con seguridad sabiendo que en cualquier otro contexto sería aterrorizante saber que alguien te siguió hasta lo más remoto de una calle silenciosa y oscura⏤. Siento mucho lo que pasó allá.

⏤No es tu culpa.

Él se quedó en silencio, incluso apartó su mirada. Si me sentía mal, podía caer peor al ver su cicatriz, el horror que no cesaba. Enterré de nuevo mi cabeza en el hueco entre mis brazos y rodillas, no podía ni mirarlo, me sentía tan ajeno a todo lo que me rodeaba, como si nunca hubiera estado ahí.

Era increíble como el derrumbe de uno de mis recuerdos terminó tirando como domino todo lo demás que me quedaba en alto sin nada en que apoyarse.

Pensé que él se marcharía en cualquier momento, como debía hacerlo, pues descubrir que aquel que había estado viviendo contigo no era más que un desconocido, pues no conocía en realidad nada de él mas que intentó arrebatarse la vida una madrugada de invierno. Era un parásito, casi literalmente.

Me equivoqué al pensar de esa manera porque BeomGyu se sentó a mi lado luego de un par de intentos para montar aquella no tan pequeña barda y, con el pasar de unos segundos, me acercó a él y me cubrió del frío de mi mente con sus cálidos brazos, mi lugar favorito en este gran mundo.

⏤¿Aún puedo hacer algo para ti hoy? ⏤murmuró frotando mi espalda. Él no lo había notado, pero por mis mejillas surcaban dos grandes corrientes acuáticas infestadas de mi rencor, ese rencor que solo podía sentir conmigo mismo por ser un ingrato, una nube oscura en un cielo estrellado.

Pensé que no estaba siendo suficiente honesto conmigo durante ese tiempo, mucho menos con los demás. Sabía que ante la mirada corta de cualquier espectador sería una ridiculez hacer todo un drama por un fecha que se supondría debía ser importante, una que para mí había dejado de serla desde hace mucho tiempo.

Todavía lo recuerdo, lo recuerdo mejor que nada en el mundo.

⏤Nunca he recibido un pastel ⏤dije entre susurros. BeomGyu se alejó de mí y me miró a los ojos, parecía estar interesado en aquel comentario y, de alguna manera que no era capaz de entender, fue tranquilizante⏤. Sólo eso.

Cada parte de mi cuerpo, incluso la más pequeña o insignificante se sintió tensa por la sensación exasperante de estar siendo una molestia. No debí decir eso, sin embargo lo hice y había despertado a BeomGyu por completo como para bajar de un brinco la barda y tomar mis dos manos intentando tirar de ellas una vez que sus pies estaban en contacto con el suelo.

Fight Bleed Lose | TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora